Capítulo dieciséis - ¿Amigos o no?

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El reloj marca las seis de la mañana, es sábado y la brisa está fría, creo que los aires navideños han comenzado a hacer su aparición. No estoy muy segura de si es recomendable estar a estas horas en una piscina, pero no me interesa, he decidido que ya había sido suficiente entrenamiento fuera del agua y era  momento de probar otra vez, así que ahora mismo me encuentro en el polideportivo del parque al que había venido unas semanas atrás, preparándome para volver a las prácticas después de tanto tiempo.

Dejo mis cosas encima de una de las bancas frente a la gran piscina y me quito el conjunto deportivo que traigo encima. Me quedo con el traje de natación largo, siento un pequeño apretón en el estómago que relaciono con la nostalgia de recordar aquellos días. Mi corazón comienza a mostrar lo emocionada que me encuentro por volver a nadar, palpitando con más rapidez de lo normal. Me muerdo el interior de la mejilla y resoplo antes de levantarme y comenzar mi caminata hacia uno de los podios desde dónde salen los nadadores.

Sacudo mis brazos y piernas antes de subir a la plataforma, estiro el cuello y el torso hasta sentirme lo suficientemente confiada como para intentarlo, pero antes de que pueda comenzar el sonido de la puerta de metal cerrarse me espanta haciéndome brincar.

——Pero ¿por qué tan asustadiza? ——dice con una sonrisa; y puedo ver que se acaba de levantar, tiene los ojos achinados y el cabello más despeinado de lo normal.

Yo entrecierro mi mirada, no es que seamos amigos ahora que le conté todo.

——De acuerdo, veo seguimos teniendo las mismas brechas ——habla volteando su cara hacia un lado y en ese momento me atrevo a observarlo. Está usando un par de sandalias negras, una pantaloneta de colores extravagantes y una camiseta de un color claro extraño que dice en letras cursivas: Let it be. Además de que una mochila negra le cuelga del hombro. El chico claramente ha venido a nadar——. Bien, Lisa, olvidemos todas las tonterías que he hecho o dicho durante este tiempo y comencemos de nuevo, ¿sí? En realidad quiero ser tu amigo ——estoy segura que me ha dado su mejor miradita de cachorro, pero eso no funciona conmigo a menos de que tu nombre sea Fanny y tengas siete años.

——No lo sé.

Mira la piscina por un segundo y luego a mí, su cejas rubias se levantan y me doy cuenta que se le ha ocurrido algo, sin lugar a dudas.

——Una carrera. Si yo gano me darás al menos una oportunidad para ser tu amigo, si tu ganas me olvidaré de ello por el resto de la existencia ——propone y se sienta en la banca de al lado, yo camino hasta el lugar dónde estaba antes y repito su accionar.

——¿Por qué habría de aceptar? ——pregunto enarcando una ceja.

——Siempre me las pones tan difíciles ——murmura más para sí mismo negando con la cabeza——. Me temo que no tengo una respuesta para esa pregunta ——responde ya con su tono de voz normal.

——De acuerdo ——digo y me pongo de pie.

——Bien ——dice él y se quita las sandalias. Se levanta de la banca también y se coloca la gorra y los anteojos que ha sacado de su mochila, luego se quita la camiseta y comienza a caminar hasta uno de los pedestales para comenzar la carrera. Yo ya estoy allí preparada——. A la cuenta de tres, ¿de acuerdo? ——asiento mirando hacia el frente, estar de nuevo en esa posición hace que mi sangre circule con muchísima más rapidez, incluso siento la adrenalina llenarme las arterias——. Uno…——dice y ambos nos agachamos tocando los límites del podio ligeramente.

——Dos… ——digo esta vez y aprieto mi agarre. Inhalo todo el aire que puedo.

——¡Tres! ——exclama Ryan y entonces me impulso lo más que puedo con las manos para salir disparada.

11 maneras de morir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora