12. Gustos dinstintos.

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Emell.

Era viernes después de la escuela y estábamos en detención, el ultimo día de detención. Al menos en la biblioteca. Nos encontrábamos recostados en el piso; yo en el abdomen de Canille, esta estaba acostada en el suelo. Anther estaba sentado en el piso recargado en una estantería de libros, y Nathaniel tenia la cabeza apoyada en sus rodillas, el no se molesto en quitarlo. Si yo hubiera hecho lo mismo de seguro me hubiera golpeado. Que complicado era ese hombre.

- Que monos son ustedes dos, ¿les puedo tomar una foto? - Canille estaba loca por las parejas de dos hombre, en cerio, no la entendía.

- Haslo y tu teléfono volara hasta la cancha de fútbol.

Anther, siempre tan amable y dócil.

- Vale, vale, no lo hago. Pero es que estoy tan aburrida que podría explotar.

- Si yo igual, creo que explotare contigo Canille. 

- ¡Nathaniel! Yo y Emell estamos aburridos. Has algo.

- Si yo igual estoy muy aburrido.

- ¡Ves, hasta Anther esta aburrido!

Las cosas entre Canille y Anther habían mejorado, nunca logre entender cual era la razón de su odio. Ni el ni ella me lo querían contar, cuando les preguntaba parecían ponerse muy incómodos. Habían dejado de ponerse sobrenombres ya que según Anther. "Canille ya es un nombre horrendo, incluso mas que todos esos apodos juntos". Aunque yo creo que en el fondo seguían teniéndose cariño. Canille me contó que desde pequeños habían sido mejores amigos, después llego la secundaria y ahí ya no quiso seguir.

A veces los pillaba platicando, otras tantas ellos mantenían una conducta amistosa. De ese tipo de amistad que las otras chicas envidiaban debido a que según ellas; «Canille era una boba y Anther era un príncipe.» Anther la defendía a escondidas diciéndoles a las otras chicas que la agredían cosas ofensivas, una ves escuches cuando las llamo "zorras envidiosas." Canille no lo notaba pero yo si.

Yo y Anther cada vez no llevábamos mejor, comprendí que el era genial. Lo digo en cerio, era un poco cerrado y grosero pero cuando el quería podía ser el tipo mas increíble en la tierra. Y empecé a entender lo que me dijo mi abuela; por mas que Anther se esforzara en no mostrarlo y tratar de parecer rudo. Pero el tenia problemas como todos nosotros, podía ver que estaba muy roto. Tal vez mucho mas que todos nosotros.

- ¡Hey Emell! Escuchaste lo que dije. - Era Canille la que hablaba.

- ¿Qué? He no, no escuche.

- Bien. Pues decía que debemos conocernos. Se que algunos nos conocemos mejor que otros. - Le lanzo una mirada discreta a Anther, este solo ladeó su boca en intento de una sonrisa pero solo consiguió una mueca. No era bueno para eso. - Así que he decidido jugar un juego, se llama: 3 príncipes y un rey. ¿Qué les parece?

Canille sonrió satisfecha y yo no entendí ni un carajo.

- ¿Y eso que mierda es? - Anther siempre se expresaba de la misma manera. El decía que la mitad de su léxico eran groserías, por alguno razón no se veía mal. Iba con el ser malhablado.

- Fácil. Yo pregunto un genero: libros, películas,canción. Ustedes me contestan sus tres favoritos y de esos tres eligen uno. Así nos conocemos mejor.

- Creo que entiendo. - Era complicado pero lo había captado.

- Es una grandiosa idea guapa ¿quien empieza?

- Es una puta perdida de tiempo, pero bueno. Que empieza Emell.

- Bien Emell. El genero es: Películas.

La teoría del caos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora