31. Teorias.

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Emell.

La fiesta no había sido mala, de hecho logro ser bastante divertida. 2:32 am, a esa hora ya habíamos bebido lo suficiente, Nathaniel y su novio se acurrucaron en el sillón y entre besos y platicas se quedaron dormidos; Tinna y Canille quien por cierto se veía muy linda, decidieron ir a la habitación. Me tendieron unas cobijas en la sala.

Anther decidió que podía dormir en su auto, no estaba ebrio ni nada pero, por alguna razón no quería ir a su casa. Lucia muy guapo, despeinado y ojeroso. Así me gustaba. Cuando llegaba a mirarlo mi estomago parecía un maldito remolino, ya no me disgustaba. Sabia que le pasaba lo mismo al verme; lo cual me hacia la persona mas feliz del maldito mundo.

Tinna y Canille terminaron de hacer el sustituto de una cama, yo me acurruque en ella. Vaya, que incomoda. Mire hacia enfrente, y ahí estaba, tan lindo bebiendo un jugo de naranja; mire el jugo, luego reí.

- ¿Qué? - Le dio un trago al jugo.

- ¿Sabes que eso expiro hace meses no?

Anther abrió mucho los ojos, vacilo con el trago en su boca. Luego puso una cara de asco muy graciosa, escupió el jugo en el fregadero.

- Con razón sabia a mierda. - Camino y se sentó a un lado de mi. Lo mire, me miro. Podría quedarme así toda la vida. - ¿Damos un paseo?

Sonreí y me incorpore en la cama.

- Claro.

Me abrigue un poco, salimos de aquel departamento y comenzamos a caminar. Paramos en una especie de montaña pequeña; Anther escalo y yo lo seguí.

- Lindo. - Miro el paisaje, luego me miro a mi. - Mas lindo.

Iba a explotar de tantas emociones.

- Es bonito.

- Si, lo es.

Se acerco a mi, despacio.

- ¿Qué hacemos ahora?

- Emell, sabes que quiero hacer ahora.

Mi sangre subió a mi cara.

- Ah si, ¿qué?

- Emell, mierda Emell, me gustas, y mucho. Y hay tantas razones, cientos y cientos. - Tomo mis manos y me atrajo a el; mierda, mierda, mierda. - Emell, ¿conoces la teoría del caos?

La conocía, la llegue a entender alguna vez, pero realmente no la creía importante.

- Tal vez, un poco.

- Bueno, entonces debes saber que todo acto tiene una consecuencia. - Estaba mas cerca, podía oír su respiración.

- Si, entiendo.

- Emell, entiendes lo que voy a hacer ahora ¿no? - Iba a besarme; solo asenti. - Bien, tienes que saber que el acto que haré podría tener una buena consecuencia Emell, pero lo mas seguro es que no. Tal vez tenga una consecuencia tan mierda que uno de los dos va a salir herido, o tal vez los dos. - Mi miro serio. - Pero ahora, en este momento, justo aquí. - Se acerco completamente a mi, se encorvó un poco. - Eso no importa mínimamente.

Hizo desaparecer el espacio que nos separaba, y nos unió.

Me beso.

Anther, me beso.

Yo lo bese.

Necesitaba que el tiempo se volviera infinito, necesitaba tenerlo unido a mi para siempre. Quería tenerlo para mi. Lamentablemente se separo por falta de aire.

- Vaya, fue mucho mas increíble de lo que imagine. - Vi sus labios anteriormente besados por los mios encorvarse. Era tan lindo.

Yo solo puse una sonrisa tonta.

- 3 de la madrugada, debemos irnos.

- Si, debemos.

- Anda camina.

Antes de empezar a caminar volví a acercarme a el, jugué un poco su nariz con la mía, el río. Lo tome del cuello y lo atraje a mi, lo bese. Podría besarlo toda la vida, incluso después de esta.
Esta vez el beso se intensifico un poco, ambas lenguas se tocaron y entrelazaron, mordi un poco al igual que el. Era la mejor sensación en la tierra.

- Ahora si, vámonos. - Comencé a caminar.

Entre al auto, el cerro la puerta y subió rápidamente. Arranco el motor y comenzamos a caminar de nuevo a la casa de Tinna. No tardamos mucho en llegar, pero no quería irme, quería estar con el. Estar con el siempre.

- Listo, llegamos. Yo dormire aquí.

- Bien, yo dormire haya. - No sabia como decirle que viniera conmigo.

- ¿Pasa algo?

- ¿Estarás bien aquí? Digo hace frío y y-yo, bueno, ahí espacio haya adentro, puedes, puedes dormir co-conmigo si quieres.

Lo mire, el muy idiota se reía.

- ¿Quieres qué vaya a dormir contigo?

Frunci el ceño.

- ¡No lo decía por eso tonto! Sabes que, nada, muerete de hipotermia aquí.

El se echo a reír mas fuerte. Verlo reír me gustaba mucho, era la cosa mas tierna. Pero no de mi, tome el mango de la puerta pero el puso el seguro.

- Bueno, no quiero morir congelado. - Tomo mi barbilla y me giro hacia su cara. - ¿Te quedas conmigo por favor?

Quise retener una sonrisa, no pude. El igual sobrio, tan lindo.

- Tal vez.

- ¡Ay, por favor! Se que quieres.

- Bueno, todo sea por tu seguridad.

Hábilmente se paso al asiento trasero, lo seguí.

- Esta muy reducido.

- Mucho mejor.

Se acostó en el asiento, tiro de mi sudadera, yo estaba en sima de el. Vaya, esto no me disgustaba para nada. Nos acomodamos bien, el saco una pequeña manta y nos cubrió con ella. Rodeo mi cintura con sus brazos, luego llevó una mano a mi cabello. Y me acarició, me hundí en su pecho, y así poco a poco entre sus caricias y lo cálido que se sentía me fui quedando dormido.

Anther

5:30. No hubo razón por la cual me había despertado, estaba en mi auto. Había pequeños rayos de luz saliendo al horizonte pero no demasiado brillantes.

Emell estaba tendido sobre mi, y juro que no pude pensar en algo mas hermoso.

Lo había besado, por fin. Me había besado, y fue lo mejor en toda mi puta vida  Se veía tan lindo ahí, lo apegue mas a mi cuerpo, lo sentí tan mio en ese momento.

Lo quería tanto y estaba tan enamorado.

















Aquí lo tienen, gracias por ser pacientes. 33 capítulos para esto, vaya.
SI HAS LLEGADO HASTA AQUÍ, GRACIAS, MUCHAS GRACIAS EN CERIO. TE AMO MUCHO.
Les dejó una foto en multimedia de como me lo imagino, no son muy parecidos pero, usen su imaginación.

La teoría del caos. Where stories live. Discover now