Estaba alejándome de mis padres entonces, la mano de Narcissa deslizándose de mi manga mientras tomaba un paso hacia atrás. Había gritos proviniendo de dentro del castillo, y el patio estaba casi vacío ahora; sabía que Eve estaba entrando en pánico ante el pensamiento de Potter atrapado en el interior del castillo con Voldemort. En voz apresurada, les dije: ─Ir sin mí. Tengo que quedarme y...

Pero Lucius estaba hirviendo ahora, abalanzándose y agarrando el collar de mi camisa con su puño. Estaba mirando a través de mi hombro a Eve como si supiera que ella era el único motivo por el que me estaba quedando, y entonces espetó enfadadamente: ─Necesitas venir con nosotros, Draco. ¿La escoges a ella antes que a tu propia familia?

─Lo siento, pero tengo que hacerlo ─respondí fríamente, manteniendo mi voz baja para que Eve no pudiera escuchar─ Es ella, siempre ha sido ella.

Hubo otra fuerte explosión de dentro de las paredes del castillo a nuestro lado seguido por sordos chillidos, y yo ya estaba empezando a alejarme de mis padres con el agarre de Eve fuerte en mi brazo. Pensando en todos los mortífagos que me odiaban ahora por intentar matar al Señor Oscuro, les dije precipitadamente: ─Ir a esconderos. Lo siento, tengo que quedarme...

Y entonces tuve que alejarme porque la expresión de mi madre estaba tan dolida que no podía pararme a mirarla, girando mi espalda a ambos de mis padres y apresurándome con Eve hacia las puertas del astillo. Mientras los sonidos de la lucha crecían a nuestro alrededor, me pregunté si aquella había sido la última vez que los iba a ver.

No había tiempo para pensar en ello; Eve y yo nos tropezamos a través de la puerta destrozada, la luz tenue del castillo haciéndome parpadear diversas veces simplemente para aclarar mi visión. Eve de repente se congeló, y fue solo entonces que me di cuenta que los sonidos de pelea habían parado y todo lo que podía escuchar en el pasillo lleno de escombros era nuestra respiración en pánico.

Algo estaba mal.

Estaba agarrando la mano de Eve sin siquiera darme cuenta, el mango de su varita todavía cavando en mi palma; era la única arma que me quedaba. Juntos, nos tropezamos con el hormigón de las pareces destrozadas del castillo y nos apresuramos hacia la sala de entrada.

Potter estaba parado en el centro de la multitud de mortífagos y estudiantes, el Señor Oscuro justo a unos metros alejado de él mientras se enfrentaban el uno al otro. La luz apagada del amanecer estaba escapándose a través de las ventanas rotas a nuestro alrededor, filtrándose en la multitud de gente silenciosa que sostenían la respiración. Potter estaba diciendo algo a Voldemort en voz baja, mi varita alzada delante de él como si fuera su única defensa.

Eve y yo nos sosteníamos el uno al otro fuertemente justo a unos pasos detrás de la chica Weasley, la habitación entera viendo el bien y el mar enfrentándose el uno al otro en el centro de la sala de entrada. Mi aliento se enredó en mi garganta y mi cabeza giraba mientras intentaba escuchar que estaban diciendo, porque aquel único momento iba a cambiar el mundo entero, fuera para bien o para mal.

─Eres un tonto, Harry ─Voldemort dijo suavemente, su túnica arrastrándose a su alrededor como humo mientras sostenía su varita con una mano lisa─ Sabes que poseo la Varita de Saúco, y aun así decides enfrentarte a mí solo... dime, ¿acabar como tus indignos padres ha sido el plan todo este tiempo?

─Pero ahí es donde te equivocas ─Potter dijo, su voz corriendo fácilmente a través del silencioso aire─ No tienes la Varita de Saúco, Riddle. ¿Qué no lo entiendes? Draco Malfoy fue quien desarmó a Dumbledore la noche en que murió, no Snape.

Era difícil respirar mientras la habitación giraba a mi alrededor, el agarre de Eve fuerte en mi brazo como si quisiera empujarme fuera de la sala de entrada y alejarme del Señor Oscuro; pero era demasiado tarde, de todas formas, porque los estudiantes y los mortífagos estaban girando sus cabezas para mirarme. La expresión de Voldemort se quedó pasiva, su voz silenciosa pero aun así llenando la habitación entera mientras decía: ─Aunque Draco fuera el propietario de la Varita de Saúco, puedo matarlo fácilmente y coger la varita por mí mismo... Iba a deshacerme de él de todas formas, después de su patético intento de pararme. Después de que te mate, Señor Potter, puedo ir hacia Malfoy y la inútil de la chica Hawkings...

Little BirdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora