Ci'lefanie

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—¡Cuidado! —el aliento del dragón por poco y nos calcinaba, era una suerte que Cere fuera tan bueno volando.

—¡Se suponía que lo distraerían! ¿Qué rayos están haciendo?

Los compañeros de Cere revoloteaban alrededor de la bestia, atacándola con sus lanzas y magia, pero el dragón los ignoraba por completa, su atención estaba centrada en nosotros.

—Pues de intentarlo, lo intentan, pero ya nos tomó con su objetivo.

—¡Es como si supiera lo que planeamos! —grito Cere, al esquivar otra llamarada.

—Eso bien podría ser cierto —yo me encontraba sujeto a su espalda, para no caerme. Era bueno que fuera tan fuerte, o no podría volar bien—. Te recuerdo que lo están controlando y ese tipo parece ser muy listo.

—¿Lo conoces?

—Solo en menciones, nunca lo he visto, eh... viene de nuevo.

Hasta ese momento no nos habíamos podido acercar mucho al dragón y el tiempo límite en el que el domo estaría activo se estaba agotando.

—Tengo una idea, solo dime, joven Cere, ¿eres resistente a la magia?

—Eh, si un poco, mi especie es resistente a algunos ataques, ¿porque lo preguntas?

—Por nada, tú solo llévame lo más cerca que puedas y en cuanto te avise, reagrúpate con los otros e intenta distraerlo unos segundos.

—Sigo pensando que estás loco.

—¿Entonces porque me ayudas?

—Tal vez estoy un poco loco también.

Cere hizo una maniobra en pleno vuelo para esquivar un nuevo ataque del dragón, dirigiéndose lo más cerca posible a su cabeza antes de que el monstruo disparara de nuevo. Eran diez metros solamente, pero la bestia se movía a una velocidad asombrosa, así que fallar era muy probable. Pero tenía que hacerlo.

Una vez más me transforme en un relámpago y llegue a la espalda del dragón, apenas logre sostenerme, unos centímetros más y hubiera caído.

—¡Oye! ¡Eso dolió!

Escuche a Cere quejándose y reprimir una sonrisa mientas hacia una señal para que fuera con los otros. Ahora venía lo más difícil, llegar a la cabeza y destruir las runas que lo controlaban. Escuche gritos que venían de abajo, una rápida mirada me dijo que los otros habían traído su arma, aunque no la pude ver bien.

La sensibilidad de la criatura debía haber disminuido mucho debido al hecho de que no estaba usando sus sentidos realmente, así que el peligro de ser descubierto era bajo. Sin embargo, los bruscos movimientos que hacia mientras atacaba a los tres cuya función era distraerlo, hacían que fuera muy difícil sostenerme.

Poco a poco me fui acercando hasta su cabeza, trepando por las escamas como si escalara una montaña. Cuando estuve a la altura de sus ojos, saque una daga y la llene de energía mágica. No saque la espada, pues entonces requeriría las dos manos y entonces era seguro que caería, así que mejor no.

Examine las runas con detenimiento, en total eran seis, marcadas en su piel como si se la hubieran quemado. Conocía algunas, pero la gran mayoría me eran desconocidas, aun así era evidente que la de control era la más grande, ubicada justo en el centro.

Estaba a punto de clavar la daga en una de las runas, cuando el dragón se dio cuenta al fin de mi presencia. Con un rugido expulso una gran cantidad de energía que me mando a volar y quemo parte de mi ropa.

Genial y eso que Yunei dijo que la gabardina era resistente.

Solo tenía una oportunidad, si fallaba me estrellaría contra el suelo. Me volví a fusionar con mi elemento y regrese a su cabeza. Sin tiempo para agradecer por seguir vivo y con un solo movimiento clave la daga en su cabeza escamosa y... Se rompió.

Theria Volumen 1: Un Nuevo Mundo.Where stories live. Discover now