Había escogido un rincón en la guardilla de la casa con ese propósito: Pensar. Quién lo diría: Alguien como él, pensando seriamente algo como pocas veces. Aunque no era el mejor lugar del mundo para pasar el rato, se conformaba por el momento. No necesitaba mucho espacio, se sentó en el lugar que menos telarañas, trastos y polvo tenía y apoyó los brazos en sus rodillas, con la cara oculta por las mangas de su sudadera favorita. No hacía frío, sin embargo, se sentía mucho mejor así, escuchando de fondo, como las ráfagas de viento chocaban con el viejo cristal del tragaluz.



Ya se estaba empezando a acostumbrar a todo aquello. Que las cosas estuvieran tan bien...y que de un momento a otro, todo se torciera, y acabara realmente mal. Lo sabía muy bien por experiencia propia. Durante la mayor parte de sus aventuras, lo que había empezado como una inocente exploración de su región, terminó siendo un cuidadoso y gélido plan de un poco con una máscara, que no era otro que un Líder de Gimnasio, nada más y nada menos. Y ahora...Bueno, el ideal de vacaciones, playa, bikinis, deporte y fiesta con tus amigos se había ido por el caño.



Y quizá...


Levantó un poco la mirada hacia la ventanita circular que adornaba una pared del oscuro y polvoriento lugar. El cielo azul marino, lleno de puntos blancos brillantes, lo saludó con su habitual silencio frío y suspiró lentamente, con algo de pesadez. Esa noche había Luna Llena. Una enorme Luna Llena.


Quizá nadie sabía como acabaría toda esta historia en la que sin comerlo ni beberlo, se habían metido de lleno.


Ja...qué gracioso.


Ahora era medio poeta.


Conforme le daba vueltas a todo lo que venía sucediendo durante toda la semana, se daba cuenta de que todo había empezado con una inocente propuesta suya. Hoy, no era tan inocente.



Una ligera sonrisa de lado se dibujó en sus labios. Estaba decepcionado. Decepcionado consigo mismo, porque ni Crys ni Sylver se tomaron en serio su idea. Decepcionado consigo mismo porque Blue si lo hizo y extendió el proyecto como la pólvora entre las demás regiones dónde vivían sus compañeros. Decepcionado consigo mismo por lo bien que habían empezado...y por lo bien que podría haber acabado. Definitivamente, estaba decepcionado porque fue EL quién empezó esta loca idea un infernal y aburrido día de verano. Tal vez no era culpa suya, es verdad, y lo entendía. Pero su cerebro se empeñaba en torturarlo con una sencilla y dolorosa pregunta.



¿Qué habría pasado si ese día no hubiera dicho nada? ¿Si se le hubiera ocurrido, yo que sé, una fiesta en el Gimnasio de Green, como era costumbre? ¿O hasta quizá en su casa? ¿Qué pasaría si se hubiese dado más fuerte en la cabeza cuando se se cayó de la almohada?


Estaba seguro de que nada de esto estaría pasando. Y seguirían tan felices como siempre, ¿Aburridos? Sí ¿Muertos de calor? Probable ¿Con una patada de Crys? Seguro. Ero felices después de todo y cada uno con sus propias rutinas.


"Lo de pensar no se me da tan bien como creía. Me duele la cabeza...y el pecho."

~ Un verano juntos ~Where stories live. Discover now