➤ 2O; HAZLO.

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CAPÍTULO VEINTE;
HAZLO. ❞

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Acabé dejando el pequeño cuerpo de Judith dentro de su cuna, una vez que la menor se encontró plácidamente dormida. Lo que me daba pase libre a presentarme dónde la reunión se realizaba, pues nuevamente se me había hecho tarde. En aquella ocasión, tras haber llegado de visitar a Rick, a pesar de estar aún inconsciente, me encontré con una Judith pesada, y quién, entre berrinches, pedía por atención. Por ende, tuve que atenderla hasta conseguir que quedará descansando.

Bajé hacía la planta baja con velocidad en mis pies, pero esta misma disminuyó en cuánto encontré la puerta principal entreabierta. Anunciando qué, alguien había entrado o salido, poniendo mis sentidos en alerta. Por pura inercia, mi mano se deslizó hacía mis caderas cómo si buscará en mi ausente cinturón, mi arma de fuego. Más nada se encontraba en la zona, haciéndome suspirar al recordar la estúpida regla de Deanna sobre no trasladar con armas, y ahora con lo ocurrido con Rick, menos conseguiría disolver aquel reglamento.

⏤¿Rick? ¿Carl?⏤ Temerosa, me empecé a mover por la sala. Intentando guiarme por la vaga iluminación que la luz de la luna conseguía hacer, al introducirse por los ventanales, hasta que el largo metal resplandeciente que la katana de Michonne solía propinar, no estuvo frente a mis ojos. Entonces, la alarma se encendió dentro de mi cabeza.

Corrí fuera del hogar, buscando con la mirada al causante del robo. Mientras mis pies se movían rápidamente por el asfalto, en dirección al panteón dónde la reunión se llevaba a cabo. Sin embargo, a metros de poder llegar a mi destino, y a pesar de la oscuridad del lugar, distinguí la anatomía cuerposa de Pete Anderson. Quién entre pasos decididos, se aproximaba hasta el panteón. Con el arma robada en su mano derecha.

⏤¡Pete!⏤ Llamé, pero él no se detuvo. Por lo que me dejé en frente de su figura en cuánto logré alcanzarlo, temerosa de lo que podría hacer al haberlo interrumpido de ese modo. De lo que pasara por su cabeza en ese momento. De todo lo que sabía que era capaz; ⏤Detente. Lo que sea que quieras hacer, sé que no va a beneficiar a nadie.⏤

⏤Aléjate de mi, Leah.⏤ Masculló. El recelo marcado en cada letra que escupía por sus labios, con la mirada fija en la luz del fuego a unos cuántos metros de nosotros. De la fogata que se encargaba de alumbrar en la reunión.

⏤Cálmate.⏤ pedí suavemente, acercándome con cuidado. Mis manos a los costados de mi cuerpo para que supiera qué, ante él, me encontraba vulnerable. Un blanco fácil para su posición actual; ⏤Sé que es duro, pero con lo que intentas hacer, sólo vas a empeorar la situación. Te arrepentirás más tarde.⏤ Miraba de reojo la katana desenfundada. ⏤Pete...⏤, mis dedos se envolvieron alrededor de su muñeca con toda la delicadeza que pude ejercer en aquel toque. Pero todo fue en vano, de un sólo movimiento brusco, rompió el contacto para empujarme lejos. Con su puño libre, golpeó mi mandíbula. El impacto del golpe me dejó tendida en el suelo. Con la respiración alterada, y el terror detonado por mis vellos erizados. El pómulo de mi mejilla empezó a arder, sintiendo mi hueso doler cada que abría la boca para escupir la sangre que escapaba por ella, dejando sólo el sabor amargo, y metálico entre mis dientes.

⏤¡Nunca hice algo de lo que me arrepentí, hoy tampoco será el día!⏤ su grito consiguió aturdir en mi canal auditivo, aún pasmada por lo que había pasado, y lo que pasaría si no me ponía de pie en aquel instante.

Con cuidado, y con todo el esfuerzo del mundo, me levanté del pavimento, intentando equilibrar mi propio peso sobre la planta de mi anatomía.

Rogaba que el plan que Pete tenía no se llevará a cabo, en lo que mis pies trotaban hacía dónde provenían los gritos de horror. Se sintieron cómo años, pero después de un rato, llegué al patio. En dónde, lo primero que apareció en mi campo de visión, fue Pete acostado boca abajo en el suelo, exclamando que lo liberarán de la llave que Abraham le hacía para mantener su cuerpo inmóvil bajo el suyo. Detrás de ellos, Deanna estaba sollozando en el suelo de forma desconsolada, mientras Reg, agonizaba en el mar de su propia sangre ante el corte que se extendía por su cuello.

⏤Rick... hazlo.⏤

La mujer dio la orden, y no bastó mucho más para que el nombrado alzará su pistola hasta la cabeza del hombre acostado en el piso, y no rechistó cuándo su dedo índice se hundió en el gatillo. Cómo si fuera la primera vez que lo oía, el disparo consiguió resonar en mi cabeza. Aturdiendo en mis oídos hasta hacerme dar un ligero salto en mi propio eje.

Pero todo se calmó cuándo la mirada oceánica de Rick Grimes cayó sobre mi, y cómo si todo el enojo que sentía horas atrás se disipara en mi interior, permití que se acercará hasta estrechar mi frágil cuerpo entre sus fuertes brazos. Y a pesar de que su rostro, y atuendo estuvieran manchados en sangre, le correspondí gustosa a aquel gesto. Pues, en aquel momento, sólo necesitaba tenerlo cerca. Sentirlo, y saber qué, fuera lo que se decidiera en aquella asamblea, nos mantendríamos juntos. Luchando por nuestra familia.

Más el momento no fue eterno cómo se sintió, cuándo una voz ajena y desconocida llamó a Rick. Provocando nuestra separación, nos dirigimos hacía dónde Daryl, Aaron y un hombre moreno yacían. Captando el desenlace de la macabra escena montada.

⏤¿Rick?⏤

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𝗗𝗔𝗥𝗞𝗡𝗘𝗦𝗦┃RICK GRIMES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora