Treinta y tres

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-No puedes acercarte -lo miré aterrada y me levante lentamente del sitio donde estaba sentada. -Tienes una orden de restricción.

-Tú no puedes decirme lo que puedo y no puedo hacer. -se acerco a mi, y yo retrocedí unos centímetros hasta el tronco del árbol -Eres mía Shaily, mi esposa.

-Por favor, no hagas esto mas difícil -lo tenía muy cerca de mi, el corazón me golpeaba el pecho queriendo salir -Solo déjame ir.

August negó con la cabeza riendo.

-Es que aún no lo entiendes mi cielo. -con una de sus manos me tomo por el cuello y empezó a hacer presión -No puedo dejarte ir, no quiero hacerlo, ni siquiera lo voy a intentar.

No podía hablar, sentía como el aire quemaba mis pulmones queriendo salir, la mano de August parecía un metal que aprisionaba mi garganta, cada vez mas apretado.

Aproveche su concentración en obstruir mi respiración y con la poca conciencia que me quedaba tomé mi movil del bolsillo de mi pantalón, y lo desbloquee, era un movil que me había dado mi tía para cualquier emergencia y solo tenía cuatro números en la memoria, cualquier tecla que presionara llamaría al alguien para ayudarme.

-Entonces cariño -habló de nuevo August, solo esperaba que quien sea atendiera a la llamada y lo escuchara -¿Irás conmigo?

Necesitaba ganar tiempo, así que como pude moví mi cabeza afirmativamente.

August soltó su agarre lentamente y yo de inmediato comencé a toser.

-¿Cómo supiste donde encontrarme? -pregunté un poco mas recuperada.

-Los seguí hasta casa de Malia, y solo fue cuestión de tiempo hasta que vinieras a este viejo parque.

Me tomó por el brazo y me empezó a jalar hacia la avenida.

-Ya vámonos, tengo un par de boletos reservados para ir a una playa lejos de todo. -yo trataba de caminar lo mas lento posible, con mi movil oculto en mi blusa. -Por fin tendremos nuestra luna de miel.

-August, aún estás a tiempo de no cometer otro error -dije -Por favor déjame aquí, vete lejos, ve al médico y reinicia tu vida.

-No, nadie será como tú, como ella... -seguí avanzando, había un taxi con el logo del aeropuerto esperando en la calle -Te necesito a ti.

-No es a mi a quien quieres, piénsalo mejor -trataba por todos los medios hacerlo reaccionar -Si me llevas de este modo nunca seremos felices.

-¿Quieres quedarte para estar con él? -se giró y nos detuimos a unos metros del auto -Es eso, tú me estas engañando con otro, con el idiota de Aaron.

Me soltó del brazo y sentí una bofetada.

-Nunca me valoraste -dijo cuando un segundo golpe se hizo presente -Yo siempre quise darte una vida de reina Shaily.

Vi su puño acercarse a mi cara y cerré los ojos esperando el tan conocido golpe, pero nunca llegó.

Cuando abrí los ojos, dos policías tenía a Blanchard inmovilizado.

-August Blanchard, queda detenido por agresión y tentativa de homicidio en segundo grado contra Shaily Blanchard. -El oficial comenzó a leerle sus derechos a Blanchard y unas manos me ayudaron a levantarme del pasto.

-¡Déjenme! -gritaba él furioso -¡Es mi esposa! ¡Diles Shaily que estamos bien!

-Tiene derecho a permanecer callado, todo lo que diga podría ser usado contra usted en un juicio. -continuó el oficial ignorando sus gritos. -Tiene derecho a un abogado, si no puede pagarlo el estado de California le asignará uno gratuito.

Los vi alejarse con él hacia una patrulla, y poco a poco fui saliendo del shock.

Me giré para ver quien me había levantado y la cara de Sienna Blanchard apareció ante mi.

-Señora... -me estrujó entre sus brazos y me susurró que no dijera nada.

-Shaily, cariño, ¿Estás bien? -Mi tía venía corriendo junto con la mamá de Malia.

-Ve con ellas -me dijo la mamá de August -Iré a ver que se ofrece en la comisaría.

Asentí y me dio un beso en la mejilla antes de caminar hacia la salida del parque.

-Tía. -la abracé.

-Mi niña -me inspeccionó la cara y los brazos -No debí dejarte aquí.

-Lo siento tanto -empezó a hablas la señora Benton -Sabía que debí salir contigo.

-No se preocupen, ninguna tuvo la culpa, el único culpable ya esta camino a su propio castigo.

-En la mañana recibí una llamada de la mamá de August, quería hablar contigo de algo importante. -empezó a hablar mi tía -No me dio ninguna señal de saber lo que pasaba así que le di tú número; cuando horas mas tarde me llamó para decirme que su hijo estaba a punto de llevarte no lo pude creer.

-Su número era el último en la memoria, debí llamarla a ella cuando intenté pedir ayuda.

-Pues fue una fortuna, por que aunque yo estaba a punto de llegar, sinceramente no pensé en llamar a la policía, el miedo me bloqueo la mente -mi tía estaba llorando, se sentía culpable.

-Bueno, Sienna hizo lo correcto -dije y la abracé -Tranquila.

-Ya llamé a Malia -dijo la señora Benton -En una hora llegará aquí con Hannah y Aaron.

-Muchas gracias -dije y las tres empezamos a caminar hacia la casa. -Seguramente deberé ir a declarar y los necesito a todos conmigo.

Llegamos a la seguridad de la casa Benton y mientras mi tía y la mamá de Malia charlaban yo subí a cambiarme de ropa, en cuanto los chico llegarán iría a declarar en contra de mi marido.

Era momento de terminar con todo.





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