Allison Adams [Prison Break]

Capítulo treinta y tres; Bolshoi Booze

Scott y Michael se encontraban caminando sin aparente rumbo fijo. Sin embargo, estos se dirigían a una pequeña cabaña que se encontraba en mitad de la nada, donde conseguirían
una nueva vía de escape, y además, se reencontrarían con sus hermanos.

«Me pregunto si Sucre vendrá» pensó Adams mientras caminaba dos pasos detrás de Michael, quien con un GPS que habían conseguido gracias a Emily se dirigía al tan esperado "Bolshoi Booze". «Aunque a este paso, da igual si aparece o no. Ya no puedo dar marcha atrás a lo que he provocado» Scott miró de reojo la nuca de Scofield haciendo una imperceptible mueca «Lo siento» susurró en sus pensamientos mientras miraba al suelo y cogía su colgante «Pero es la única forma»

—— ¿Estás bien? —— la voz de Michael le hizo levantar la cabeza en su dirección. Mike se había percatado de que el rubio estaba mucho más metido en sus pensamientos desde que Emily se fue y le contó toda la verdad sobre él y su hermana. Estaba preocupado por él, ya que en cierta forma le había cogido cariño en el pequeño periodo que estuvieron juntos ——. Estás bastante distraído

—— ¿Eh? —— susurró confundido. Meneó su cabeza, intentando ignorar aquellos pensamientos ——. Estoy bien, no tienes que preocuparte por mí —— señaló una caseta que se veía a lo lejos ——. ¿Es ahí?

—— Sí, vamos —— dijo no muy convencido el otro. Estaba seguro de que Scott ocultaba algo más que la información del cuaderno y parecía que aquello le inquietaba. Pero decidió no sacar nuevamente el tema.

Caminaron hacia la pequeña caseta y esperaron. Tenían que llegar unos tipos que les iban a aportar un avión con rumbo a Panamá. Iba a ser un intercambio: nitroglicerina médica para uno y el avión para otro. Sin embargo, Scofield no pudo conseguir aquello, así que simplemente esperaba que su plan improvisado funcionase. Aunque Scott sabía que no funcionaría. En un principio Sucre aparecía y les ayudaba, pero Adams no sabía si aquello llegaría a pasar o no. Sin embargo, aquello no le importaba mucho, ya que él estaba ahí y protegería a Michael.

Pese a que sabía que nada funcionaría, y que la historia dentro de poco pasaría a tener otro rumbo.

Comenzaron a llegar los mexicanos que le proporcionaban el avión a Michael. Estaban armados y bastante enfadados por el retraso de Scofield. Uno de ellos se acercó a Michael, preguntándole si lo que tenía en la caja era lo prometido. El hombre cogió la caja que le ofrecía Scofield y la abrió para mirar su contenido.

—— Ni te imaginas lo que cuesta encontrar esta cantidad. Ni siquiera con mis contactos —— mencionó el mexicano. Miró de reojo al rubio que estaba detrás de Scofield, señalándolo con la cabeza en signo de desconfianza ——. ¿Quién es este gringo? No creo que sea tu hermano, ¿no? —— Michael miró de reojo a Scott, quien se mantuvo en silencio con un cigarro en la boca, el cual había encendido hacía unos segundos. Soltó el humo sin soltar el cigarro de entre sus labios y miró a los recién llegados sin mucho interés.