32. Cosas obvias.

6.4K 540 147
                                    


Nathaniel.

- Ethan. - Acaricie su ceja. - Tenemos que levantarnos.

Toque su cara, su hermosa cara. Sus pestañas, su nariz, su boca. Era tan divino. Hizo un a mueca divertida.

- No.

- Ethan, por favor. Tengo hambre.

Abrió sus ojos, tan bonitos. Luego sonrió.

- Comeme a mi. - Dio un brinquito y subió a mi.

- Estamos en casa de Tinna. - Acaricie su cabello.

Me beso, lo abrace. Vaya que lo quería. Se acerco a mi oído.

- Vamos a casa, por favor.

Lo bese, y me beso. Y así seguimos por buen rato. Se bajo  de mi y se recostó a un lado. Lo mire, no podía dejar de mirarlo. Llevaba tanto tiempo a su lado, aunque normalmente nos separábamos por tiempos breves, cometimos errores muy seguido. Era una relación difícil, sin en cambio seguíamos juntos. Era suyo y el era mio.

- Te amo. - Esas palabras valían tanto cuando salían de su boca.

Me metí entre su hombro y su pecho.

- Te amo igual. - Beso mi cabeza y me abrazo.

Una puerta se abrió, era Tinna y Canille. Iban despeinadas y con la ropa del día pasado, al igual que nosotros.

- Hola chicos. - Canille saludo. - ¿Quieren desayunar?

- Claro, ¿quien que compremos algo?

- No, para nada. Ayer compre cosas.

- ¿Y Emell? - Tinna levanto las cobijas del suelo, en donde debería estar Emell.

- No se, ayer estaba ahí. Tal vez se fue temprano.

Canille se asomo a la ventana.

- Bueno, el auto de Anther sigue estacionado así que voy a llamarle, probablemente tendrá hambre.

Canille llamo a Anther, unos minutos después Anther toco la puerta.

- ¡Esta abierta!

Espere ver un Anther de malas y desvelado. Y para mi sorpresa me encontré a un Anther completamente contento, junto con un Emell incluso mas.

- Cabrón, pensé que te habías ido.- Canille los vio sorprendida.

- Los siento, debí avisarte. - Intercambio una mirada de complacidas con Anther. - Dormí en el auto de Anther.

Estoy seguro que nuestras caras expresaban sorpresa, o al menos la mía si. 

- B-bueno, de ser así. - Tinna hablo. - Vengan vamos a desayunar.

Todos nos sentamos en la sala, Anther y Emell en el suelo sobre una manta, probablemente fui el único que lo noto pero intercambiaban miradas muy seguido.

- Y - Canille hablo. - ¿Por qué dormiste con Anther? Estoy segura que no soy la única que lo quiere saber.

Todos intercambiamos miradas. Ethan  ya era parte de nuestro especie de "club"  así que entendía. Anther miro a Emell, luego a nosotros y empezó a reír, verlo feliz era una cosa buena, era genial de hecho. Anther no era de las personas que solía estar feliz muy seguido, así que cuando lo estaba te contagiaba su felicidad.

- Esperen - Ethan hablo. - ¿Ustedes están saliendo?

Emell lo miro muy sorprendido.

- ¿Q-qué? N-no - Su cara se tornaba roja.

- ¿No? - Anther hablo.

- Digo, ¿lo estamos?

- Si, supongo.

- ¡JA, LO SABÍAMOS! - Canille y Tinna gritaron al mismo tiempo.

- ¿Lo sabían? - Las mire confundido.

- Bueno, no era seguro. - Tinna me respondió. Luego miro al par del suelo. - Pero era una cosa obvia.

- ¿Lo era? - Anther pregunto.

- ¡Demasiado! Hasta para ustedes, ningún par de "amigo" se trata como ustedes dos. - Canille los miro con expresión graciosa. - Había una tensión entre ustedes, sus miradas. Todo, todo confirmaba que se veían como mas que amigos. Y vamos, otra cosa obvia era que se gustaban.

- Bueno, ahora que lo mencionas si que lo eran. - Dije, recordandando el comportamiento de Anther y Emell mutuamente.

Ellos solo rieron y se miraron. Eran muy lindos, y había algo en su mirada cuando se veían, un "algo" que había en la de Tinna y Canille cuando se miraban, un algo que veía en la mirada de mi chico cuando me veía, un algo que estoy seguro que había en mis ojos cuando miraba a Ethan. ¿Amor? Si, tal vez era eso.

- ¿Qué harán estas vacaciones? - Anther pregunto.

- Yo, supongo que estaré en casa. - Tinna hablo pensando.

- Yo probablemente este con Tinna.

- Yo - Ethan me miro. - supongo que lo que Nath tenga en mente.

- No tengo nada en mente cariño. - Lo mire. - Pero, ya se me ocurrirá algo.

- ¿Por qué? - Tinna pregunto.

- Bueno, hace mucho que no visito la playa. - Miro a Emell. - Mi papá, el compro una pequeña casa de playa hace bastante tiempo, es bonita y hace tiempo que no voy. - Nos miro a todos esta vez. - Pensé que tal vez seria lindo ir a pasar ahí un par de día, ustedes bueno, no se. ¿Quieren venir con nosotros?

- ¡Si! - Tinna parecía niña pequeña. - ¡Canille nunca he ido a la playa, por favor, por favor, por favor!

Canille se río y le dio un beso en la mejilla a Tinna.

- Claro que di. - Miro a Anther. - Nosotras si vamos.

- Genial, ¿y ustedes? - Anther nos miro.

Yo mire a Ethan.

- ¿Quieres ir? - Ethan sonrió.

- Si vas tu claro que voy.

- Bueno, nosotros igual vamos.

- ¡Increíble! Solo esperen que venda mi tonto auto, comprare uno mejor.

- ¡Oye! No me has preguntado a mi. - Emell lo miro ofendido.

- Ah, lo siento. ¿Quieres venir con nosotros a la playa?

- No. - Anther lo miro muy sorprendido. Emell se echo a reír. - Es mentira, claro que quiero.

Anther sonrió y beso su mejilla. Emell abrió mucho sus ojos, y se me hizo muy gracioso. Eran demasiado adorables.

- Es raro verlos juntos. - Comento Ethan. - Pero son demasiado tiernos.

Todos estuvieron de acuerdo en eso.

Hubo un momento mientras desayunabamos pan tostado cuando los mire a todos, Tinna y Canille abrazadas riendo, Emell y Anther tomados de la mano discretamente haciéndonos reír y mi chico riendo, tan hermoso. En ese momento me sentí tan feliz y supe que era el chico con mas suerte por tenerlos a todos ellos.

Me hacia tan feliz tenerlos, tan, tan feliz.





















Dato curioso: Me saque el nombre de Nathaniel, de un juego virtual que jugaba de pequeña. "Corazón de melón", ya se, llamenme infantil. :u
Bueno, si has llegado hasta aquí. Gracias, gracias, gracias. Te amo un montón, mucho, mucho. ❤
Ya no se que mas decir jaja. :v

La teoría del caos. Where stories live. Discover now