El pestillo hizo clic rápidamente, y suavemente giré el pomo para mover la puerta hacia dentro, escuchando más gritos de arriba y sabiendo que no me quedaba mucho tiempo. Sentí la casi oscuridad presionando contra mí mientras tomaba cautelosos pasos hacia el interior, una mano todavía agarrando el pomo de la puerta y la otra sosteniendo mi varita tan fuertemente que dolía.

─¿Hola? ─dije a la oscuridad, mi voz apenas por encima de un susurro. Recordando que Draco aún estaba arriba sin mí, aclaré mi garganta y valientemente entre más hacia dentro de la bodega─ ¿Luna?

─¿Quién anda ahí?

Podía escuchar su suave voz des del interior, pero tuve que echar un vistazo a través de la polvorienta oscuridad por un momento antes de que finalmente pudiera verla. Luna estaba cerca de la esquina trasera del sótano, encorvada levemente como si justo se hubiera levantado del suelo. Sus ojos azules se reflejaban brillantemente contra la apagada luz de la puerta abierta detrás de mí, la suciedad y el polvo que forraba su cara destacaba contra su inusual piel pálida. La respiración se me quedó atrapada en la garganta cuando se dio cuenta de quién era, automáticamente moviéndose hacia atrás, alejándose de mí.

─Espera, espera. Estoy aquí para ayudarte ─exclamé precipitadamente, todavía manteniendo mi voz baja mientras empezaba a dirigirme hacia ella─ Puedo sacarte de aquí...

Luna estaba abriendo su boca inciertamente cuando otra voz emergió de la oscuridad, más honda y más acusadora.

─¿Quién es? No es Hawkings, ¿no?

Me giré para ver a Dean Thomas, y pude observar hasta en la tenue iluminación, sin lugar a dudas, que tenía un ojo morado y el labio cortado. Me miró cuidadosamente, parado al lado de Luna y preguntándome: ─¿Qué estás haciendo aquí? ¿Te ha mandado Malfoy para...?

─Me ha mandado para ayudaros a salir de aquí ─le interrumpí, intentando no sonar demasiado asustada. Ambos me escaneaban, como si no estuvieran seguros de si estuviera a segundos de atacarlos. Alguien estaba tosiendo débilmente des de la esquina del sótano, un hombre mayor que debía de ser Ollivander, a pesar de que no podía identificar su cara en la oscuridad─ Por favor, solo relajaros... voy a haceros aparecer a todos fuera. ¿Dónde están Harry y los demás?

─¿Harry? ─Luna preguntó con la mirada vacía, su expresión dando a entender el hecho de que realmente no tenía ni idea. La estaba mirando en confusión cuando me di cuenta que se oían pisadas procedentes del pasillo de arriba, varias personas dirigiéndose rápidamente hacia las escaleras.

No había tiempo para pensar; me giré y me tropecé para cerrar la puerta, cerrándola tan rápidamente como fuera posible y estremeciéndome cuando el pestillo se abrió ruidosamente. Me apresuré hacia las sombras, escondiéndome detrás de Dean y susurrándole apresuradamente: ─No estoy aquí.

Luna abrió su boca en desconcierto mientras me escondía detrás de ellos, pero no tuvo oportunidad de preguntarme que estaba haciendo; quienquiera que fuera ya había alcanzado la puerta del sótano, y el pestillo estaba siendo deslizado hacia atrás mientras el pomo giraba. Mi corazón estaba en mi garganta mientras dos personas se dirigían al interior, pero no podía ver mucho des de mi lugar detrás de Dean. Alguien estaba chillando enfadadamente mientras la puerta se cerraba por segunda vez, y reconocí la inequívoca voz de Ron Wesley.

─Vuelve aquí, Wormtail, así puedo matarte... Hermione, ¿puedes escucharme?

Miré a través de las anchas espaldas de Dean para ver a Harry y a Ron parados al lado de la puerta, el pánico claro en sus caras hasta en la semioscuridad. Luna empezó a dirigirse hacia ellos inmediatamente, su voz cuidadosa y suave mientras preguntaba: ─¿Harry? ¿Qué hacéis ambos aquí?

Little BirdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora