CAPÍTULO 62: HAN MATADO A MI MADRE

81 5 0
                                    

Rachel G -> Lena Harford

El suelo comenzó a temblar más y más, y Keith y Clarissa parecían cada vez más asustados.

-Keith, hay que detenerla. Ya.

-No – Keith la detuvo – Parará – me miró a los ojos, en busca de algo de humildad – Sé que lo hará.

-No pararé Keith – los árboles comenzaron a agitarse y un crujido proveniente del subsuelo alarmó más a los vampiros.

-Sí, sí que lo harás – habló intentando calmarme – Piensa en todo, te hemos ayudado. YO te he ayudado y he estado a tu lado. Después de todo esto, ¿por qué íbamos a esperar hasta ahora para matarla? Es más ¿Qué motivos tendríamos para matar a tu madre?

-¡Christina! ¡Ese es el puto problema Keith!

-¿Y quién te dice que ha sido ella? – A Clarissa le había sentado mal mi acusación. Muy mal, porque sus ojos estaban brillando como nunca antes.

-¿Y quién sino? Todo estuvo bien hasta que llegó ella. ¡Hasta que llegasteis vosotros! Es culpa vuestra. Matasteis a mi padre, ahora a mi madre, lo intentasteis con Ray y conmigo, por no mencionar que me secuestrasteis. ¡¿Os parece poco?! Porque a mí no – grité histérica.

-Keith – advirtió Clarissa.

-Lo siento mucho, pero tienes que calmarte – Arrancó una rama y me la lanzó. No tuve más remedio que convertirme en vampiro y esquivarla. Tardé mucho y se me clavó en una pierna.

Sus ojos se encendieron por primera vez en el día. De pronto sentí que el poco calor de mi cuerpo me abandonaba y que mis fuerzas salían disparadas de mi cuerpo.

-Para – tartamudeé – Me haces daño.

-No me gusta hacerte esto, pero no hay remedio.

-¿Porqué? Porque tenéis que vivir por encima de todo ¿no? ¿Vuestra absurda vida es más importante que la de los demás? ¿Es eso lo que os ayuda a dormir por las noches? ¿Esa es la excusa que os ponéis? Porque déjame decirte que no. Vuestra vida no merece que pisoteéis otras vidas.

-Se llama supervivencia – Clarissa se cruzó de brazos. Los temblores habían cesado en cuanto me había convertido en vampiro y mi cuerpo se debilitaba cada vez más, provocando que mis rodillas fallaran e hicieran que mi cuerpo cayera al suelo, derrotado.

Mis ojos apenas conseguían mantenerse abiertos, no tenía fuerza ni para eso. Pude escuchar pasos de dos personas, indicándome que se acercaban.

-Lo siento – su voz grave resonó lejana en mis oídos- Te pondrás bien, te lo prometo – una mano tocó mi hombro y mis sentidos se anularon por completo.

-¡No me puedo creer que le hayáis hecho eso! – una voz femenina rugió, despertando mis sentidos de nuevo. Intenté moverme, pero me sentía muy débil - ¿Habéis sido vosotros? – rugió de nuevo.

-¡No! ¿Cómo puedes pensar eso? – esa voz la reconocí. Era de Clarissa.

-Pues tendremos que averiguar quien fue. No pienso dejar que esto quede así – Y esa era la de Christina.

-¡HIJOS DE PUTA! – El rugido de mi hermana causó estruendo en la habitación - ¡¿QUÉ COÑO HABÉIS HECHO?! ¿Dónde está mi madre? – su voz se rompió al pronunciar las últimas palabras.

-¿Y tú quién eres? – Preguntó Christina. Usé mis pocas fuerzas y me levanté para caminar hacia dónde estaban todos.

-Es mi hermana – caminé con debilidad hasta llegar al salón.

ASCENDE: La Leyenda #Wattys2019 {EN EDICIÓN}Where stories live. Discover now