Intermedio 1

3.3K 359 29
                                    

El niño cayó de espaldas en un montón de hojas marchitas mientras una pequeña espada de madera salia volando, aterrizando cerca de una mujer de cabello negro y con un rostro cubierto de pecas, que se reía a carcajadas. Frente al niño estaba un hombre, aquel que lo había derribado, sosteniendo también una espada de madera, más grande y robusta. Era el padre del niño y lo estaba entrenando.

-¿Es lo mejor que puedes hacer? -se burló ella, su nombre era Verty y era una caballero femenina, amiga de George, el hombre con la espada de madera-. Incluso a tu edad ya deberías ser capaz de dar un golpe a ese idiota -le dijo al niño, Hill. Los tres se encontraban en medio de un claro de bosque. Ahí era donde George llevaba a Hill para entrenarlo casi a diario. Era ya la cuarta vez, sólo en esa semana, que desaparecían por mucho tiempo y Verty, harta que su amigo faltara a sus rondas, los fue a buscar. Pero ella también se termino quedando con ellos, mirándolos entrenar divertida.

-¿Acaso tú lo puedes hacer mejor? -pregunto Hill, irritado. Hasta ahora no había podido darle ni un sólo golpe a George y se estaba hartando de que Verty se burlara cada vez que fallaba.

-¿Acaso no lo sabes? -guiño un ojo al niño-. Tu padre nunca ha podido vencerme. Jamás.

-¿En serio? -Hill miro sorprendido a George, quien solo se encogió de hombros.

-Puede ser, pero es porque ella hace trampa.

-¿Eso crees? -Verty desenfundó su espada y comenzó a imbuirle magia-. Presta atención Hill, le daré una paliza tan grande a tú padre que regresara llorando a casa como un niño chiquito. Sin ofender.

-Veamos si sigues pensando así después de caer al suelo. ¡Prepárate! -George también desenfundó su arma y tomo una pose de batalla, su cuerpo estaba inclinado y la espada sujeta por sus dos manos tocaba el suelo, lista para ser blandida.

-¿En serio? ¿Sigues con esa vieja técnica? -Verty coloco su espada sobre su cabeza y la mano derecha frente a ella, uno de sus pies estaba un paso adelantado.

Hill se sentó en un tronco cercano para poder ver la pelea. Los otros dos se miraron por lo que pareció una eternidad hasta que George embistió con su cuerpo y con rapidez alzo la espada al pecho de Verty. Ella lo esquivo con facilidad y lanzo un estoque a George, quien se hizo a un lado a tiempo. Los dos volvieron a retroceder. El segundo ataque lo hizo Verty. Dio un estoque al estomago de George, pero este lo freno con su espada. Ese era el plan de Verty. Aprovechando la oportunidad dio un giro y le propino una patada a George en la cara, tirándolo al suelo.

-¡Te lo dije! ¡Es trampa!

-No es trampa, se llama usar todo lo que tienes. ¿Tu que opinas Hill?

-No me parece trampa -respondió el niño tras una pequeña pausa.

-Eres un niño listo -Verty le sonrió.

-¿Incluso mi propio hijo me traiciona? -George hizo un gesto teatral- ¡Ya no puedo confiar en nadie!

-Deja de refunfuñar -Verty le tendió la mano y lo ayudó a levantarse- ¡Es cierto! ¡Pedazo de tarado! ¡Te vine a buscar porque abandonaste tus rondas!

-¡Mira quien lo dice! -replico George- ¡También te estas distrayendo!

-Deja de replicar, mi turno acabo hace horas y ya me canse de cubrirte, así que mueve el trasero. Yo llevare a Hill a casa.

-Esta bien -George acaricio la cabeza del niño-. No vemos después, hijo, no dejes que te meta ideas raras en la cabeza. Eso fue trampa -murmuro, antes de dirigirse al pueblo.

-¡Muévete! -grito Verty, pero en cuanto George se perdió de vista comenzó a reír.

-¿Que pasa? -pregunto Hill.

-Nada, solo que recordé como solía ser en la academia. Bien vámonos, pronto oscurecerá y sera entonces cuando los monstruos comeniños saldrán y no querrás que te devoren ¿o, si?.

-Soy lo suficientemente grande para saber que eso es mentira -le replico el niño, irritado.

-¿O, si? ¿Acaso tu padre no te contó como luchamos contra un Virsey en las montañas de Irisol?

-Eh, si -le respondió Hill tras pensarlo un rato-. Me contó que lo venció el solo.

-¡¡Ja, ja, ja!! ¿Eso dijo? -Verty se agacho y señalo su espalda-. Sube, te llevare y mientras tanto te contare lo que en verdad paso.

Verty cargo al pequeño y comenzó a caminar hacia la casa de George. Mientras andaban le contó como ella y otros tres tuvieron que rescatar a George y a su compañera Sohara de las garras del Verty, una especie de oso con piel de reptil, al parecer su padre y su amiga fueron porque se enteraron que la piel del monstruo era muy valiosa y los idiotas fueron tan codiciosos que no le dijeron a nadie de su descubrimiento.

-Por suerte yo estaba, eh, revisando sus habitaciones y me encontré con notas donde hablaban de su plan, así que junte al grupo y fuimos a rescatarlos (no queríamos la recompensa, lo juro). Cuando llegamos ellos estaban en un rincón asustados y temblando, así que como verdaderos héroes atacamos al monstruo y, tras una ardua lucha, lo matamos. Como recompensa yo me quede con la piel y no deje a nadie quejarse.

-¿En serio? -el niño se río ante la historia, aunque no la creía por completo.

-¡Por supuesto! ¡Esa historia señala lo genial que soy! Ah, mira, ya casi llegamos.

Antes de llegar lo bajo y se puso de rodillas para quedar frente a frente. El niño sólo la miró confuso. Ella no parecía como empezar lo que quería decir, pero luego de un rato suspiro y comenzó a hablar.

-Pareces un niño muy listo. Dime algo, Hill, ¿te agrada tu madre?

-¿Puedo ser sincero?

-Claro, no hay nadie por aquí -respondió Verty, mirando a su alrededor.

-No lo se, ni siquiera la conozco lo suficiente -respondió el niño con sinceridad.

-Bueno, no se si debería decirte esto, pero el caso es que George solo se caso con ella por obligación -le confió Verty al niño-. Su primer esposo era amigo de George y cuando murió, en una cacería, tu padre desposo a tu madre por una promesa que le hizo, la de cuidarla y a sus hijos, tus hermanos mayores. Pero ella no lo quiere. No te digo esto para ponerte en su contra, sino para que cuides a tu padre. El y tu solo se tienen el uno al otro.

-¿Y mi hermana? A ella todos parecen quererla.

-Rina siempre quiso una hija. Debió ser grandioso para ella cuando se cumplió su deseo. Pero vamos, te llevo de una vez a tu casa o George me matara. Por cierto ¿porque te entrenaba tu padre? ¿Acaso quieres ser un caballero?

-No exactamente. Aun no se que quiero. Solo deseaba ver si era capaz.

-Bueno, lo descubrirás algún día.

Hill y Verty siguieron hablando hasta que llegaron a la casa del niño. Como siempre nadie pareció darse cuenta de que no estuvo ni de cuando regreso.

Theria Volumen 1: Un Nuevo Mundo.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang