Diecinueve

2.1K 154 28
                                    

Actualidad

Estaba segura de que él llegaría hoy, me había dicho que ya volvía, pero quizá decidió estar en el último día de sus conferencias.

Eran casi las seis de la tarde, no tenía nada que hacer y mi estómago suplicaba por algún alimento real.

No había nada para cenar y el dinero que me había dejado para comer lo había gastado la noche anterior, así que tendría que conformarme con un par de huevos que encontré en el refrigerador y un poco de leche.

Estaba por irme a acostar, quizá las siete era temprano pero mi día había terminado, se escucho la puerta de entrada y luego sus zapatos por el corredor, ya estaba fuera de la habitación.

Aquí vamos de nuevo.



Hace seis meses

-No -me dijo él mientras esperábamos a mi tía Ann en la sala de su casa -No puedes seguir estudiando cuando nos casemos, yo te daré todo lo que necesitas Shaily.

-Lo hablaremos cuando regresemos a casa -le dije molesta, era la tercera vez en la semana que sacaba esta discusión. -Ahora solo venimos a darle la noticia a mi tía y debemos volver mañana mismo, ya llevamos dos días perdidos en la universidad.

-Por eso deberías dejarlo... -dijo él, pero se detuvo cuando se dio cuenta que mi tía nos observaba desde la entrada a la sala.

-Si me permiten -dijo ella sentándose apaciblemente frente a nosotros. -Yo no considero correcto que Shaily deje la escuela.

Mi tía Ann era una mujer muy cariñosa, al menos conmigo, todo el amor maternal que no pudo darle a un hijo propio me lo dio a mi, ella estaba completamente en contra de mi boda con Blanchard y no solo por lo apresurada de esta, sino por que no pensaba que el fuera alguien que valiera la pena.

-Tía no lo haré -necesitaba tranquilizarla, ya me liaría con August después, pero no permitiría que mi única familia se molestara conmigo.

-Eso no esta a discusión -dijo él ¡, las venas de la frente se marcaban, estaba furioso. -Señora, yo entiendo que quiere lo mejor para el futuro de Shaily, pero ella es ahora mi prometida y no creo correcto que se inmiscuya en nuestros problemas de pareja.

-No me estoy inmiscuyendo en asuntos de pareja -dijo ella, yo no podía ni abrir la boca, era obvio que ambos estaban muy molestos el uno con el otro. -Eso es un asunto académico y del futuro de mi sobrina, no les estoy diciendo de cuantos pisos debe ser el pastel.

-Con su permiso -Blanchard se levantó molesto del sofá y salió como alma que lleva el diablo por la puerta principal de la casa.

-Déjalo -dijo mi tía tajante en cuanto hice ademán de seguirlo. -Shaily Carston si sales detrás de él por esa puerta, te olvidas de mi.

Su tono de voz era frío, obviamente no estaba haciendo una broma, no podía ponerme a decidir entre mi tía y August, ella siempre sería primero.

-De acuerdo -dije dejándome caer de nuevo en el sofá. -Solo no te molestes más.

-Mi vida, no puedes casarte con ese hombre. -mi tía se cambió de asiento y se sentó junto a mi. -No entiendo como puedes estar con alguien que quiere cortar tus alas.

-Tú le diste aprobación.

-Sí, se la di antes de saber como te maneaba. -suspiro y tomo mis manos entre las suyas -Eres mucha mujer para él, mereces a alguien que quiera verte graduada, con un gran empleo y siendo feliz.

-Soy feliz con él -no podía mirarla a los ojos -Quizá podría tomarme un semestre de la universidad, solo para planear la boda.

-¿Planear la boda? -su tono de voz sonó cortado, seguramente se estaba aguantando las ganas de llorar -Mi niña, pero si a penas se comprometieron.

-Lo sé, pero queremos conocernos juntos, él necesita seguridad y yo que entienda que no me iré al primer pleito.

-¿Cuando pretendes casarte?

-A final de mes. -dije con miedo.

-Eso es... eso es en dos semanas -mi tía me soltó y se levantó como resorte. -No puedes cometer tamaña equivocación.

-Será algo sencillo, algo en la playa de Santa mónica con un juez y la familia.

-Shaily, llevas cuatro meses de conocerlo, no puedes... -se quedó pensando unos segundos y luego me lanzó una mirada tan certera como si hubiese sido un dardo. -Shaily Carston, hija, si decides seguir con esta locura, no iré a esa boda y estarás muerta para mi en el momento en que cruces esa puerta.

No podía creerlo, mi única familia me daba la espalda, yo estaba de acuerdo en que era pronto, yo había soñado toda la vida con una boda de cuento, y Blanchard se estaba esmerando en darme todo lo que deseaba para ese día.

Mi tía había sido la primera en saber la fecha y se había puesto fúrica, ¿cómo reaccionarían los demás?

Da igual, ella era la única que importaba y no estaba dispuesta a acompañarme en ese día.

Blanchard se molestaría si le cambio la fecha.

Mi tía Ann me amaba, terminaría entendiendo.

-Lo siento -dije mientras me levantaba y tomaba mi bolso -Está decidido, te haré llegar la invitación y de verdad espero verte ahí un par de días antes para que la pasemos juntas.

-¿Estás segura? -dijo ella con lágrimas en los ojos, iba a ceder, estaba segura.

-Sí -le dije y empecé a caminar hacia la puerta -Te veo ahí.

-No, te veré cuando mi sobrina vuelva -dijo y cerró la puerta en mi nariz.

DETOXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora