Theria Volumen 1: Un Nuevo Mundo.

Mentira blanca.

(El anterior capitulo, este y el siguiente originalmente eran uno mismo, el ultimo del primer arco, pero debido a que fue demasiado largo decidí cortarlo en tres, espero que eso no moleste y si es así por favor diganme si la siguiente vez que ocurra quieren que lo deje largo)

-¿A que te refieres con "obsequios de disculpa? -le pregunté a Yunei mientras bajábamos las escaleras. Había mucho bullicio en la sala principal del gremio, contrastando con la calma de la noche anterior. Al parecer de verdad ya era tarde.

-No le dijiste a nadie a donde ibas, solo te marchaste durante días y ya, si yo fuera uno de ellos estaría enfadado.

-Bueno, ni siquiera sabía si podría hacer una misión y estaba escapando de ti.

-Pero después de que te encontrará y decidieras que misión tomar podías haberles avisado ¿no? -Yunei entregó las llaves a un joven recepcionista, al parecer la que estuvo con nosotros ayer ya no estaba en horas de trabajo.

-Pues... -ahí me tenía, no había ninguna excusa que se me ocurriera para defenderme.

-Creo que estas demasiado acostumbrado a actuar sólo. Ahora estas con un grupo y debes tenerles confianza a tus compañeros. Debes creer que ellos te cubrirán la espalda en caso de ser necesario y ellos deben confiar en que tú harás lo mismo. No quise decir nada antes de partir para ver si de verdad no eras capaz de pedirles que fueran contigo, no imagine que ni siquiera les comentarías que te marchabas.

Sentía como si fuera regañado por una profesora. Tenia razón, ni siquiera pensé en ellos, solo en mi. Que egoísta soy, no me extraña que antes me dejaran sólo.

-Pero no hablemos mas de eso -como siempre Sarah hablaba con muchos ánimos. Eso siempre me calamaba-. Mejor pensemos en que vamos a comprar.

-¡Si, Hill, mejor piensa en que me vas a dar para disculparte! -interrumpió una voz detrás de nosotros que me provoco escalofríos por toda la espalda. Al darme vuelta vi a Aria, que no lucia molesta, sino completamente rabiosa. Oh, dios, es mi fin-. Sera mejor que me expliques donde estabas.

Más allá, sentados alrededor de una de las mesas del gremio, se encontraban Tyna, Sarel, Clarisse, Frey y una mujer que no reconocí. Al parecer desde ahí nos habían visto, nosotros no nos dimos cuenta debido a nuestra charla.

-Este... si, por supuesto... yo. Mira... nos atacó... y en una cueva... paredes -me excuse, sin saber exactamente que decía por lo nervioso que estaba.

-¿Que? No entendí nada de lo que dijiste.

-¡No dijo nada! -Yunei me tapó la boca y me llevo hacia una esquina, ante la mirada furiosa de Aria.

-¡Oye! ¡No lo empeores! -le susurré para que solo ella pudiera escucharme.

-¡No seas idiota! -susurro ella también- ¡Sarah! ¡Ven! -grito, llamando a Sarah a unirse a nuestra conversación privada.

-¿Que pasa? -Sarah se acercó, mientras que la furia de Aria pareció crecer ante este hecho. Hoy seré asesinado, estoy seguro.

Yunei se agacho hasta quedar a nuestra altura y paso sus brazos por los hombros de Sarah y mios, la niña la imito y, para no quedarme atrás, yo hice lo mismo.