Capítulo treinta y siete - Ahí estoy. PARTE 1.

1.7K 147 35
                                    

——Odio todo esto ——dice soltando un largo suspiro. Sé que lo hace. Pone el lápiz sobre el cuaderno y se deja ir hacia atrás para recostarse en la silla. Lo miro expectante——. Odio estudiar las guerras, me da náuseas tener que discutir las causas y consecuencias de cómo se asesinaron personas inocentes, odio la palabra kamikaze porque es terriblemente triste... ——explica pasándose las manos por la cara.

Apoyo mis brazos sobre la mesa——. ¿Qué tal un descanso? ——le pregunto.

——De acuerdo... ——responde Ryan ladeando la cabeza.

——Después de todo, tienes que sacar 8,5 para pasar, así que no creo que haya manera de evitar esto ——explico, esperando que entienda que no importa cuánto promueva el pacifismo.

——Tienes razón... ——murmura. Se sostiene la cabeza con una mano y sonríe con desgano.

Alcanza uno de los jugos de naranja en la mesa y se lo toma en cuestión de segundos, da vueltas en la silla giratoria por mientras y por un momento lo veo tornarse verde, incluso llego a pensar que está a punto de vomitar.

¿Cómo no estar a punto de perder la cabeza, si los exámenes están a la vuelta de la esquina? Todos están viviendo en la biblioteca, metiéndose la información por las orejas, es caos. En lo personal, tengo la teoría de que los profesores disfrutan bastante de esta época; ven sufrir a los que pusieron atención durante el semestre y a los que no también, lo cual para ellos es probablemente el elixir de la vida.

Ryan es uno de esos que se lamenta justo antes del examen, no haber prestado suficiente atención en historia. Por ello la convocatoria a la escuela ha sido diaria hasta dentro de dos semanas, donde todos pueden respirar de nuevo y continuar con sus vidas de estudiantes mediocres. Como yo tengo un espíritu salvaje o algo así, puedo ayudarlo y no dejar que pierda la concentración en cosas como ir en contra de los conflictos en la Europa de los 30's y 40's.

——¿Quieres escuchar música? ——me pregunta deteniendo la silla.

Me encojo de hombros——. Está bien——respondo antes de tomar el auricular que Ryan me extiende.

Reconozco un par de canciones de las que salen e incluso tarareo algunas con él. El gusto de Ryan es bastante simple, todo lo que tenga que ver con los tales Beatles. Estoy segura de que si fuera legal se casaría con ellos o con alguno de sus carteles, que es lo más cercano.

Ryan llega a eso de las doce del mediodía, me ha hecho prometerle ir a almorzar con él, desde que es nuestro único día libre. Sonríe y yo le correspondo con el mismo gesto.

——Hola ——digo saliendo de la casa y cerrando la puerta detrás de mí.

——Hola ——saluda acercándose lentamente para darme un beso en la mejilla.

Después de muchos intentos, Ryan ya me deja finalmente abrir la puerta por mí misma. Así que yo solita, entro en la camioneta y después de unos segundos, él enciende el motor para partir.

——¿A dónde vamos? ——pregunto de inmediato, sabiendo de memoria que no va a decirme, como la mayoría de las veces.

——No voy a decirte ——responde riendo, probablemente pensado lo mismo que yo.

Bufo y me quedo mirando por la ventana. No sé cuántos minutos pasan hasta que el vehículo se detiene, me he quedado todo el rato observando mi rostro en el reflejo de la ventana, en uno de esos momentos en que me escaneo la cara, cada detalle, y me pregunto si en realidad esa seré yo o si es solo una ilusión. Frunzo el ceño hacia la ventana, nadie puede cambiar lo que soy, esta es mi vida.

11 maneras de morir.Where stories live. Discover now