La teoría del caos.

29. Plan caótico.

Anther.

- Espero un segundo, ya no estoy entendiendo. - Mire a Emell. - ¿Al chico le gustaba su amigo?

Emell rodó los ojos, luego se echo a reír.

- No lo se.

- Claro que lo sabes. - Puse una mirada acusadora. - El muy hijo de puta quiso separarlos, pero no porque le gustara ella, sino el ¿no es así?

- Anther,  si quieres saber eso tenemos que ver la segunda temporada. - Puso una cara adorable. - Y luego la tercera y la cuarta.

- Bien, pero si tengo razón voy a golpearte.

Emell se echo a reír de nuevo. Se inclino un poco a mi computadora que estaba conectada a la pantalla de mi sala, puso la segunda temporada y volvió a acomodarse en el sillón poniendo sus pies sobre mis piernas. Lo observe por un momento, que lindo se veía.

- ¿Por qué todos los noruegos tienen que ser tan sexys? - Mire a Emell buscando una respuesta.

- No solo los noruegos son "sexys".

- Oh claro que si, ve a ese tipo Chris, o a Noora o a Eva. - Señale la pantalla. - No hay gente tan guapa en Orlando.

Excepto el, claro.

- Tu no eres noruego. - Lo mire extrañado, miraba la pantalla y parecía no darse cuenta de la gravedad de su comentario.

Sonreí. Solo sonrei.

Llevábamos un buen rato viendo aquella serie por la que Emell estaba loco, en cuanto la termino me llamo por teléfono llorando diciendo que la tenia que ver con el, no me negué. ¿Cómo hacerlo?

La serie era buena, que digo, era genial. Mi celular sonó, Emell paro la serie un momento.

- ¿Anther? Soy Tinna, ¿estas con Emell?

- Si ¿Por?

- Bueno, le llame y no contestaba, llevo marcandote un buen rato. ¿Qué hacían tortolitos?

- Veíamos una serie Noruega, creo que Emell olvido su teléfono.

- Si claro, como no.

- ¿Qué? Es la verdad.

- Bueno, no importa. Ya se que llevaran a la fiesta de Canille.

- ¿Qué es lo que llevaremos?

- Bueno, necesito globos amarillos, muchos. Y necesitan ser amarillos, es el color favorito de Canille. También necesito luces de navidad, procura que sean blancas o amarillas, no de colores. Y por ultimo, cigarros, compren varias cajetillas, es todo. A por cierto ¿ya cortaste tu cabello?

- Si, claro. Mañana temprano lo llevamos a tu apartamento. Respecto a lo del cabello ¿qué te parece si voy en la tarde a que tu lo hagas?

- Bien, te dejare genial.

- Eso espero, de lo contrario voy a odiarte para siempre.

- Bueno, debo irme, tengo que cocinar.

- Si, te veo en un rato.

- Oye, otra cosa.

- ¿Qué pasa Tinn?

- Necesito que Emell pueda caminar para la fiesta, no seas salvaje, tratalo bien. ¡Adiós!

- ¿Cómo di...Mierda colgó.