Capítulo 77

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 "No somos capaces de salvar a las personas ni quitarles el dolor, pero podemos ayudarlos a sanar de abrazo en abrazo."

Me sentí de vidrio, vulnerable y transparente, cuando Tyler me tomó suavemente por los hombros y dio un cálido apretón.

—Intento alejar a las personas por una razón —susurré. Yo no era así de fría ni alguien que disfrutaba herir a las personas, pero era la única forma para que me odiaran lo suficiente como la alejarse—.  Si las quiero sé que las defraudaré, y ni siquiera merezco que me quieran. Sino pasa lo mismo que con mi madre.

La extrañaba. No había día en que no me preguntara cómo sería mi vida si ella aún siguiera aquí, si de tenerla Félix sería más feliz y mi padre nunca hubiera experimentado lo que se siente que te rompan el corazón.

 —Pero Rebecca... —Su voz se suavizó—. Nadie merece vivir sin ser amado. Es cuando menos merecemos amor cuando más lo necesitamos. No te mentiré, ¿sí? Tú no mereces la hermana que tienes, pero tienes la suerte de que te tocó de todas formas, y ella te ama de una forma que ni tu familia, Pixie, Amit, Kyle, Gleen, Killian o yo entendemos. No sé cómo se puede amar a una persona sin conocerla, pero ella te amó desde que supo de tu existencia. No conocía nada de ti, y aún así se lanzó en tu búsqueda. —Sus lágrimas descendieron despacio por su rostro—. Una persona que ama sin prejuicios no puede morir, Becca. No dejes que se marche el único ser que puede quererte sin explicaciones.

Tenía la posibilidad de salvar a alguien y evitar que su recuerdo se impregnara en mi memoria y atormentara cada noche como lo hacía el de mi madre. Tal vez podía marcar la diferencia. Eso no haría que mi pasado sea menos oscuro, pero puede que volviera mi futuro un poco más claro.

Si es que podía hacerlo... ¿Qué si de todas formas no funcionaba?

No había pasado desapercibido el amor que todos le tenían a esta chica que se hacía pasar por mí. La querían más de lo que alguna vez lo hicieron conmigo y pensarlo me hacía enojar antes, pero en ese momento solo podía imaginar que todos ellos experimentarían el mismo dolor que yo cuando perdí a mamá si es que me quedaba de brazos cruzados.

—No perderás a tu mejor amiga —aseguré a Tyler, limpiando una lágrima de su mejilla.

Para mi sorpresa, tiró de mí en un abrazo. Duró unos segundos antes de que echáramos a correr hacia el hospital, pero se sintió como el mejor regalo del mundo.

Estábamos por cambiar las reglas de juego. En cuanto me vieron, todos —incluido el desconocido—, sabría que éramos gemelas. Era un riesgo, pero también una oportunidad para pedir ayuda.

Hacía mucho tiempo que no decía una verdad, pero ahí estaba: expuesta. Todos estaban mirándome atónitos cuando crucé la puerta con un nudo en la garganta.

—¿Pero qué...? —dijo el médico—. ¿Por qué nadie me dijo que Rebecca tenía una hermana?

Me observaron como si fuera producto de su imaginación. Mi padre negó con la cabeza y Meredith se llevó una mano al corazón. Félix tuvo que aferrarse al respaldo de una silla para no caerse mientras Pixie y Amit contenían la respiración.

—Sáqueme todo lo que tenga que sacar, doc —dije firme—. Y ella no es Rebecca Rosewood. Esa soy yo.

Nadie emitió palabra mientras seguía al médico, pero antes de desaparecer mi mirada encontró la de Tyler. Lucía emocionado, agradecido, tan esperanzado como para hacerme sentir de la misma forma. Estaba haciendo algo bueno.

Luego, vi a Killian.

Parecía estar viendo un fantasma.

El cuenta mitos de BeccaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora