Veinte

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-Bueno tenemos dos semanas y mil cosas que hacer -dijo Malia entrando a la cocina donde preparaba agua de sandía para las chicas y yo. -Déjame ayudarte con eso que llevas horas y aún no terminas.

-No seas exagerada -dije riendo y dejando que ella llevara la jarra de agua a la sala -Solo han sido veinte minutos, además aún no llega Hannah.

-Ya debe estar por llegar, está vuelta loca con lo de la boda, con lo curiosa que es, se la ha pasado dos días enteros buscando imágenes en pinterest de bodas en la playa.

-Por eso le pedí ayuda, yo solo no podría con todo esto -mi semblante cambio a uno mas triste.

-¿Tu tía aún no ha llamado? -Malia me abrazó y yo solo negué con la cabeza -Tranquila, estoy segura que llegará ese día y te acompañará hasta el altar.

-Eso espero -sonó el timbre y Malia corrió a abrir.

Una Hannah llena de revistas y papeles apareció en mi sala de estar.

-Muy bien, tenemos todo el día de hoy para organizar y decidir, mañana es lunes y Malia y yo tenemos clases, así que el plan es que mientras nosotras estamos en la escuela te encargues de todo lo que puedas y por la tarde te ayudaremos con lo restante.

Malia y yo miramos a Hannah ahora entendía por que Blanchard la había elegido como asistente, era en verdad eficiente.

-Si capitán -dijimos Malia y yo al unisono y las tres empezamos a reír.

Justo el viernes que regresamos Blanchard y yo les habíamos dado la noticia a mis amigas, August había decidido darle tres semanas de vacaciones a Hannah para que me ayudara con lo de la boda, no tenía muchas amigas en este lugar, les hablaba bien a muchos en la universidad, pero sin duda ellas dos eran quienes debían ayudarme.

-Bueno, ¿Por donde quieres empezar? -me preguntó Hannah.

-El lugar y el juez que nos casará, no queremos nada religioso.

-Habíamos dicho que la misma playa de Santa Mónica sería un buen lugar -comentó Malia -el problema son los turistas.

-Pero muchos ya han vuelto a clases y a sus empleos. -dije yo.

-Si, pero tu boda será en fin de semana, estará atascado de gente.

-¿Cuantos invitados planean tener? -Hannah hacia las preguntas -Es lo primordial.

-No estoy segura, se supone que solo familia y amigos muy cercanos, por mi parte yo solo tengo a mi tía y a ustedes, no puedo invitar a los chicos por que no le agradan a August. -Me quedé pensando un momento -Me parece que August solo invitará a su madre y un par de amigos de negocios, nadie de la universidad, aunque me tomaré el semestre no queremos que se hagan chismes.

-Bien, serán unos diez invitados. -Hannah anotaba todo en una libreta.

-Podría ser en algún hotel cerca del muelle, pueden pedir una ceremonia privada -dijo Malia -Eso se usa mucho.

-Sería una grandiosa idea –dijo Hannah -Igual después de eso podemos armar algo lindo para la recepción ahí mismo.

-Me parece bien -dije. -Mañana iré a ver un par de hoteles y les aviso.

-De acuerdo, una vez que tengas eso tenemos que ver lo de las invitaciones, tenemos poco tiempo para que los invitados confirmen.

-Me queda de paso la casa de la mamá de August, puedo pasarme por ahí después de ver el lugar para que me de su lista de invitados.

-Bien, el martes por la mañana entonces te encargaras de las invitaciones y por la tarde iremos a ver tu vestido y los nuestros.

-Por favor dime que no harás que vayamos de rosa -dijo Malia -Podría ser azul o verde.

-Azul y verde se pierden con el mar -dijo Hannah, un rosa claro sería muy romántico.

-En realidad -dije antes de que iniciarán una discusión -me gustaría una temática en rojo, ya saben, rosas rojas, sus vestidos de dama en rojo, la corbata de Blanchar roja, toques rojos.

-Eso se verá muy bien -dijo Hannah aplaudiendo -Ya tengo un concepto increíble en mente, eso lo veremos cuando confirmes lo del lugar.

-Genial -nos levantamos y las abrace a ambas -No se que haría sin ustedes.




Había estado viendo lugares para mi boda toda la mañana, había elegido un hotel con playa privada, me habían dicho que podríamos realizar la ceremonia y una vez terminada tener una recepción en el mismo lugar.

Blanchard me había dado libertad de pagar lo que quisiera, así que lo había reservado.

Estaba conduciendo hacia la casa de mi futura suegra y al llegar me percaté de que estaba ahí el auto de August.

Se suponía que estaría dando clases, por eso no me había acompañado a ver los hoteles.

Baje confundida del jeep y llamé a la puerta, nadie salió a abrirme.

Me asomé por la parte de atrás, y tampoco había nadie.

Regresé al frente y me senté en el pórtico a esperar unos minutos para ver si llegaban.

Un sobre de la correspondencia que estaba en el suelo llamó mi atención, era amarillo y tenía un sello de la comisaría.

Lo tomé y leí los datos de envío, iba dirigido a Blanchard y estaba sellado como urgente.

Un carraspeo me sacó de mis pensamientos y cuando levanté la vista vi a mi futuro marido con un semblante molesto.

-¿Qué haces aquí? -dijo arrebatándome el sobre de las manos.

-Necesitaba hablar con tu madre sobre la boda, necesito saber de los invitados.

-Ella no está, salio por asuntos de la inmobiliaria. -Me levanté y esperé a que dijera algo sobre el sobre.

-Entonces volveré en otro momento -empecé a caminar hacia el jeep al ver que el no me daba explicación alguna.

-Pasaré por tu casa después -me dijo cuando a estaba montada en mi camioneta -Tenemos que hablar -agitó el sobre en el aire y yo solo pude ponerme nerviosa.

Estaba molesto.

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