Allison Adams [Prison Break]

Capítulo dos; Cell Test

"Michael, te dije que entrases directamente, joder."

Un guardia se acercó a mí.

-¿Por qué estás gritando tanto? ¿Es que te has vuelto loca o qué?-dijo mirándome extrañado.

-¡Ve al depósito, corre!-le dije. Me miró con las cejas alzadas- ¡No me mires así! ¡Tú sólo ve!

Sorprendentemente me hizo caso, y entró al depósito. Otros dos guardias más entraron y dos minutos más tarde vi cómo llevaban a un Michael sin dos dedos del pie izquierdo. Mike miró hacia el patio, y antes de que se fuera a la enfermería me dedicó una mirada como diciendo: "estoy bien".

¿Tendría que seguirle a todas partes para que no se metiese en líos?

Puse mis manos en mi cara, pensando. Lo haría, aunque fuese una estupidez.

Sentí una mano apoyarse en mi hombro izquierdo. Por auto reflejo cogí la mano y me giré lista para retorcerla, pero al ver quién era, la solté y susurré un "lo siento".

-Tranquila-sonrió Wesmoreland con su gata en brazos-. Él estará bien, ya lo verás-le sonreí en forma de agradecimiento.

-Eso espero...-murmuré- ¿Crees que me dejarían ir a verle?-hizo una mueca.

-No creo, son un poco estrictos-hizo una pausa-. Aunque seguramente estará aquí dentro de nada, ya lo verás.

°•°•°•°

Al día siguiente, mientras barría las hojas con otros presos, vi a Mike cojeando hasta llegar a una reja que se encontraba al lado de aislamiento. Miré hacia los guardias, estaban demasiado ocupados no haciendo nada y hablando de cualquier cosa como para darse cuenta de que me había ido acercando a Michael, que hablaba con Lincoln.

-Si se une a nosotros tendremos un vuelo especial esperándonos el día que nos fuguemos-dijo Mike mirando a Linc, que le miró desesperado.

-¿Vas a arriesgarlo todo confiando en un tío al que ni siquiera conoces?-dijo acercándose a la reja, apoyando sus manos en ella. No me habían oído llegar.

-Los preparativos sólo son la primera fase-hizo una breve pausa mirando a la enfermería-. Después, hay que arriesgarse y confiar en alguien-Lincoln golpeó la reja y se giró.

-Confiar en Abruzzi es de locos, Michael.

-No me refiero a Abruzzi-Burrows se giró, con el ceño fruncido-. Hay alguien más qué es la clave para todo. O dice que sí, o dice que no-miró hacia Sucre, que venía junto con dos guardias-. El problema es que no podía saber quién era hasta que llegué.

-¿Sucre? No hablarás en serio-se acercó a la reja, siguiéndole con la mirada-. Ese tío es un ladrón, Michael, no es de fiar.

-Pues tendremos que fiarnos, porque es mi compañero de celda.

-Sí es de fiar-los dos me miraron asustados, el único que relajó su cara al verme fue Mike. Le miré-. ¿Qué tal tu pie?

-¿Nunca te dijeron que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas?-dijo bruscamente Lincoln.

-Tranquilo Linc, ella está con nosotros-le dijo, para luego mirarme-. Está mejor, gracias-me sonrió sin mostrar los dientes.