La semana más larga: La caverna

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El lugar marcado para la misión era una caverna que se encontraba en la pared de un risco frente a una playa desierta. Casi nadie venia por estos lugres debido a que el mar estaba lleno de monstruos, si alguien se atrevía a nadar seguramente seria comido antes de saber siquiera lo que le había ocurrido.

-¿Es aquí? -preguntó Sarah, mientras inspeccionaba la entrada de la caverna.

No podía culparla por dudar, no había nada destacable en ella, aunque el aire que salia del interior era muy frío, contrastando con el calor que se sentía fuera.

-Según esto, este es el lugar -mire el mapa para convencerme. A simple vista parecía una caverna normal, pero podría ser mucho mas profunda de lo que imaginaba-. Pero no me da la impresión de que sea muy peligroso.

-Lo es -contesto Yunei, ella leía la hoja que nos dieron en el gremio-. El interior es como un laberinto, casi no hay luz y el suelo es muy frágil en algunas partes, hay que tener mucho cuidado donde pisamos. Lo que buscamos debe estar en lo mas profundo, así que sera difícil obtenerlo.

-Oye, Yunei, ¿Sabes para que sirve esa joya? -pagaban mucho por obtenerla y era difícil llegar a ella. Algo debía hacer.

-Se llama Joya sangrienta, pero en realidad es el fruto de un arbusto que solo crece en lugares muy profundos en la obscuridad, su nombre se debe a que son pequeños, de un color rojo intenso y su precio es tan alto como el de un diamante. Se usa para crear el elixir de la vida, que hace que envejezcas mas despacio, según cuanto elixir bebas. Hay algunos humanos que incluso han vivido cientos de años. Pero su elaboración es complicada y hacerla bien cuesta mucho esfuerzo, no muchos pueden hacerlo.

-¿Pero porque solo pidieron dos? ¿No deberían optar por muchos mas?

-Por el precio. No te no dije antes, pero que te paguen solo setecientas monedas de oro es absurdo, con razón nadie quiso hacerla. Una sola de esas cosas en, digamos, el reino de Feries, vale mas de mil. Son demasiado raras, no sabemos si realmente hay en este lugar, por lo que puede que incluso ni nos paguen. Solo los mas desesperados tomarían esta misión.

-Bueno, yo estoy desesperado, pero si piensas así ¿porque me seguiste?

-Soy avariciosa -la elfa sonrió con picardía-. Un arbusto puede dar hasta diez de esas joyas, si las conseguimos y vendemos tendríamos mas dinero del que conseguiríamos los tres juntos en un año con misiones normales. Si hay, claro esta.

-Si hay. Esto... Sarah, ¿realmente quieres entrar también? -me dirigí a la niña, que seguía mirando la entrada a la caverna con curiosidad.

-Si ¿porqué no? -Sarah me miro dudosa, mientras casi saltaba. Estaba bastante emocionada.

-Por nada -respondí. Era muy joven, la menor de todos nosotros, no quería que le pasara nada malo.

-¿Entramos o que? -Sarah estaba a punto de adelantarse, pero la detuve. Ya habíamos hablado de la formación. Iríamos del mas prescindible, yo, al que por nada del mundo queríamos que le pasara nada, Sarah.

De la bolsa saque una pequeña piedra mágica luminosa blanca, comprada por Yunei, y comencé a avanzar. La piedra brillaba como aquellas que iluminaban las ciudades, era algo indispensable para explorar lugares obscuros. Yo tenía algunas, pero eran muy inferiores y de color rojo. El ambiente seria muy tétrico si iluminaba con esa.

Como medida de precaución teníamos como regla no hablar, debido a que no sabíamos con que clase de cosas nos podíamos encontrar. La caverna seguía un camino descendente, al principio solo seguía una vía, pero cuando nos adentramos mas comenzó a bifurcarse, cada vez mas frecuentemente, hasta el punto que llego a separarse en tres o cuatro rutas distintas a la vez. Siempre que llegábamos a un callejón sin salida regresábamos y lo intentábamos de nuevo, cosa que ocurría con mucha frecuencia. Tardábamos horas en volver al punto donde nos equivocamos en el camino, era muy tedioso. Mientras caminábamos Sarah dibujaba un mapa, para evitar perdernos cuando regresáramos.

Theria Volumen 1: Un Nuevo Mundo.Where stories live. Discover now