CAPÍTULO 12: OJOS ROJOS Y NEGROS, DESQUICIADOS POR LA SED

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Scott Speedman -> Híbrido

-¡¿QUÉ?! – Gritó Eline como una histérica moviendo sus brazos de un lado a otro - ¿¡ME ESTÁS DICIENDO QUE UN LOCO TE HA BESADO, LE HAS SEGUIDO Y QUE ENCIMA TE HA GUSTADO!? –Hizo una pausa - ¿¡PERO TU ESTÁS LOCA!?

-Puede – dije mordiéndome el labio inferior – Ups – intenté quitarle importancia al asunto, aunque con una amiga loca como Eline, dudo mucho que sirviera de algo. En fin, ¿Qué le iba a hacer? Lo hecho, hecho está.

-Dios mío... ¿Te gusta? – preguntó, la sorpresa me pilló por sorpresa.

-¿Q-Que? – tartamudeé.

-Digo si te gusta Ray.

¿Me gustaba Ray?

Definitivamente no.

-No – dije con sinceridad, ella me miró seria – No – repetí, esta vez con firmeza.

-Bien, entonces, aquí no ha pasado nada – dice Eline sonriendo.

-Bipolar – susurramos Dake y yo a la vez, ella nos fulmina con la mirada.

-Bueno – dice Dake cambiando de tema – Cuéntanos Aria, dijiste que lograsteis encontrar una cura para tu problema, ¿cuál es esa cura? – ambos me miran curiosos.

-No os va a gustar – digo suspirando – Frío y... Ray – digo tornando mis labios en una fina línea, esperando so reacción.

-¿Frío? – pregunta Eline incrédula.

-¿Y Ray? – esta vez ha sido Dake.

-Sí, cada vez que tengo un ataque de desmagia siento un ardor, el frío lo calma y hace que el dolor vaya desapareciendo, y para controlar el sentimiento que me hace explotar, debo pensar en algo que me relaje.

-Vale, lo del frío lo entiendo, pero ¿Ray te relaja? Y, ¿Qué es la desmagia?– suspiro, tengo mucho que explicarles a estos dos.

-Al principio no, pero cuando lo toqué, me recorrió una sensación, de seguridad, de confianza, que me decía que podía confiar ciegamente en él, por eso con él me sentía tranquila, hubiera pensado en vosotros, pero vosotros me hacéis feliz, y no podía pensar en nada relacionado con la felicidad, porque la felicidad y la alegría van de la mano, y la alegría acelera el pulso y... ya sabéis donde acaba eso – ellos asienten – Y la desmagia, es lo que se llama la enfermedad de la magia, solo la sufren los brujos y las brujas más poderosos, sucede porque mi cuerpo intenta deshacerse del exceso de magia que tengo acumulado. Hay dos opciones; controlarlo hasta saber evitar los ataques; o dejar que la magia me consuma y morir, y además llevarme conmigo a todo Illinois.

-Guau – dijo Dake asombrado. Eline me miró como si fuera una loca.

-¿Brujas y brujos? ¿Enfermedad de la magia? Dios... Esto tiene que ser una pesadilla... - dijo mi mejor amiga tomándose de la cabeza como una histérica a la que la acababan de encerrar en un manicomio.

-Si, Eline – suspiré frustrada – Brujos y brujas, SOY una bruja, sé que es difícil de creer, pero ya lo habéis visto.

-¿Sabes? No, no hemos visto nada en realidad, lo de clase pudo haber sido pura casualidad.

-¡¿Cómo puedes decir eso?! – Medio grité dolida - ¿De verdad me crees capaz de inventarme todo esto? ¿Tienes idea de lo mal que lo estoy pasando? – Dije con lágrimas en los ojos - ¿Sabes lo mucho que me duele cada vez que sufro un ataque? Me siento morir Eline, y ahora más que nunca necesito a mis amigos, porque todo se ha juntado, mi madre en cama, mi padre muerto, ¿¡Pero qué digo!? Ni siquiera sé si son realmente mis padres.

ASCENDE: La Leyenda #Wattys2019 {EN EDICIÓN}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora