Uno

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Actualidad

Estaba sentada en la esquina de un callejón, mi ropa estaba sucia y la cara la tenía llena de vómito, realmente no sé como llegué aquí, solo recuerdo haber entrado al bar, estar bebiendo por horas y horas mientras unos tipos extraños me veían.

Después solo veo borroso, desperté unos minutos atrás por las nauseas y no tenía uno de mis tacones, mi bolso también estaba desaparecido y que decir de mi móvil, se había ido dentro.

Un insoportable martilleo me hacía pensar que mi cabeza explotaría, estaba cansada, no podía seguir con ese ritmo de vida.

¿Pero que podía hacer? ¿Pedir ayuda?

No tenía a nadie, mi única familia me repudiaba, no tenía amigos, ni siquiera podía ir con la consejera de la universidad por que la había dejado meses atrás.

Seguramente también me encontraría con la noticia de estar despedida, era un caso perdido, lo mejor sería desaparecer, solo quiero ser invisible.

¿Cómo llegué aquí? ¿De verdad quieren saberlo?, bien les contaré; todo empezó con una bicicleta, un conductor hipnotizante y unas agujetas sin atar.

Un año atrás

-Mi nombre es Shaily Carston, he venido de la universidad estatal de Oregón por transferencia.

-La estábamos esperando señorita Carston, estamos realmente sorprendidos con su desempeño académico. -dijo el Director Weber cuando llegué a completar mi transferencia. -Esperamos cumplir sus expectativas, ¿Por qué eligió negocios internacionales?

-Bueno, soy excelente con la administración y me gustaría empezar una empresa, mis padres me dejaron una pequeña herencia y sería bueno invertirla en algo, ya que no me durará para siempre.

-Es una joven muy centrada señorita Carston, es un placer para nosotros recibirla en la UCLA, puede integrarse a las clases a partir de la próxima semana si le parece bien, no tendría caso que lo hiciera hoy, es viernes y las clases están por terminar.

-Me parece perfecto. -me levante de la silla y estreche la mano del director -Muchas gracias por todo, sobre todo por aceptar mi transferencia a medio semestre.

-No podíamos negarla a una estudiante de excelencia.

Asentí con una sonrisa y salí de la oficina, estaba muy emocionada por empezar de nuevo, llevaba viviendo seis años con mi tía Ann en Portland y extrañaba Santa Mónica, las playas y los parques eran espectaculares, mi casa quedaba algo lejos de la Universidad pero con el viejo jeep de papá que mande reparar a penas puse un pie en casa, no tendría que preocupare mucho por eso.

Iba caminando por el campus, tenía muchas ganas de recorrerlo todo, estaba sumamente emocionada por seguir mis estudios en un nuevo lugar, me agradaba demasiado conocer gente nueva y justo eso podría hacer en este lugar.

Cuando decidí volver a casa eran cerca de las tres de la tarde.

Estaba pasando un cruce de calles para llegar al jeep cuando noté que mi cintas de los tenis estaban desatadas.

Miré a ambos lados y no venía ningún auto así que en un momento de inconsciencia me agaché a atarme los cordones, dos segundos después tenía la rueda de una bicicleta en mi costilla y el dolor más insoportable del mundo.

-Eres una... -dijo frustrado el chico que conducía la bicicleta --¿Cómo carajo se te ocurre detenerte a atar tus cordones a media calle?

-Lo siento -me levanté sobre el asfalto y aparté la bicicleta para poder sentarme -Me fijé y no venía nadie.

-Bueno al parecer a parte de estúpida eres ciega.

-Mira pedazo de... -en ese momento levante la mirada para enfrentarlo pero que me quedé helada, tenía unos ojos miel que echaban fuego y me estaban derritiendo, la posibilidad de hablar se anuló en mi cerebro y no pude mas que quedarme mirándolo, era guapo, era cautivador.

-Ahora resulta que la última neurona que tenías se estropeo con el golpe -dijo con sorna sacándome de mis pensamientos y me di cuenta que tenía una mano extendida para ayudarme a levantar.

Ignoré el dolor de costillas y su mano; y con la poca dignidad que me quedaba me levanté.

-¿Puedes andar? -cuestionó fastidiado, se notaba que estaba rogando que dijera que si.

-Si, puedo hacerlo -respondí, aunque no estaba segura de poder hacerlo -Puedes irte sin pendiente.

-De todos modos iba a hacerlo, es solo que quiero evitar algún tipo de represalia.

Lo miré mal, su forma de ser era indirectamente proporcional a lo guapo que parecía.

-Púdrete.

El empezó a reír mientras montaba su bicicleta y se iba, no se decir bien que pasó pero su risa era el sonido mas atrapante del mundo.

Y me había capturado.

Universidad pública perteneciente a la Universidad de California. Se ubica en el área residencial de Westwood dentro de la ciudad de Los Ángeles.   

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