51. Cafe, humo y navidad.

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Tinna.

Era de mañana, la brisa fría pego en mi cara al bajar las escaleras para dirigirme a la sala. Mi mamá veía la televisión mientras comía un emparedado y un jugo.

- Hola cariño. - Tenia un tono tierno, estas fechas siempre la ponían así.

- Hola ma. - Le di un beso rápido en la mejilla. - ¿Qué vez?

- Bones. - Su serie favorita de toda la vida.

- ¿De nuevo?

- Bueno era esa o Doctor Hause. - Su otra serie favorita de toda la vida.

- ¿Qué dices de The walking dead?

- ¡No! Casi muero de indigestión y ni siquiera vi mas de cuatro capítulos.

- Oye, es una serie increíble, yo la amo.

- Demasiada sangre y viseras para mi. - Me miro sonriente. - Aunque el joven chinito era lindo, ya sabes, el pizzero.

Reí un poco.

- Mamá es coreano, y su nombre es Glenn. - Sonreí con aires de superioridad.

- Bueno ese, era muy mono.

- Muere en la séptima temporada. Le hacen mierda el cráneo con un bate. - Me sentí triste al recordarlo.

- Vaya, que sádico. Por esa razón no me gusta ni un poco.

- Bueno pues yo en verdad la adoro.

- Pues yo adoro a Bones. Así que, cada quien con sus gustos. - Sonreí. - ¿Iras con Canille?

Mire a mi madre, que complicado.

- N-no, puedo quedarme contigo si quieres.

- No, no, no, nada de eso. Tu ve con Canille. - Me sonrió picara. - El señor Thomas me invito a cenar a un lindo restaurante no muy lejos de aquí.

- Mamá, acabas de recuperarte hace unos días.

- Pues si, pero para que esta la vida si no es para vivirla. - Me miro feliz. - Anda, ve con Canille, con tus amigos. Disfruta la navidad preciosa, que no se vive dos veces.

Sonreí, en el fondo si que me la quería pasar con Canille en navidad.

- Bien. Pero por favor no vuelvas tarde y no bebas ni una gota de alcohol me escuchaste.

- Como usted ordene jefa. Y lo mismo digo para ti.

- Bien, bien. Lo que digas.

- Anda ve a arreglarte y ponte mas bella aun que yo haré lo mismo.

Desayune antes y después fui a arreglarme un poco, ya me arreglaría mejor en la noche. Mi mamá si que estaba muy guapa, llevaba un vestido negro largo y el pelo recogido.

Mi mamá era tan preciosa. Siempre, en todo momento.

- ¿Y, qué tal? - Se dio media vuelta.

- Divina. Tu, tu siempre estas divina mami.

- Lo se, por algo eres tan preciosa hija.

Sonreí.

- Me cuesta creer que solo es una "cena". - La mire con sospecha.

- Cariño, sera un lindo baile, una velada, ya sabes, algo "cliche". - Me giño el ojo al usar esa palabra.

- Bien, te creo.

- Bueno, Thomi no tarda en llegar así que sera mejor que me acompañes a la puerta.

- ¿Thomi? - Susurré para mi misma.

La teoría del caos. Onde as histórias ganham vida. Descobre agora