Theria Volumen 1: Un Nuevo Mundo.

El camino a Sa'lore.

La sede del gremio se encontraba tan vacía como la ultima vez que la vi, tal parece ser que este lugar solo tiene un equipo, pensé que siendo un puerto tendría a muchos grupos, pero creo que me equivoque. La, al parecer también única, recepcionista estaba leyendo, de nuevo, mientras que el grupo de Naten y mis compañeros hablaban con el semblante muy serio alrededor de una de las mesas más alejadas de la entrada.

-He vuelto -anuncio la chica Nathar en cuanto entramos, cosa innecesaria ya que la campana de la entrada servía como aviso.

Todas las miradas se concentraron en nosotros, como había predicho, los chicos lucen enfadados, bueno, al menos Aria y Clarisse, Sarel no sé, me cuesta descifrar su expresión y Tyna ni siquiera me mira, solo come indiferente una fruta. Se ve deliciosa, creo que después le preguntare donde la consiguió, eso claro si no me matan primero.

-¿Ya te has recuperado, chico? -me dijo Naten, se iba levantar, pero Aria se le adelanto y se coloco frente a mi, en realidad está muy, muy enojada, se lo que va a venir a continuación, sólo espero estar mentalmente preparado. Creo que debí quedarme a comer en la casa de Myra, así hubiera tenido algo más que ese simple sándwich como ultima cena

Y ahí esta, una ligera bofetada en la mejilla, aunque he de admitir que fue muy débil, si ella hubiera querido me habría dejado una marca permanente.

-Lo siento -me disculpe, seria muy tonto si no supiera la razón de ese golpe.

-Más te vale, no vuelvas a hacer nada así de estúpido otra vez -después de decirme eso regreso a la silla donde había estado sentada y se dejo caer cruzada de brazos.

-Al menos tardaste menos en despertar esta vez, ya debes estar acostumbrándose -comentó Tyna, aún comiendo apaciblemente aquella fruta.

-Maestro, le pido amablemente que nunca vuelva a hacer algo así, nos tenia sumamente preocupados.

Mire a Sarel, solo faltaba su regaño.

-No le dire nada, se que lo volverá a hacer diga lo que diga, pero al menos debe avisarnos antes, para conocer sus intenciones -bueno, al menos me conoces.

-Ya que essstamosss todosss reunidosss, sigamosss con nuessstra conversssación -dijo Joseph-. Chico, tusss amigosss nosss dicen que van rumbo a lasss ruinasss de Sssa'lore, ¿esss cierto?

-Así es -le conteste mientras me sentaba en un asiento vacío junto a Aria, ella me miro enfadada, pero luego me paso una de aquellas frutas, que saco de una bolsa. ¡Que bueno! ¡Tengo mucha hambre! ¡Que bueno que me conoces tan bien!- ¿Acaso sabes algo sobre ellas?

-No hay muchos que no conozcan el lugar, es muy famoso, al menos de este lado del mar, yo crecí en una aldea cercana, en el país de Ahería, así que sé sobre las leyendas de ese lugar mejor que nadie más, son muchas y todas y cada una más tenebrosa que la anterior -me contestó la mujer de la raza felina, su forma de hablar era extraña, era una mezcla entre palabras y ronroneos.

"Ese lugar esta oculto en un bosque algo alejado de aquí, pero cerca de las aldeas de los Fide'il...

-Disculpa, Semily ¿que son los Fide'il? -preguntó Aria. Yo, Tyna y Sarel ya lo sabíamos, pero olvide que nunca se los dijimos a ella ni a Clarisse.

-Ustedes los conocen como la raza felina -le respondió la mujer felina, Semily, algo enfadada. Al parecer ya se habían presentado entre ellos, pero bueno, llegue tarde a la reunión y seria irrespetuoso pedirles que se presentaran de nuevo, así que no debo quejarme y estar atento a los nombres de los que aún no conozco.

-No te enojes, vienen del continente humano, es obvio que no conocen los nombres de los que ellos llaman "razas bestia" -la calmo la chica Nathar. De ella si han dicho el nombre... a, si, Cis.