-Pero Pearl...¡Yo no quiero!



Cuando el rubio se dio cuenta de que no avanzaban, volteó hacia su amigo y comprobó que éste se había agarrado a una butaca como si la vida le fuera en ello. Siguió tirando de su pierna pero no había manera, Diamond era testarudo si se lo proponía.



-Vamos Dia...quiero decir, Diamond ¡Sé valiente!



-¡Pero aún no me he terminado mi tercera cena! ¡Ve tú, yo te observo desde aquí! –En parte era verdad, ese pastel de miel tenía buen aspecto...pero también tenía algo de vergüenza por subirse a aquella cosa tan alta. - ¡Señorita, ayúdeme por favor!- Suplicó sin soltarse.



-Yo no voy a salir el primero por razones personales...¡¡Y ya deja de comer!!



-Ya fui valiente en el Monte Corona, ¡déjame comer tranquilo ahora~!- Su agarre no cedía ni un milímetro.



-Ehh...-Platinum se acercó al dúo, sin saber muy bien cómo intervenir.- Esto, ¿Pearl? ¿Sabes que esto se puede considerar como maltrat...?



-¡Dejad ya de demoraros tanto y subid de una buena vez! ¡Mi hermosa cara se va a arrugar a este paso! – No hace falta recalcar de quién era la voz. Los que sujetaban a ambos chicos con algo de dificultad miraron a Diamond con ojos de Espurr abandonado y el moreno no tuvo más opción que comerse de un bocado su delicioso pastel.



-Está bien...Pero no les aseguro nada.- Dijo un poco nervioso. Subió al escenario, le sususrró algo al oído a la persona que se encargaba de las canciones y se colocó en frente del micrófono, con la cara muy roja. No pudo evitar cerrar los ojos para sentirse más cómodo cuando la melodía comenzó a sonar.



Cuando la última palabra salió de sus labios, abrió los ojos y se puso aún más nervioso cuando vio que ninguno se movía siquiera. Tras unos segundos de sorpresa, los Holders reaccionaron y aplaudieron la actuación del chico, no esperaban que el chico más comilón del grupo cantase tan bien y con una canción que lo identificaba por su habilidad única.



Los siguientes en subir a cantar fueron los Holder mayores, Red, Green y Gold. Sí, por muy extraño que parezca Green fue el que llevó casi a rastras a su amigo escudándose bajo "Cuanto antes acabemos este absurdo martirio, mejor.", al contrario que Red, que más que ganas de cantar, tenía ganas de dormir y asimilar todo lo que había pasado aquel día. Sin más, la música empezó a sonar, como no, bastante movidita.


~ Un verano juntos ~Where stories live. Discover now