DETOX

Prólogo

Era un día de abril, el sol estaba muy alto en el cielo e iluminaba con sus rayos cada hoja de los árboles bajo los que Shaily descansaba, tenía un par de asuntos que resolver pero lo haría después, ese día era perfecto para leer al aire libre.

Su mano tomó el vaso de té helado que tenía junto a ella en el pasto y lo llevó a sus labios, dio un sorbo y lo dejó en el mismo lugar.

Siguió pasando las páginas de su libro, era una historia de amor, algún día encontraría a un hombre que hiciera por ella todo lo que esos protagonistas de fantasía hacían por la chica.

Un pequeño viento soplo hacia ella e hizo que su cabello se revolviera por su cara.

Habían pasado unas cuantas horas desde que llegó a ese parque, el tiempo se iba volando y muy pronto llegó la hora de volver a su casa.

Shaily vivía sola, cuando tenía quince sus padres habían muerto en un accidente automovilístico y ella se había mudado a Portland, Oregón con su tía Ann, hermana de su padre, pero había cumplido veintiún años un par de meses atrás, y finalmente había recibido la herencia de sus padres, un fideicomiso para sus estudios y la casa en la que vivía cuando niña.

Así que tomo su equipaje, pidió una transferencia a la universidad y volvió a Santa Mónica, California.

Y allí estaba ahora, con la responsabilidad de mantener su casa, la universidad y una vida social estable, ¿Qué podía salir mal?

A partir de ese momento, todo.