Trece

2.2K 174 38
                                    

-Hasta mañana señor Leigster -me despedí de mi profesor de derecho.

-Hasta pronto señorita Carston.

Salí del aula con una sonrisa, había hecho un examen y me habían dado la mejor nota de la clase.

Tenía que ir a festejar, así que le envié un texto a Malia, Hannah tenía un par de reuniones con Blanchard y eso lo sabíamos por que había estado molesta de no poder salir con su novio por causa de su jefe.

Pero según recordaba Malia no tendría clases en este momento.

Mi movil sonó y de inmediato respondí a la llamada.

-¡Felicidades! -gritó Malia -Había quedado con Tom y Aaron para ir por unos tragos al club de la otra noche.

-Suena genial, yo me apunto. -dije entusiasmada, Hannah ya me había comentado que Aaron quería acercarse mas a mi, era un excelente chico que estudiaba medicina en otra facultad, al parecer ambos iban al instituto con Hannah y Malia y es por eso que los conocían.

Aaron era un chico guapísimo, valía la pena conocerlo sin duda alguna.

-Perfecto -me dijo ella por el auricular -Entonces nos vemos en la entrada del edificio de Administración.

-Vale -dije, solo tendría que caminar unos cinco minutos para llegar a ellos -Ahí los veo.

Era una tarde increíble de viernes, toda la semana había pasado tan rápido, nos la habíamos pasado haciendo exámenes, el final de semestre estaba a la vuelta de la esquina y todos estaban vueltos locos, valía la pena salir a celebrar un rato con los chicos.

Caminaba hacia el edificio de administración cuando me tope de frente con August y una muy estresada Hannah.

-Hola -les sonreí, August había estado comportándose como un verdadero amigo esta semana, incluso en clase, ya no era el ogro que fue en un inicio.

-Hola Shaily -me dijo Hannah -¿A dónde vas con tanta prisa?

-Malia me invito a tomar unos tragos junto con Tom y Aaron -dije tranquila -Estoy celebrando mi excelencia en derecho.

-¿Quienes son Tom y Aaron? -intervino Blanchard -No los ubico de ninguna clase.

Hannah se le quedó mirando raro y yo le respondí.

-Son unos amigos.

-Además dicen -continuó Hannah -que cierto chico está coladito por nuestra amiga prodigio.

Los nudillos de Blanchard se volvieron blancos, y su semblante cambio rápidamente de uno tranquilo a uno bastante molesto.

-Hannah -dijo el tratando de mantener la calma -Hoy tenías una cita muy importante, ¿cierto?

-Si -dijo ella dudando y ambas lo miramos como cuando se mira a un volcán que va a hacer erupción. -Pero no se preocupe profesor, ya la cancele, podemos ir a las reuniones de la inmobiliaria.

-Llama a ese novio tuyo -dijo él -el triunfo de Shaily merece ser celebrado, avisa a mi madre que no iré a las juntas por un asunto de primordial importancia y avísales a Malia y tus amiguitos que los veremos en el lugar, necesito revisar unos exámenes antes y me gustaría que la señorita Carston me ayude.

Hannah nos miró como si no entendiera y asintió, su mirada de disculpa llegó a mi y estoy segura que ella en ese momento supo que yo estaba perdida, si tan solo me hubiera advertido.

La vimos alejarse, yo estaba muy molesta, no tenía derecho de arruinar mis planes.

-¿Cómo te atreves? -le cuestioné en cuanto Hannah estuvo lo suficientemente alejada -Nadie te invitó a una salida de alumnos, ¿No te queda claro que pueden malinterpretar las cosas?

-¿Qué te molesta? -gritó él -Lo siento por arruinar la salida con tu amiguito, acaso querías salir con él.

-Ese no es asunto tuyo, me pediste que fuéramos amigos, no me dijiste que te comportarías como padre celoso.

-No soy tu padre -me tomó de los hombros -No quiero ser tu padre Shaily, ¿no lo entiendes?

-Entiendo que estas desquiciado -me agité tratando del soltarme de su agarre, pero me apretó mas entre sus manos -¡Suéltame! ¡No tienes ningún derecho!

-Después de esto, si que lo tendré.

Estaba a punto de reprocharle cuando sentí sus labios sobre los míos, eran tóxicos pero tal como las drogas era imposible soltarlos una vez que los probabas.

Deje de forcejear y el aflojó su agarre, poniendo sus manos en mis mejillas.

Cuando se alejó, me quedé ahí parada, con los ojos cerrados.

-Lo siento -me dijo él -Lo siento Shaily, no quiero hacerte daño, y solo... no sabía como acercarme y me puse muy celoso del aquel tipo.

Permanecí callada y solo asentí, aún tenía el sabor de sus labios en los míos, era una mezcla de menta y café tan fuerte que embriagaba.

Acomodé mi bolso en mi hombro y empecé a avanzar, el no me detuvo, no necesito hacerlo por que después de cinco pasos solté mis cosas y corrí de nuevo a sus brazos.

La droga había surtido efecto.

DETOXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora