𝗗𝗔𝗥𝗞𝗡𝗘𝗦𝗦┃RICK GRIMES.

➤ O5; FRUSTRACIÓN.

CAPÍTULO CINCO;
❝ FRUSTRACIÓN. ❞

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Rick estaba completamente frustrado.

Dos integrantes de su grupo se habían perdido, mientras otro se hallaba al borde de la muerte de ser un caminante. Conforme el ex-militar Abraham Ford insistía con su decisión sobre tomar el camino hacía la salvación lo más pronto posible, sin importar cuántos soldados se perdieran en el camino. Y la mitad de su gente, iba a ser participe de ese viaje.

Mientras tanto, Carl se sentía culpable de no haberla detenido. Quién sabe, tal vez había hecho mal en no acompañarla, en permitirle marcharse en soledad.
Y se regañaba, se regañaba a si mismo el momento en el que empezó a sentir el mínimo afecto hacía una persona que no sea su familia. Siempre tenía que arruinar sus relaciones.

Carol sentía que desfallecería en cualquier momento. El conocer que Bob había sido secuestrado por los restantes de Terminus,
y ahora que sus amigos, casi sus hijos, estuvieran perdidos, le haría desmayar de nervios.

Al grupo le costaba bastante calmar el llanto de Judith.
La pequeña sollozaba como si supiera que su protectora no estaba. Cómo si supiera reconocer la calidez de los brazos que la mecían. Y ninguno se le acercó al de ella, ni siquiera el mismo Rick.

Finalmente, optaron por dejar la búsqueda hasta la mañana del día siguiente. Pues, en aquel entonces, debían ocuparse de los atacantes que amenazaban con sus vidas.
Y verificar que los mismos, no tenían que ver con la desaparición de tales ausentes.

( EN OTRO LADO ! )

Leah Woods sintió el calor del sol mañanero sobre sus párpados cerrados, qué en cuanto se abrieron, dejaron a la vista el turquesa de sus ojos. Se removió entonces en el colchón aplastado de la litera en la que había pasado la noche. Ya que, de forma desafortunada, habían perdido el rastro del automóvil que se había llevado a Beth esa noche de penumbra. Pero sin rendirse, y abandonar la rienda. Ya habiendo llegado hacía la ciudad, se mantuvieron en el cuidado del interior de lo fue antes un consultorio.

La pelinegra se había desvelado casi toda la noche por formar una especie de amistad con el arquero. Él le había contado demasiado de sí mismo. Daryl se sintió bien de qué alguien, que no haya sido Beth, lo haya escuchado. Medianamente, nadie lo hacía.

Leah se bajó de la cama de arriba, haciendo que sus pies toquen el frío suelo. Se colocó las botas, y preparó un mini desayuno a base de sándwich, y agua que había cogido de anoche, en la cena. Admiró por un momento a Daryl y se conmovió al verlo tan tranquilo. Al ser una persona tan ruda, y firme, podía parecer un bebé cuando descansaba.

⏤Las fotografías duran más,
Leah.⏤ Habló el cazador, haciendo que la chica de un brinco por la impresión.
Al arquero le pareció divertido, la manera de cómo las mejillas de su compañera se tornaban de un color rosa claro, por toda la vergüenza de ser descubierta cotilleando. Ella se acercó a él, con la comida y ambos comenzaron a desayunar, en un silencio del que ambos disfrutaron.

⏤Debemos continuar.⏤

( • • • )

Leah analizaba con atención al muchacho moreno que suplicaba por su vida. El mismo chico que le había robado sus armas, a ella y Daryl. Éste último se negó rotundamente a ayudarlo.
¿Por que lo haría?

Aún así, a la chica le transmitía pena. Era un niño. Era cómo dejar a Carl a la deriva. El pobre estaba debajo de un gran mueble, mientras un caminante, en cualquier momento escaparía por la puerta que era cubierto por el objeto ya nombrado.
Y pasó, el muerto andante
escapó intentando morder al adolescente. Antes que Leah, clavase su cuchillo en la cabeza del monstruo, una flecha se adelantó. Y la muchacha sonrió, sabía que Daryl no era una mala persona.

Juntos, ayudaron al morocho a huir del peso que le echaba el mueble, y cuándo éste estuvo fuera de su cuerpo, se aproximó a la ventana más cercana de la habitación en la que se encontraban. Verificando así, que nadie de aquel caótico hospital, había oído sus gritos de auxilio.

Conforme Daryl, se aseguraba de que todo en su compañera estuviera en orden, tanto física cómo mentalmente, el joven intentó escapar. Pero fue en vano, cuándo el arquero lo tomó de la camisa, estampando su cuerpo en la pared blanca.

⏤Van a encontrarme.⏤ Jadeó, con desespero, el menor.

⏤¿Quiénes?⏤ Leah preguntó.

⏤Los del hospital.⏤

⏤¿Una chica rubia está allí?⏤ Continuó la sesión de preguntas, provocando que los ojos de su amigo cazador se iluminaran con esperanza.

⏤¿Beth?⏤

Entonces, todo fue claro cuando el adolescente moreno que tenia el nombre de Noah, indicó que su amiga atrapada en el espacio donde se dedicaban a abusar de la fuerza física de las personas, era la misma que Daryl estuvo buscando por todo ese tiempo abrumador tras haber perdido a la muchacha portadora de un cabello de oro. Pero ahora, había esperanza, fe, una oportunidad.

Conforme corrían por el pasillo del edificio, Noah tuvo una falla en su pierna lastimada, que sólo empeoró apenas se desmoronó hacía el suelo. Ambos mayores se detuvieron, más fue Daryl el que pasó un brazo alrededor de sus hombros para ayudar a que su peso se equilibre.

⏤Ve, ve. Yo lo ayudaré.⏤ habló el cazador hacía Leah, que tras asentir, continuó corriendo a las puertas de cristal. Hasta que cruzó las mismas, para inhalar del oxígeno exterior.

Giró su rostro hasta la ubicación de su acompañante, verificando que todo estaba bien ante su tardanza. Pero no imaginó lo que ocurriría después, no imaginó sentirse adolorida de un instante a otro, no imaginó dormirse al momento. Ser atrapada por la oscuridad plena.

Daryl veía expectante, cómo habían arrollando con aquel carro a su nueva amiga e intento correr para ayudarla. No podía permitir que algo malo le pasase. Aún así, Noah no se lo permitió. Lo sostuvo de los brazos, y ocultó a ambos tras una estructura de cajas viejas, mientras con su mano cubría los gritos desesperados que daba el castaño, pidiendo ser soltado para salvar la vida de Leah Woods.

( • • • )