En la entrada de ciudad Guidia

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La ciudad Guidia se veía en la lejanía. Desde que escuche por parte de un viajero de este lugar, días atrás, he querido visitarla. La ciudad si es bastante común, estaba rodeada por una muralla, algo mas grande que Friender, pero un poco menos que Astorie, con torres en los muros y puestos de vigilancia en las puertas. No, lo que me atraía de este lugar era el bosque que se encontraba cerca, donde existía un misterioso lugar llamado el pozo de las profecias.

-¿Ya casi llegamos? -dijo Aria, bostezando, ella, junto con Tyna, hicieron la ultima guardia la noche anterior y estaban algo somnolientas.

-Casi, pero algo pasa en la entrada, hay mucha conmoción -le respondió Clarisse.

En la entrada para carruajes y carretas varias personas estaban reunidas en un círculo. Al acercarnos me di cuenta de la causa. Parece ser que una carreta llena de mercancía había chocado contra el carruaje de un noble, los dos conductores estaban en una acalorada discusión sobre quien tenia la culpa, a los demás solo nos quedaba esperar a que llegara el regente de la ciudad para solucionar el problema, ya que los dueños de ambos vehículos eran personajes importantes en el lugar.

-Creo que tendremos que rodear la ciudad y esperar hasta llegar a la otra -opinó Clarisse

-¿¡Que!? ¡Ni hablar! -Tyna se opuso de inmediato. Ya me lo esperaba-. No me aseado bien desde que dejamos el río, quiero un baño caliente, además muero por comida decente. Estoy harta de la carne medio quemada.

-Opino lo mismo, no te lo tomes a mal, Hill, pero quiero comida de verdad -Aria estiro los brazos. Soy el primero en decir que mi cocina es mala, pero eso de que no es comida de verdad es pasarse un poco.

-Tengo deseos de una sopa y pescado asado. Es cierto que no hemos comido nada bueno en los últimos días. Sin ofender, desde luego -Sarel tomo su laúd mientras decía eso. Pues si que me ofendiste.

-Esta bien, esperaremos, aunque algunos podrían entrar por el paso de peatones y apartar una pos... -Aria y Tyna ni siquiera me dejaron terminar la frase, se bajaron a toda prisa, estirando sus miembros-. Buena, da igual, ¿iras con ellas, Sarel?

-No, vaya usted -esa manera de hablar otra vez. Me rindo, ya no diré nada-. Esperare junto a Clarisse, mientras pregunte por ese lugar que lo tiene tan intrigado.

-Gracias. Clarisse, lo siento por dejarte aquí.

-No se preocupe, maestro, no queda otra opción, ya que soy la única que sabe conducir -aunque todos nosotros lo estuvimos intentando ninguno lo dominaba como ella. La peor, para mi sorpresa, era Tyna. Los caballos le tenían pavor.

-Por cierto, tomen -de la bolsa saque dos cuadernos, diferentes de aquel en donde escribo la traducción del libro. Uno se lo di a Sarel y el otro a Clarisse-. En el que te di, Sarel, esta anotado todo lo que he descubierto sobre las runas, no es mucho, espero que te sirva -Sarel me pidió como favor que le transcribiera todo lo anotado sobre runas, ya que deseaba aprenderlo ahora que no se podía valer más de las armas para combatir.

"En el que te di a ti, Clarisse, están anotados todos los conocimientos sobre magia que conseguí -ella me había pedido ese favor, durante los descansos lo estuve escribiendo.

-Gracias, maestro.

Me despedí de ellos y seguí a Tyna y Aria a la entrada de peatones, también estaba atestada, pero por suerte no tanto como la otra. Después de poco rato logramos entrar, pero antes de pasar por las puertas algo en mi, mi instinto de supervivencia, me aviso de peligro inminente ¿que seria?

*

Clarisse

En cuanto el maestro David se fue comencé a revisar las anotaciones que me dio. Fue un humilde pedido que le hice, pues deseaba entender mejor lo que le pasaba a mi cuerpo. Le estoy profundamente agradecida, gracias a el y a la maestra Tyna he logrado controlar mi maldición. Pero quiero ser de mas ayuda, como estoy ahora no sera suficiente. Me queda mucho camino por recorrer.

Theria Volumen 1: Un Nuevo Mundo.Where stories live. Discover now