CAPÍTULO 03: RAY THOMPSON

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Ray Thompson -> Kyle Ellison

Es imposible que él esté sentado en mi clase de química. No es posible.

Sí que lo es, Grant dejó un puesto libre, idiota

Gracias por la aclaración conciencia, pero te recuerdo que somos la misma persona, si yo soy idiota, tú también lo eres.

Touché

Reí por un segundo hasta que me centré. Había un chico misterioso que me había intimidado en la vida real, y en un sueño. Obviamente, en la vida real, él no es un vampiro. No existen, pero no significa que no suponga un peligro para mí, quizás mi mente retocó su forma, no sus intenciones.

Si, tiene que ser eso.

-Señor Thompson, por favor, siéntese al lado de la señorita Moore.

¿Como? No. No, no, no y no. ¡No! ¿Por qué? Es decir ¡No!

No tenía un buen presentimiento sobre él.

-¿Es necesario? – pregunté. El profesor asintió.

-Bien – su voz salió tan grave y masculina como la última vez. Se levantó con su mochila colgada del hombro y el libro de química en la mano. Con el pie separó la silla del pupitre y se sentó en ella, dejando la mochila en el suelo y el libro sobre éste – Hola – sonrió levemente. Yo hice lo mismo, pero sin el hola - ¿Así que Moore? – Ahora sonrió burlón. Yo puse los ojos en blanco - ¿No te gusta hablar mucho no? – Rió.

-¿Así que Thompson eh? – Dije dándome por vencida.

-Ray – me tendió la mano – Encantado.

-Aria – le di la mano. Una sensación, de oscuridad, como si fuera la muerte en persona, me invadió al tocarle. Retiré mi mano rápidamente.

-¿Estás bien? – frunció el ceño.

-S-Si... - tartamudeé.

Miré al frente, pero notaba su mirada penetrante sobre mí todo el tiempo. A mitad de la clase no lo aguanté más, estaba reprimiendo las ganas de gritarle porque no dejaba de mirarme.

Lo raro fue que, en cuanto me volteé a verle, él tomaba apuntes.

Estaba segura de que milésimas antes estaba mirándome. Eso me creó más impotencia. Encima fingía. Noté una llama dentro de mí. Agarré el pupitre con mis manos y comencé a temblar, el vidrio de una de las ventanas se rompió, y mi mesa temblaba conmigo.

Nadie se fijó en mí, pues todos miraban aterrados hacia la ventana, y el castañeteo de la mesa contra el suelo se enterraba bajo los cuchicheos de los alumnos.

-Dios mío, ven – Ray me cogió de los hombros y me levantó, consiguió que soltara la mesa y me sacó fuera de clase, poniendo la excusa de que estaba muy pálida y que me acompañaría a lavarme la cara.

Llegamos a un sitio apartado y comencé a sentirme cansada.

-¿Qué es lo que me está pasando? – mi voz sonó agotada.

-Tranquila, puedo ayudarte – Noté que mi cuerpo perdía sus fuerzas e inevitablemente, caí rendida al suelo. O lo habría hecho, si los brazos de Ray no me hubieran atrapado y me hubieran sujetado de la cintura – Tranquila, te ayudaré.

Fue lo último que oí antes de desmayarme.

(...)

Noté mi móvil que vibraba en mi bolsillo.

Intenté levantarme, pero tenía algo en mi cabeza que, si me levantaba, caería sobre mi cara.

Era un trapo mojado.

ASCENDE: La Leyenda #Wattys2019 {EN EDICIÓN}Onde as histórias ganham vida. Descobre agora