Capítulo cinco; Riots, Drills and the Devil

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Estaba en el patio caminando junto a Michael. Nuestros silencios nunca eran incómodos, sino todo lo contrario. Era un silencio agradable, como si no hiciera falta hablar de nada.

Aunque claro, no íbamos a estar callados toda la vida.

-¿Qué tal va el plan?-dije abanicándome la cara con la mano. Hoy era uno de los días más calurosos del año.

-Bueno-dijo con una mueca-, Sucre ha tenido una idea para darme más tiempo con eso, ya que vamos un poco retrasados.

-¿Cuál?

-Un cierre general-me miró-. Vamos a averiar el aire para que los presos se enfurezcan, nos encierren y yo pueda cavar.

-Vaya, que buena idea-dije fingiendo no saberlo. Giré mi cabeza en su dirección-. ¿Cuándo lo harás?

-Cuando volvamos a las celdas-dijo Mike. Asentí e hice una mueca apoyándome en el hombro de Michael: me había mareado-. ¿Te encuentras bien? Estás palida-puso una mano en mi espalda.

-Sí, no es nada-mentí apartando con la otra mano los pelos rebeldes que no quisieron atarse a la coleta que llevaba puesta.

Necesitaba estar en el cierre general con ellos, les podría ser de gran ayuda.

-Te dije que comieras algo-me reprochó.

-Y yo te dije que no tenía apetito-dije del mismo modo mirando al frente, donde se encontraba Sara Tancredi al otro lado de la reja, quien se acercó a nosotros en cuanto nos vio.

-Qué calor hace-nos dijo sonriendo. Yo le devolví la sonrisa, o más bien, hice una mueca. Solté el hombro de Michael y le empujé un poco para que caminase hacia ella.

«La verdad es que no me encuentro bien»

-Es por el calentamiento global-bromeó Michael acercándose a ella dándome una mirada antes de irse. Yo me quedé donde estaba.

«Tengo ganas de vomitar»

-Puede ser-dijo Sara-. ¿Tienes un minuto?

«Pensándolo mejor, no tengo nada en el estómago como para poder vomitar, así que todo correcto»

Sabía que estaban hablando, pero no le puse mucha atención, estaba más concentrada en mantenerme de pie que en ellos.

«Bueno, no tan correcto»

De pronto, mi vista empezó a nublarse. Sacudí la cabeza con los ojos cerrados con la esperanza de que se fuera, pero como la suerte no estaba de mi parte, la situación empeoró.

Fruncí el ceño y toqué mi frente con la mano derecha, dirigí mi mirada a Tancredi y Scofield. La primera dejó de mirar a Michael y dirigió su vista hacia mí, moviendo su boca.

Sabía que me estaba hablando, pero no conseguí oírla.

Mike me miró y de un momento a otro estaba a mi lado cogiéndome para que no me cayera al suelo.

Lo último que recordaba era la cara de Michael llena de preocupación.

°•°•°•°

-Joder-murmuré aún con los ojos cerrados. Me palpitaba la cabeza horrores y tenía la garganta seca.

Abrí los ojos poco a poco adaptándome a la luz. Miré a mi alrededor: estaba en la enfermería.

Si ya no me gustaba estar aquí antes, ahora era mucho peor.

«Presos. Cierre general.» empecé a recordar todo lo que iba a suceder «Michael. Sucre. Túnel. T-Bag. Revuelta. Más presos. Intento de violación. Sara. Lincoln. Traslado... ¡Oh dios mío, LINCOLN

Allison Adams [Prison Break]Where stories live. Discover now