⏤¿Que hace Carl aquí?⏤ Cuestionó Rick, entre dientes de que aquella decisión haya sido tomada sin su consentimiento.

⏤Déjale, ya está grande.⏤
Antes de que el hombre haya podido objetar algo en contra, un muerto ya se había abalanzado a los brazos de Leah, provocando que ésta soltara un quejido antes de empujarlo por los hombros y elevará su pierna hasta el ombligo del caminante, así patear la zona, y ayudarse con la fuerza faltante que tenían sus brazos. Al patear, logró separarse del agarre del errante y finalmente, lanzarlo al precipicio. Aunque había sido descuidada en aquellos movimientos, pues la idea era no pelear y es lo que ella había hecho. Por otro lado, Carl había sido más inteligente, y hacía que los caníbales se aproximaran lo suficiente hasta la caída, pero antes de caerse él, se movía a un costado. Dejando de ese modo, que sólo el monstruo se cayera.

El plan salía a la perfección, y así se mantuvo, hasta que Sasha enseñó su cuchillo con exasperación, y fastidio en cada una de sus facciones. Así, enfadada con todos, y de todo, empezó a acabar con cada muerto que se cruzaba en su camino.

⏤Quédate cerca de Carl.⏤ Anunció la portadora de larga cabellera azabache, antes de aproximarse con su machete a la que peleaba sola, percatándose de cómo ésta empezaba a ser rodeada por los mordedores. Pero el susto no duró mucho, cuándo Leah y el resto apareció en su rescate.

Michonne empujó lejos a la morena, impidiéndole acabar con la última amenaza, y tomando ella el trabajo. La mayoría iba a reprochar, cuándo un nuevo gruñido interrumpió sus palabras, ahora enseñando a un errante más, saliendo del bosque. Seguramente, llamado por el bullicio que habían provocado en aquella lucha.

Carl acercó, dispuesto a acabar con él. Le tomó de los hombros, antes de empezar a forcejear y finalmente, darle una golpiza en la mejilla y patearlo hacía el precipicio.

⏤¿¡Viste eso?!⏤ Exclamó hasta Leah, sonriendo de oreja a oreja. ⏤¿¡Lo viste, lo viste!? Fue grandioso, mamá.⏤

Ambos se quedaron paralizados, nadie alrededor sabía que decir.
Estaba claro, que al pasar los meses, ambos individuos había formado una unión tan inigualable, tan amorosa, tan afectuosa. Dónde se preocupaban el uno por el otro, dónde reían juntos, dónde lloraban juntos. Tal cómo madre e hijo.

⏤¡Dios, estás loca! Casi nos asesinan por tu maldita culpa.⏤ Gritó Abraham, irrumpiendo el momento, conforme se acercó peligrosamente a Sasha, quién se mantenía aún acostada en la carretera.

⏤Calmate.⏤ Exigió Woods, dejándose al frente del pelirrojo sin sentirse intimidada ante la clara diferencia de estatura.

⏤¡Dios, están enloqueciendo! Perdimos energía a lo estúpido gracias a ella, y tú la defiendes.⏤

⏤Pasaremos de esto.⏤ Continuó, analizando fríamente la mirada azulada del rojizo. ⏤Así que te pido, por favor, que te calmes.⏤

Abraham apretó la mandíbula, frustrado de no hacer cundir el miedo en la pequeña anatomía de la muchacha de cabello azabache, quién se le había enfrentado tanto cómo el asiático, alguien más le había dado una paliza sin causarle dolor físico. Sin más, se giró sobre sus talones, siguiendo la carretera. Rosita, no pudo hacer más que encogerse de hombros y seguirle los pasos al ex-militar.
Por otro lado, Daryl nuevamente se introdujo entre los robles del bosque, siendo secundado por Carol.

En ese instante, el grupo estaba, hipotéticamente, separado a dos metros de distancia.

⏤¿Te sientes bien?⏤ Preguntó el líder, permitiéndose dejar la palma de su mano en la cadera de su contraria.

⏤Sigamos. Todo está bien.⏤

Un trueno iluminó el cielo, indicando que pronto iría a desatarse una tormenta. Justo lo que necesitaban todos.
Una gota se deslizó por la mejilla de Leah, quién caminaba abrazada por la cintura con el brazo de Rick, que sonrió en cuánto vio a la joven siendo bañada por la lluvia. Se había relajado demasiado, cuándo se percataron de que se venía algo fuerte en el cielo. Pues los rayos empezaban a dibujarse en el firmamento, y el viento hacía bailar las copas de los árboles.

Daryl se mostró por los arbustos, salvándolos de una desgracia, anunció que había hallado un granero a unos cuantos metros dentro del bosque. Se empezaron a mover por los robles, hasta que sus miradas se cruzaron con la estructura de manera vieja que serviría al menos para pasar la noche. Carol ya había inspeccionado el interior, por lo que no se volvió un peligro lo que podría haber dentro.

Una vez instalados, Leah hurgo en su bolso, encontrando un conjunto de ropa reservado para ocasiones similares, pero sólo reservadas para Carl y la pequeña Judith; ⏤Cariño...⏤ Le llamó al adolescente, provocando que las mejillas del mismo se tornaran rojas de la vergüenza pasadas horas atrás. ⏤Ten, ve a cambiarte. No quiero que enfermes.⏤ Acudiendo, el menor desapareció al rincón más oscuro del lugar para más privacidad. Dejando entre los brazos de la pelinegra, a su hermana así la muchacha se ocupara de ella, y que tampoco cogiera un resfriado.

Cuándo ambos menores estuvieron abrigados, y unidos en frente de la fogata, fue cuándo sus emociones se relajaron. Pero ella aún continuaba mojada, cuándo una anatomía más alta y esbelta se plantó a sus espaldas, tomando su cabello entre sus dedos antes de empezar a exprimirlo con cuidado; ⏤Tampoco quiero que enfermes...⏤

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𝗗𝗔𝗥𝗞𝗡𝗘𝗦𝗦┃RICK GRIMES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora