CAPÍTULO 24: LOS ANCIANOS ALPHA

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Ben Bowers -> Ethan Tillikum

Ni siquiera haber llegado en mi coche nuevo al Tucson High ha hecho que me sienta mejor, todo lo contrario. Comencé a llorar en cuanto oí sus gritos de exasperación, y dejé de llorar cuando se me acabaron las lágrimas. No he ido a clase, Taira vino a verme, estuvo un rato conmigo, y se marchó a clase.

Tampoco bajé a comer, me bastaba con el desayuno que había tomado esta mañana. Eran las 17:00 y no había recibido todavía ningún mensaje de Ray, supuse que no vendría, pues habíamos quedado dentro de quince minutos.

Me dirigí al baño, me duché, y me puse de nuevo la ropa, me recogí el pelo en una cola alta y me la alisé, debería estar presentable si iba a conocer a los Ancianos Alpha. Me maquillé un poco y me dirigí a la habitación 506, la de las hermanas Ellison.

-¿Y el vampiro? – dice Layla cuando abre la puerta y ve que no hay rastro de Ray.

-No va a venir – digo la cabeza.

-¿Porque? – dice Cassie.

-Es largo de explicar.

-¿Puedo mirar?

-¿Cómo?

-Los vampiros podemos entrar en la mente de la gente – dice obvia.

-Ya, pero no en la de las brujas.

-Eso no es del todo cierto – Dice Layla – Si la bruja da permiso, es posible entrar.

-Está bien – acepto. Cassie me coge la mano y la aprieta ligeramente.

-Repite conmigo: aperi, inventa mentis, mens animi ostensionem.

Hago lo que digo, y lo repito una y otra vez hasta que me suelta.

-No lo ha elegido – Le dice Cassie a Layla – Mira – le da la mano y segundos después ambas parecen saber todo lo que ha pasado.

-Duh, tiene mala pinta chica – comenta Layla – Te ayudaremos.

-Pero no conseguiréis el grimorio – frunzo el ceño.

-Oh, claro que lo conseguiremos – dice Cassie – Iremos a verlo si es necesario, solo queremos ojearlo, y si no nos deja, lo obligaremos – se encoje de hombros – No puede con nosotras.

-No le hagáis daño – pedí.

-No se lo haremos, al acceder a tus recuerdos, también accedemos a tus sentimientos, y te voy a decir algo que no sé si sabes, te estás haciendo un favor, pero te estás haciendo daño a la vez.

-¿Qué se supone que significa eso? – pregunto confusa.

-Todo a su tiempo, y ahora venga, que se nos hace tarde. Señala el sitio en un mapa.

-Aquí, en este claro – indico.

-Pues vamos allá – las velas y la chimenea se encienden de repente y ambas se cogen de las manos, encerrándome entre ellas – Tienes tres horas, en el caso que quieras volver antes di: ad originem – Asiento.

- Mittit, quo anima corpori mittit personam transfert promit – comenzaron a decir una y otra vez.

Cerré los ojos y en cuanto los abrí estaba en el claro en el que les había indicado a las mellizas.

La diferencia es que no había nadie ni nada.

-¡¿Hola?! – pregunté al Aire. Oí un sonido detrás de los árboles que estaban situados justo detrás de mí. Me giré alarmada, aunque no vi nada.

ASCENDE: La Leyenda #Wattys2019 {EN EDICIÓN}Where stories live. Discover now