Tres

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-Muy bien, eso sería todo por el día de hoy -todos en el aula guardaban sus cosas, yo aún no conocía a nadie y ya era mi tercer clase -No olviden traer sus reportes de empresa para mañana.

La mayoría de mis compañeros asintió, pero yo no tenía idea de ningún reporte, tenía una hora libre entre esta clase y la de finanzas públicas, espere a que todos salieran para ir a sus clases o a perder el tiempo y me dirigí hacia el profesor.

-Disculpe -llamé su atención e hice que sacara la nariz de su libro -Profesor...

-Lake, Señor Lake. -dijo el hombre algo fastidiado. -¿Qué se le ofrece?

-Bueno, verá soy Shaily Carston y...

-Al grano señorita Carston. -Lo miré quedándome callada de pronto y asintiendo.

-Esta bien, solo quería que me explicara lo del proyecto de empresa, me acaban de transferir y no tengo idea.

-¿No tiene idea sobre la materia o sobre el proyecto? -el tipo se estaba burlando de mi.

-Sobre el proyecto obviamente.

-Bueno, no tengo tiempo para explicar cosas que ya hice antes, busque a alguien que le ayude o de la calificación por perdida.

Ni siquiera le di las gracias o me despedí, simplemente tomé mis cosas y salí refunfuñando del aula, no era posible que un profesor tratara así a una estudiante.

Camine hacia la biblioteca, tenía que poner al corriente muchas materias, debí hacer caso a mi tía Ann y transferirme al semestre próximo, pero no.

-Buenos días -le dije a la bibliotecaria -¿El área de contabilidad?

-Por allá -dijo amable señalando un conjunto de estantes -No se que estés buscando pero si quieres algo mas especifico puedes buscar el tema en las computadoras y el sistema te arrojará los libros que te sirvan.

-Muchas gracias -sonreí, al fin alguien amable.

Estaba en las computadoras de la biblioteca buscando información, cuando un par de chicas se pusieron en la máquina de a lado.

-¿A que no adivinas que profesor tengo en Finanzas? -dijo la pelirroja a la de cabello negro.

-No puedo creer si quiera que sea quien estoy imaginando.

-Pues si lo es -dijo la otra chillando de alegría y ganándose varias miradas de odio.

-Dios, es tan sexy -la pelinegra se relamió los labios -Yo en finanzas tengo que aguantar al idiota de Cueller.

-Pudiste cambiar tu clase, pero mi grupo ya está lleno.

-Y puedo asegurar que casi todas son mujeres.

-No te creas -la chica pelirroja se puso un poco mas seria -No solo es guapo, también es uno de los mejores profesores del campus, si consigo hacer mis prácticas de economía como su asistente tendré asegurado el puesto en cualquier empresa que quiera.

Yo estaba escuchando con atención la plática, y no por que fuera una entrometida, simplemente las dos mujeres estaban junto a mi y casi gritando en una biblioteca silenciosa, era imposible que no fueran escuchadas.

Me llamó la atención lo que decían de aquel profesor, algo como lo que decía la pelirroja era lo que estaba buscando, una oportunidad así no podría desperdiciarse, ¿Cuál sería el nombre del profesor?

Las chicas se fueron y seguí estudiando un rato más, iba tarde a la clase de finanzas, si me topaba con otro idiota como el profesor de servicios empresariales, estaba segura de que no podría entrar a clase.

Cuando llegué al aula no escuché ningún ruido, me asomé por la pequeña ventana de la puerta, casi cincuenta mujeres estaban sentadas en las primeras filas del aula y todas miraban algo con cara de estúpidas.

Pude observar a la pelirroja de la biblioteca en la primera fila, justo en el centro y en ese momento supe que la suerte me había sonreído, tendría la oportunidad de demostrar lo buena que era con las finanzas y ser la asistente del profesor que estuviera detrás de esa puerta.

Luego me di cuenta de que había llegado tarde, en mi primer día de clase y que tendría que llamar la atención de una manera muy poco responsable.

Pero llamaría la atención, y eso era lo importante -me dije.

Golpeé la puerta suavemente con los nudillos y me alejé, si acaso la clase llevaba quince minutos, no era tan tarde.

Esperé unos segundos y entonces abrieron, mi mirada rápidamente viajo a la de mi nuevo profesor.

Ambos nos miramos, era imposible... era...

-¡TÚ! -nos gritamos el uno al otro.

DETOXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora