Choque de problemas.

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El grupo de Holders recorría las calles de Ciudad Corazón bajo la guía del coordinador de ojos carmesí que se sentía orgulloso de su buena orientación en lugares civilizados. Por su parte, los demás miraban con curiosidad a un lado a otro del camino, observando tiendas de lo más variopintas, un parque más alejado de allí, unos cuantos edificios de pisos y una iglesia con vidrieras preciosas al fondo. Sapphire se sentía un poco incómoda esquivando de vez en cuando las personas que llevaban prisa, pero llegó a alcanzar al moreno, por suerte.



-¿Cuánto queda? –Se puso al lado para evitar chocar con una persona mayor. Iba a contestarle, pero cierta castaña les interrumpió, haciéndose un hueco entre ellos.



-Sapph, querida, relájate. - Dio un paso al frente y giró en torno a sí misma con los brazos extendidos.- ¡Esto es vida! –Exclamó, y como un rayo se fue acercando a todo escaparate existente que hubiera cerca, con las palmas juntas y los ojos brillantes de la emoción. Ropa, joyas, ítems...¡Los quería todos!



-Hermana...-Silver suspiró. Acto seguido negó con la cabeza.- ¿Tengo que recordarte que tu presupuesto no permite ese tipo de "caprichos"?



-¡No son caprichos! Son...eh...uhh...son...Ugh, está bien. -La oji-azul se cruzó de brazos, refunfuñando. Pero no pasaron ni dos segundos y la determinada evolucionadora pasaba de nuevo a la carga.- Silvy...mi cumpleaños está cerca...



Las mejillas del pelirrojo se tiñeron de un tono más suave que el de su pelo, pero aún así, hacía contraste con el color claro de sus ojos. Esa chica siempre utilizaba esas mañas para persuadir a cualquiera de hacer algo, últimamente sobre todo a él y a su compañero Green, los más cercanos a ella. Sacudió ligeramente la cabeza y la miró con una sonrisa. Ellos ya estaban a costumbrados a distinguir esas lagrimillas falsas que fingía con picardía.



-Blue, tú cumpleaños ya ha pasado y ya te dimos nuestros regalos. –Los presentes asintieron. Fue un cumpleaños divertido, algo loco como era de costumbre y que acabó con los suministros de sus carteras.- Y...eso ya no funciona.- Dijo con una tierna media-sonrisa.



-Maldición...-Masculló por lo bajo. Dirigió su mirada a los ojos verdes de Green pero éste imitó la acción de su amigo. Ugh...tendría que inventar nuevos métodos...- Bueno, pues solo me queda mirar. -Suspiró.



-En fin...-Ruby sonrió divertido por aquella conversación.- Ya queda poco, ¡Mirad!



En efecto, unos metros más adelante se encontraba el llamado Parque Amistad con sus grandes verjas de un plata brillante y esos extensos jardines con árboles, puentes que servían para cruzar pequeños lagos cristalinos, un prado central con bancos, unas grandes construcciones que asemejaban a casas de piedra al fondo y muchos Pokemon y sus entrenadores paseando tranquilamente (o no) por sus alrededores.

~ Un verano juntos ~Where stories live. Discover now