𝗗𝗔𝗥𝗞𝗡𝗘𝗦𝗦┃RICK GRIMES.

➤ 29; INFILTRADO.

CAPÍTULO VEINTINUEVE;
❝ INFILTRADO. ❞

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Tumbé mi cuerpo entre las sábanas, aguardando paciente porque Rick saliese del cuarto de baño. Lo que hizo tras unos minutos de espera, tomando un lugar a mi lado. Dejándose, así como yo, de costado para ver a mis ojos. ⏤¿No ha despertado?⏤

Cuestioné, conociendo aquella historia de que en su exploración con Daryl, había encontrado a un hombre, que se hacía llamar Jesús, y con quién tuvieron que pelear por un camión repleto de provisiones, que acabó metros abajo de un lago. Ahora, aquel desconocido se encontraba en el sótano que usábamos como prisión.

⏤Pues, cuando lo dejamos allí, aún estaba noqueado.⏤ dio una respuesta, antes de suspirar, y pasar su palma hacía mi vientre.  ⏤Me preocupa que tenga gente a su favor y vengan a atacarnos, por tenerlo prisionero.⏤

⏤Estaremos bien, cariño.⏤ le hice saber, con una sonrisa que erizó sus vellos. Lo supo cuándo acaricié de sua brazos. Así, acabar con nuestra distancia, e iniciar un beso que a los vagos minutos, no tardó en subir de intensidad.

⏤El bebé no se enterará de esto, ¿Verdad?⏤ musitó, en lo que levemente se apartaba para únicamente deshacerse de mi camiseta, que era lo único que me cubría, además de mi ropa interior. A ello, solamente supe reírme, conforme me dejaba a horcajadas suyas, y mantener una fricción entre nuestras intimidades. Así nos quedamos durante un buen rato, conforme las prendas desaparecían hasta dejarnos totalmente desnudos.

⏤¿Estas segura? No quiero dañarlo, ¿Esto es correcto? ¿Que pasará si...?⏤ no dejé que continuará, en el momento en el que mis labios impactaron los suyos.

⏤Hazlo.⏤ eso fue suficiente, para que Rick se diera paso para mis adentros. Llenándome de placer, que culminó tras unas cuantas embestidas, qué por una parte, también me conmovían por la forma tan delicada que ejercía sus movimientos, ante el pequeño que se resguardaba en mi estómago. Y pronto, ambos alcanzamos el punto máximo del orgasmo.

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Estaba durmiendo plácidamente cuándo un sonido particular me detonó una alarma en mi cabeza que me hace abrir los ojos en grande. Sólo para encontrar a Jesús, masticando entretenido de una galleta, conforme se encontraba sentado a los pies de la cama. No me tomo mucho recobrar la compostura, y hacer uso de mi pierna para patearlo, hasta dejarlo tumbado en el suelo, y usar aquel tiempo para tomar mi arma de emergencia desde abajo del colchón, así apuntar al desconocido. Todo el bullicio no tardó en llegar a mi pareja, que del mismo modo, se encontró apuntando al atacante rato después.

⏤Rick, tenemos que hablar.⏤ comentó el rubio con la mayor tranquilidad, como si ninguno de los dos estuviera desnudo ante sus potentes ojos celestes, o como si jamás hubiera estirado mi pierna en una patada hacía su dirección. Al contrario, se hallaba ileso e indiferente.

Fue mi pareja quién obligó al hombre a esperar afuera, dándonos un tiempo para cambiarnos, así empezar el cuestionario.

Una vez ambos solos en el cuarto, el rizado no tardó en acercarse hacía mi, hasta sostener mis pómulos entre la calidez de sus manos. ⏤¿Te ha tocado, Leah?⏤ simplemente negué con la cabeza, antes de empezar a vestirnos, pero no pude ni siquiera abrochar mis pantalones cuándo me mostré afuera de la habitación, detrás del torso desnudo de Rick, con intenciones de descender los peldaños de las escaleras. Nos detuvimos en seco al ver a Carl, apuntando a Jesús junto con el resto del grupo en la planta baja.

Horas más tarde nos reunimos en la sala de conferencia, dónde Jesús se encargó de confesar la existencia de otra comunidad a unos cuántos kilómetros de distancia. Y cada palabra que salía de sus labios, me dejaba más asombrada que la anterior.

Al parecer el mundo era más grande de lo que imaginábamos.

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