Al final de la escalinata choqué con una puerta invisible por sorpresa. Deslicé la punta de mis dedos por su superficie para asegurarme que no eran imaginaciones mías. Uhm...¿Era el final del camino? Tal vez no. Tuve una idea y empujé la "puerta" con fuerza. Era tan pesada que increíblemente parecía hecha de piedra. Seguí empujando y empujando hasta que aquella cosa se abrió de par en par. Debido a la inercia, caí sobre una superficie sólida, dándome un buen golpetazo.



Espera...¿Sólida?



Me palpé la nariz y la nuca, adolorida, y levanté la vista para poder apreciar dónde narices había acabado esta vez. Un cegador blanco me obligó a cerrar los ojos hasta que se acostumbraron al cambio de escenario. Me incorporé y me sacudí el polvo lentamente. En efecto, aquella estancia era mucho más "realística" que la otra "cosa". El suelo estaba decorado por azulejos blancos de mármol y las paredes y el techo eran de un blanco inmaculado, con algunos relieves decorativos. A simple vista, parecía el corredor de un palacio real del cuál, no se veía el final. Era enorme; me sentía como un enanito con sombrero y todo.



"Bueno, esto es mucho más agradable, sin duda. Pero ahora estoy convencida de que esto no es más que un sueño...A lo mejor me quedé dormida en algún momento...No me extrañaría; me quedé hasta tarde para arreglar mi ... idea."



Justo en ese momento, como si mis pensamientos ejercieran algún tipo de fuerza en lo que veía, el lugar volvió a cambiar, distorsionándose el espacio como una batidora gigante. En cuestión de segundos me encontraba en un lugar completamente diferente. Éste era menos luminoso...y me daba mala espina, ¿Dónde estaba esta vez? Sin pensármelo dos veces, eché a andar. Ya que estaba en un sueño, sentía curiosidad por averiguar que pasaría después de cada una de mis acciones. No fue hasta más tarde...que me convencí que había sido mala idea adentrarse en un sitio así.



La sala era pequeña, en forma de pasillo y oscura. Era tan silenciosa como la noche misma. De no ser por la luz que arrojaban unos tubos fluorescentes, como estatuas a los lados, me habría chocado con alguna pared seguro. Me acerqué con curiosidad a la hilera de tubos de luz mientras seguía caminando...y una extraña presión en mi pecho mi inundó. Sentía que algo no estaba bien. Eso...eso no eran tubos de luz...eran tubos de ensayo enormes. La luz procedía de los líquidos verdosos que contenían y que burbujeaban sin cesar. Pero no había nada en su interior. Y mejor así, la verdad.



"¿Qué son estas cosas?" Golpeé con los nudillos uno de los cristales, "¿Y para qué sirven?" Daba repelús...No me quedé mucho tiempo. No me agradaba la idea de quedarme en aquel siniestro lugar por más tiempo. El umbral luminoso que vi al final del pasillo me venía de perlas y lo crucé sin pensarlo dos veces.



Vale...este es el sueño más raro que he tenido nunca...¿Ahora estoy en una sala de tronos? ¿Qué narices? Definitivamente el cansancio me afectaba mucho. Mi cabeza estaba hecha un lío. Caminé hasta el centro de la sala redonda y dí varias vueltas sobre mí misma. En el techo colgaba una preciosa lámpara de araña de cristal, perfecta para una película de estreno y las paredes eran tan blancas que parecían no existir...Dudé sobre ello un instante.

~ Un verano juntos ~Where stories live. Discover now