Allison Adams [Prison Break]

Capítulo Piloto

Justo cuando terminé de maquillarme, sonó el timbre. Era mi amiga Emily, que vino a recogerme para llevarme a la fiesta a la que me obligó a ir. Me miré en el espejo de cuerpo completo; perfecta.

Me dirigí al armario del pasillo para coger mi abrigo. Al abrirlo, mis ojos se desviaron hacia una chaqueta de camuflaje militar, y entonces lo recordé.

*FlashBack*

-¡Así no, Allie, tienes que estirar más el brazo!-dijo mi padre detrás de mi.

-¡Lo intento, pero me duele! La pistola pesa más de lo que parece-dije yo sentándome y dejando la pistola a mi lado en el suelo- ¿Qué esperabas de una niña de dieciséis años? ¡No tengo la misma fuerza que tú!-dije indignada y él rió y suspiró.

-A ver, levántate, venga-me tendió la mano y me levanté a regañadientes-. Coge así la pistola, relájate, fíjate en el blanco y dispara. Estando nerviosa no vas a conseguir nada.

Cerré los ojos, suspiré, no sé por qué me obliga a hacer esto del tiro al blanco, que él sea militar no significa que yo también lo vaya a ser.

Al abrirlos finalmente disparé. No podía creerlo.

-¡Le he dado! ¡Papá, le he dado!

*Fin del FlashBack*

Sonreí con nostalgia y alejé ese pensamiento de mi cabeza. Me dirigí a la puerta después de coger mi abrigo y cerrar el armario de un portazo.

-Que conste que hago esto por ti, Emily-dije abriendo la puerta-. Si fuera por mi, me quedaba en mi casa viendo Prison Break.

-Hola a ti también-sonrió con burla-. ¿Cuántas veces has visto ya esa maldita serie? ¿Once? ¿Doce? ¿Tal vez trece veces?-dijo riendo.

-Michael Scofield nunca pierde su esencia-dije con una sonrisa pícara y las cejas alzadas mientras cerraba la puerta de mi casa. Emily rodó los ojos sonriendo y murmuró: "Nunca cambiarás".

Nos dirigimos a su coche y nos fuimos a la fiesta. Al llegar, fuimos directamente a la barra.

-Dos San Franciscos con alcohol, por favor-gritó Emily al camarero. Unos minutos más tarde nos sirvió las bebidas.

Yo observaba a la gente bailar, la mayoría ya estaba borracha, y eso que solo eran las 12 a.m.

Después de mi primer sorbo, Emily me habló.

-Esto no está mal, ¿eh?-gritó sobre la música-. Mira a esos chicos-señaló disimuladamente con la cabeza a un grupo de chicos de más o menos nuestra edad que nos estaban mirando.

Uno de ellos les dijo algo a sus amigos y se nos acercó. Se dirigió a Emily y le susurró algo al oído. Ella le sonrió y antes de irse me dijo:

-Deséame suerte, Allie-y me guiñó un ojo. Sonreí con burla, no me podía creer que acabáramos de llegar y ya hubiera ligado.

Estaba tan concentrada en la música y en beber mi San Francisco que no me di cuenta de que alguien se sentó en el sitio donde se encontraba Emily hace unos minutos. Era un hombre de unos 30 y pocos, de ojos verdes y pelo azabache, bastante atractivo la verdad. Me sonrió.