La teoría del caos.

17. Me gustas tu.

Canille.

Llegue a la hamburguesería en donde me encontraría con Tinna. Por lo que sabia llevaba 2 años trabajando ahí, era un lugar increíble.  Entre y salude a la poca gente que había, ya eran conocidos para mi.

Y ahí estaba, haciendo cuentas detrás de la barra. Era tan preciosa cuando no lo notaba.

- Hola. - Salude.

- Hola, pensé que no vendrias. - Sonrió y se estiro un poco para besar mi mejilla.

- La escuela es un asco, y tu eres mucho mejor.

Ella sonrió mas. Su sonrisa era tan bonita.

- Nos vamos en un momento, solo termino estas cuentas. - Miro el papel y la sonrisa se fue.

- ¿Pasa algo?

- Tal vez vayamos a cerrar. Las ventas son un asco. - Estaba triste.

- Oye, las ventas mejoraran ya lo veras. - Le di un beso rápido en los labios.

Ella río y me miro con dulzura.

- Vámonos de aquí ya he terminado esto. - Entrego la lista a un hombre alto, Bernardo. - Te veo aquí mañana Ber.

Salimos de la hamburguesería y caminamos unas cuadras hasta llegar a unos viejos departamentos. Uno de ellos le pertenecía a mi novia. Entramos, subimos y llegamos a su piso.

- Hace tiempo que no venia aquí. - Menciono mientras habría la puerta.

Había comprado ese departamento cuando empezó a trabajar. Su mamá enfermo y no pudo dejarla pero seguía
pagando la renta y aveces nos gustaba ir a aquel departamento.
Entramos y nos tiramos en una cama que Tinna había compadro y cada vez se desgastaba mas, hacia un ruido horrible cuando te sentadas en ella. Caímos boca arribo y luego nos miramos, le sonreí. Ella me abrazo y se hundió en mi pecho. Como una pequeña niña, solía olvidar que yo era la menor en la relación. 

- Tus ojos son maravillosos sabes. - El comentario hizo que me mirara. - Son de un verde precioso. Como tu.

- Es porque te ven a ti. Solo por eso. - Yo sonreí. - ¿Así que la escuela es un asco?

- Algo. - La mire. - Mentira, lo es demasiado.

- Pero tenias nuevos amigos no. Que ahí de ese chico Emell, me cayo bien. Muy bien. Y de ese otro Nathaniel. - Hizo una mueca. - Y Anther.

- Anther solía ser mi mejor amigo

- ¿Y qué paso entonces?

- Ya te lo dije. Lo lastime.

- Nunca me has explicado como.

- Es muy vergonzoso. Te enojaras.

- No lo hare, lo prometo.

- Habíamos sido amigos toda la vida, pero el cambio en la secundaria. Lucia como el chico mas triste y miserable en la tierra. - Quería llorar. No lo hice. - Solían molestarlo siempre, todo lo el tiempo. Una de esas razones es porque era virgen. Así que en una fiesta me pidió que lo ayudara. Quería que yo lo desvirgara, accedí. El se puso a llorar, inimaginablemente. Lloraba y lloraba. Y repetía que tenia miedo y que estaba confundido. Y que no quería fallarle de nuevo a su mamá. - Comencé a llorar. - No paso nada, no se porque lo hice. Yo solo me burle. ¡Yo me burle de el! - Y entonces comencé a llorar de verdad. - Yo debía ayudarlo, debí decirle que no tuviera miedo. Que nadie iba a juzgarlo. Y sólo me burle y lo deje solo. - Tinna me abrasaba y yo no paraba de llorar. - Yo lo destroce completamente. Yo tengo la culpa de que sea quien es.

- No mi niña. No es tu culpa, solo no supiste como actuar. Tranquila. - Limpio mis lágrimas he intento calmar mis sollozos. - Estoy segura de que Anther te va a  perdonar.

- Anther, el es increíble. Es un joven genial, el no merece todo lo que le a pasado. Oh Tin, le ha pasado tanto. No debí dejarlo solo, el me necesitaba.

- Ya estas para el. - Ella me miro y sonrió. - Mira, que voy a pensar que ese tal Anther me va a bajar a la novia.

Eso me hizo reír.

- Tranquila, a mi me gustas tu. - Me beso. - Me encantas.

La bese. Y me beso. Y me beso. Y me beso. Y me beso. Y me beso.
Y siguió basándome.

Y podría pasar así el resto de mi vida. En una cama vieja con la chica que mas quería en la vida. Desapareciendo entre besos.

Tenia ganas de hacer un capitulo de ellas dos.
Bueno, gracias por leer hasta aquí. Bla, bla, te amo. :3

«No duden que yo las amo» JT

«Hey, la nueva persona que me ha estado leyendo. Tienes un nombre genial. Tu eres genial» Te amo...7u7