Los jovenes en la cueva.

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Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Era como si mi cuerpo me avisara que me había librado por muy poco de un asunto bastante turbio... Nah, ha de ser mi imaginación.

Ahora mismo hay asuntos más urgentes en los que pensar.

Ya llevaba recorriendo el camino casi una semana, parando de vez en cuando para descansar, eso sí, pero apenas conseguí dormir. Y es que desde hace unos días me había estado asediando una sensación de extrañeza. Cosa fácilmente explicable debido al hecho de que no me he encontrado ni un alma desde que salí de la ciudad, pareciera como si todo el mundo hubiera desaparecido de pronto.

No he visto ni siquiera monstruos. Tan mal está la cosa.

No mucho antes encontré un pueblo, pero, para mi mala suerte, estaba abandonado. Algo que no sería nada raro si fuera un simple pueblo fantasma. Sin embargo, la comida aún fresca sobre algunas mesas, las ropas y utensilios regados en las calles, así como las casas casi por completo vacías de polvo, me indicaron que las personas dejaron este lugar de un momento a otro, sin preocuparse de llevar consigo nada.

No había señales de ataque, las pertenencias parecían haber sido dejadas tal cual las tenían en ese momento y tampoco había ningún tipo de criatura. Definitivamente era muy raro.

Además, en el ambiente se sentía un extraño frío que se acentuaba mientras más me acercaba al centro del pueblo. Después de gritar y no recibir ninguna respuesta, decidí dejarlo. Digo, algo malo puede volver a pasar y no quiero estar en el lugar cuando ocurra.

Lo único bueno del asunto, al menos para mí, era que éste no era el lugar en el que vivía la hermana de Lucil, de otra forma habría tenido que regresar por donde vine y buscar la forma de avisarle furtivamente a la chica zorro que todos habían desaparecido, sin que Sarah me detectara. No, ahora que lo pienso, lo más difícil seria escapar de Yunei, esa elfa siempre parece saber lo que estoy tramando.

De forma que no me quedo otra más que seguir con mí camino. Llegar hasta la ciudad no debería tomarme más de tres días desde aquí, tal vez menos, dado que no hay monstruos, y quizá ahí encuentre información de lo que le paso a ese lugar.

Pero, demonios, estaba esperanzado cuando vi las casas a lo lejos, estoy un poco harto de comer carne medio carbonizada. Debí poner más atención cuando Verty intento enseñarme a cocinar.

Por ir perdido en mis pensamientos casi me estampé contra un carruaje volcado justo del otro lado de una curva. Me acerque a examinarlo, notando casi de inmediato que en otros tiempos había sido un vehículo muy lujoso, aunque ahora era solo chatarra. Y no de la que podía vender, desgraciadamente, ya que no tenía como desarmar las piezas.

Varios cuerpos marcados por espadas y magia, la mayoría de hombres uniformados, me indicaron que se había dado una pelea. Aquellos que tenían ropas andrajosas seguramente eran bandidos. Podía hacerme a la idea de que paso aquí, los andrajosos emboscaron a los uniformados y pelearon hasta que ambos grupos murieron.

Aunque, de haber ocurrido de esa forma, sería un evento muy extraño. Al menos alguien de los dos grupos debió sobrevivir. Incluso si se encontraba muy herido, no debería haber muerto aun, vamos, que los cuerpos ni siquiera estaban fríos todavía. O mínimo quienes iban dentro del carruaje, ya que se supone era a los que estaban protegiendo.

Una pista, una pista...

¡Ah, ahí está!

Comenzando desde el carruaje, cosa que me indicaba no se trataba de los bandidos, encontré rastros de al menos dos cuerpos siendo arrastrados y uno de ellos con seguridad vivo, al menos cuando lo atraparon, pues se podían notar evidencias de que la persona trataba de resistirse.

Theria Volumen 1: Un Nuevo Mundo.Where stories live. Discover now