La hora de la comida.

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Regresamos a la ciudad cuando ya anochecía y las puertas estaban a punto de cerrar. Nos encontrábamos cansados, con nuestras ropas rasgadas y manchados de sangre, bueno, al menos yo, y muy, muy, pero que muy hambrientos. No podía creer que había pasado tan poco tiempo desde que llegamos, parecía irreal. Esas horas se me hicieron eternas.

En las puertas nos esperaba un comité de bienvenida que me hacía sentir un tanto... nervioso, por decir lo menos. Con Sarel y Clarisse no había mucho problema, ellos lucían preocupados, cosa normal, pero estaban felices. Tyna mostraba enfado, tanto que los que pasaban cerca de ahí se desviaban solo para evitarla. Con mi gemela había un pequeño problema, aunque no tanto, en ella era normal y esperado.

Los problemáticos en realidad eran los otros tres. Ni idea que hacían en este lugar, se suponía que estaban en Friender, ni tampoco entendía por qué lucían tan enfadados, sobre todo Sarah. Ni que decir de Frey, si con ese tipo apenas y había hablado.

Es más, ahora que lo pienso, ¿dónde están los otros dos, Dopo y Rinoceronte, o como se llamaran? Bueno, ese es un misterio para después, por ahora no quiero agregar ninguno más a la lista, tengo demasiado en la cabeza en este momento.

Ni Aria ni yo nos detuvimos o contestamos sus infinitas preguntas hasta que cruzamos las puertas y llegamos al primer restaurante al aire libre que encontramos. La persona que nos atendió enarco las cejas ante nuestra apariencia, pero no dijo nada, cosa que en realidad le agradecía mucho. Los chicos nos siguieron, así que escogí una de las mesas más grandes. Aria se sentó a mi derecha y Clarisse a mi izquierda, mientras que Sarel y Tyna se sentaron uno de cada lado de la mesa, mientras que los otros se acomodaron frente a nosotros. Sarah había quedado delante de Aria y la miraba con curiosidad, quien sabe porque.

Bueno, sí sé pero no quiero pensar en ello, así que por mi propia conveniencia lo ignorare. Además es hora de disfrutar mí, ahora muy merecida, comida.

Al ver que ahí también vendían el platillo que pedí así que ordene uno, solo esperaba que esta vez nadie me lo quitara. Los demás me imitaron y pidieron cada uno algo diferente, solo Sarah pidió lo mismo que yo.

—Nos tenía sumamente preocupados, maestro, así que por favor le pido que nos explique lo que le ha ocurrido.

Clarisse me miraba entre preocupada y enfadada, no era de extrañar ya que desaparecí durante horas y estaba cubierto de sangre.

—Ni siquiera yo lo sé —le respondí, recostándome en la silla y cerrando los ojos—. Déjame ordeno mis pensamientos antes de decirles lo que sé.

Tras algunos instantes abrí los ojos de nuevo y mire al grupo de Yunei.

—Mejor díganme ustedes que hacen aquí.

—¿Así te comportas cuando venimos a avisarles que alguien persigue a tu novia?

Había algo de resentimiento en la última palabra que dijo la elfa, aunque no sé porque, tal vez debido a Sarah, aunque claramente le dije que yo solo sentía por ella el mismo cariño que hacia una hermana menor. Un momento, ¿se lo dije, verdad?

—¿Hablas del conde? ¿Saben que también esta tras ustedes, verdad? —le respondí, volteándole su argumento.

—¿Eh? ¿Tras de nosotros? —Frey pareció un poco incrédulo, aunque sentía que ese tipo no tenía nada que temer.

—No sé si tras de ti también, pero aquel sujeto menciono a Aria, Lucil y a ustedes dos —dije, señalando con la mano a Sarah y Yunei.

En ese momento llego mi comida. El platillo era un poco diferente al de esta mañana, la carne estaba asada y rodeada de una sustancia más clara, como yema de huevo. La probé, sabía mucho mejor y la carne estaba más tierna, tal vez la forma de cocinarlo era diferente, pero por mí estaba bien.

Theria Volumen 1: Un Nuevo Mundo.Where stories live. Discover now