La semana más larga:Enfrentamiento a medianoche.

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Al fin, tras un largo camino, regresamos a Mirie. Yunei llevaba a Sarah en su espalda, dormida, pues estaba cansada por el viaje y ya era muy noche. Demasiado noche. El guardia de la puerta nos detuvo antes de entrar y verificó nuestra identidad gracias a nuestras placas del gremio. También tuvimos que soltar algunas monedas de plata, pero era un precio bajo a comparación de quedarnos toda la noche tras la muralla.

-¿Vamos a la casa? -pregunte. Estaba muy cansado y deseaba dormir en un lugar cálido.

-No -respondió Yunei, moviendo su cabeza-. Vamos al gremio primero. Si podemos, nos quedaremos a dormir ahí, algunos tienen cuartos para gente de rango medio y alto.

-Es cierto, jamás te pregunte tú rango -hasta ahora no lo había recordado, pues hace mucho que no entro a una sede del gremio, creo que desde que busque un trabajo en Astorie, y por eso lo deje de lado.

-Tercero -respondió llanamente-. Por cierto, la chica aumento cuatro más, ahora esta a la par contigo.

No me sorprendía. Es más, creí que ya me había superado, pues ellos estuvieron haciendo misiones mientras yo me la pasé paseando o haciéndola de intento de profesor en Sarte.

Un ruido nos distrajo. Entre más nos acercábamos a la sede del gremio, más aumentaba. Parecía ser una discusión o algo así. Era la voz de una mujer, gritando algo incomprensible. Distraído por eso, choque contra una persona que iba saliendo de un callejón. Ambos caímos al suelo, pesé a que ella era obviamente mas grande que yo.

-¿Estas bien, niño? -me preguntó después de ponerse de pie y tenderme la mano para ayudarme a levantar. Era una mujer joven, de aspecto agraciado, que no parecía tener más de veinticinco años.

-Si, gracias -le contesté, tomando la mano que me ofrecía.

-¿Eh? -la mujer me miro por un rato, como buscando algo.

-¿Que pasa? -pregunté, con cierto nerviosismo. No estaba muy acostumbrado a que la gente me prestara atención.

-¿Nos hemos visto antes? -me preguntó. Me pareció que en su voz había un atisbo de miedo.

-No, jamás la había visto antes -le contesté. Ella me seguía mirando, con el entrecejo fruncido, como tratando de recordar.

-¡Es cierto! ¡Debo irme! ¡De nuevo, disculpa! -dijo la mujer de forma precipitada e hizo una rápida reverencia antes de salir corriendo nuevamente.

-¿Sabes quien era? -Yunei siguió con la mirada a la mujer hasta que desapareció de la vista.

-No, no tengo idea -contesté, encogiéndome de hombros.

-Es un misterio. Pero mejor apresuremonos, estoy cansada.

Los gritos seguían resonando en la calma de la noche. No quería entrar en medio de una discusión, aunque en el diario de George, que Tyna sigue sin quererme regresar, el escribió que había mercenarios que peleaban todo el tiempo. Por suerte hasta ahora no me había encontrado a nadie así.

Al entrar a la sede del gremio me encontré con la fuente del escandalo. Una chica con el cabello mal cortado le gritaba a la recepcionista, mientras que su compañero, un joven moreno, intentaba que nadie notara su presencia, parecía muy avergonzado. Yunei dejo a la dormida Sarah en una silla cercana y juntos nos dirigimos al mostrador.

-Lo siento señorita. Como le dije antes, ahora mismo no hay ningún examinador. No puede tomar el examen -intento calmarla la recepcionista. Era la misma que nos atendió antes de marcharnos ¿acaso tomaba turnos dobles o algo así?

-¡¡Debo subir de rango antes de mañana!! ¡¡Saldremos muy temprano!! ¡¡No habrá tiempo!!

-De nuevo, lo siento... ¡ah! ¡Son ustedes! -exclamo la recepcionista en cuanto se percato de nuestra presencia-. Si ya han regresado significa que lograron el objetivo ¿no?

Theria Volumen 1: Un Nuevo Mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora