CAPÍTULO 05: TÍA JESSICA

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Danielle Campbell -> Eline 

Más y más lágrimas caían por mi rostro.

Mi padre había muerto.

Por culpa de un estúpido accidente de coche. ¿En qué accidente de coche un animal ataca a las víctimas? En ninguno, que yo sepa.

Les explico; la doctora Smith me explicó que su muerte no fue causada por el accidente, sino del ataque animal que sufrieron mis padres. La diferencia es que mi padre se llevó la peor parte. Pero eso no tiene sentido. Los animales matan, no solo dañan, igual que le pasó a mamá.

En todo caso, intentaré investigar qué fue lo que pasó, aunque me sea imposible por mi corta edad.

¿Saben que es lo peor de todo? Que mañana es mi cumpleaños, mis padres venían a casa para celebrarlo y poder pasar más tiempo con sus hijas, y ahora mamá se pasará mi cumpleaños en el hospital, y mi padre ni siquiera está ya aquí.

Estábamos en una ambulancia de camino a casa, mamá había conseguido que le dieran el alta médica con la única condición de reposo absoluto.

Llegamos a casa, y después de dejar a mamá en su cama medio dormida, nos fuimos a la cama, ahí lo solté todo.

Sentía una presión en el pecho, y por mucho que lloraba no disminuía. Comencé a ponerme nerviosa, y furiosa.

La bombilla de mi habitación petó, la luz de toda la casa se fue. No lo controlaba, sentía en mi estómago una especie de ardor, no podía describirlo, lo único que sabía es que yo era la culpable de lo que estaba pasando ahora mismo.

Intenté relajarme, pero no funcionó, no sabía qué hacer, y esto estaba yendo a peor, las ventanas comenzaron a temblar, avisando de que iban a estallar en cualquier momento. Eso me asustó aún más.

De repente escuché unos golpes en la puerta, y unos gritos detrás de ella que pedían entrar.

Yo conocía esa voz.

Ray.

Corrí a la puerta, aun sintiendo ese ardor y esa sensación de poder descontrolado en mi estómago.

-¿Qué me pasa? – le dije llorando en cuanto abrí la puerta. Los muebles temblaban. Y oía los gritos de mi hermana pidiendo ayuda, y gritando mi nombre y el de mi madre. Chillaba diciendo que su puerta no se abría.

-Esa no es la pregunta que deberías hacerte – la voz profunda de Ray me hizo centrarme en él – Deberías preguntarte ¿Cómo lo paro?

-¡PUES DIME COMO LO PARO!

-No puedes – se cruzó de brazos – Déjame pasar y te ayudaré. Debes aprender a controlarlo.

-Pasa – estaba comenzando a respirar con dificultades, y eso me asustaba aún más.

-Vale ven – entró y me cogió del brazo, arrastrándome hasta el sofá – Siéntate, respira, concéntrate en mi voz, eso es – conseguí volver a respirar con normalidad, pero los temblores aún estaban ahí – Tienes el control – me repetía una y otra vez – Dilo tú, tienes el control, créetelo, tranquila, no debes tenerte miedo.

-Tengo el control – tomé una bocanada de aire – No tengo miedo – solté el aire – Estoy bien – cerré los ojos e intenté tranquilizarme – Estoy bien – susurré.

Los temblores se fueron y la luz volvió de repente, todo a la vez.

-Lo has hecho – miré a Ray, que me sonreía levemente – Pero cada vez irá a peor, puede que la próxima vez hagas temblar todo el barrio.

ASCENDE: La Leyenda #Wattys2019 {EN EDICIÓN}Where stories live. Discover now