Choque de problemas.

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Ruby tuvo que levantar los codos para dejar pasar a un par de niños que corrían con unos pequeños Rattatas en brazos y sonrió. Nada comparaba la belleza que Sapphire le había enseñado a ver en Hoenn, pero Sinnoh tampoco estaba nada mal. Gracias a ella y a su querida Mimi había aprendido que no todo lo de fuera es bello sino que había cosas mucho más hermosas en el interior y en la naturaleza. Hablando de hermosura...¡Las telas!



-Ehm...Tengo que ir a hacer una cosa, ¡Pero vuelvo enseguida! –Le tocó el hombro a la castaña y se despidió del resto mientras corría por una acera y se perdía tras un cúmulo de gente.



-E-eh...-Ella intentó decir algo, pero ya era demasiado tarde. Su desilusión era notable.- Ouh...Siempre hace lo mismo...- De repente, la cara de Blue apareció delante de ella. Tenía una sonrisilla presuntuosa en el rostro y movía las cejas de arriba abajo, ¿Se le había metido algo en el ojo...? ¿Uh?- ¡¡Blue-senpai, no me miré así!! ¡No es lo que piensa!


-¡JO JO JO! ¡Qué mona! Mira, si hasta se ha sonrojado...


-¡YO NO...AGH! ¡BLUE!



-Yo fui de los primeros en ver venir su bonita relación.- Emerald se cruzó de brazos, orgulloso de su afirmación. Sapphire quería que se la tragase la tierra. O una pañoleta más grande con la cual ocultar su cara de vergüenza. Era muy expresiva y transparente, muchas veces se lo habían dicho.



Y así como se reunieron, se volvieron a separar a las puertas del gran parque. Blue se fue con Green (casi arrastrándolo del brazo) para visitar algunos lugares más de la ciudad y ver tiendas. Tiendas que, como se temía el castaño, iban a quedar casi vacías al paso de aquella chica tan ruidosa. Suspiró. En el fondo, ver esa sonrisa alegre en sus labios y esa actitud tan enérgica le levantaban el ánimo. Su actitud era un poco infantil para la edad que tenían, pero no le molestaba, al contrario, le gustaba. El oji-verde sonrió ligeramente mientras Blue le hacía un rápido tour turístico por la metrópolis.



Sapphire suspiró más tranquila y miró a sus amigos. Silver y Emerald asintieron y los tres sacaron a uno de sus Pokemon para dar un relajante paseo a su lado. La verdad es que el tiempo esa mañana acompañaba a la perfección. Le encantaba caminar rodeada de tantos elementos naturales y ver las sonrisas de la gente y los Pokemon pasando un buen rato juntos. Parecía que nada podría arruinar ese momento.



Pueblo Caelestis, 1:00 p.m.



La casa de Cinthia era bastante acogedora. A pesar de que por fuera parecía un edificio antiguo, de un piso, típico de un pueblo pequeño como aquél, por dentro era muy diferente. No era tan lujoso como los hoteles que habían llegado a ver los guardaespaldas de la joven Berlitz, pero se respiraba un aire de calidez y confort alrededor que los transportaba a sus propias casas. Encima de la mesita había una bandeja con galletas hechas por la abuela de la Campeona.

~ Un verano juntos ~Where stories live. Discover now