Capítulo 48 (Sin Editar)

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Will sentía cada músculo de su cuerpo tensos y le costaba moverlo, incluso tratar de mover los parpados le dolía. Después de varios intentos logró apenas abrir los ojos para luego volver a cerrarlos.

-Roger, ha despertado.

William reconoció la voz de su madre e hizo un intento por mover la cabeza para ver de donde provenía su voz pero sentía el cuello inmóvil así que se frustró y de su boca solo pudo salir un quejido.

-Tranquilo mi amor -su madre se colocó frente a él y le besó la frente-, trata de no moverte el doctor vendrá enseguida.

El joven se encontraba algo desorientado y no tenía idea de donde se encontraba, por simple apariencia se veía como una habitación de hospital pero no estaba del todo seguro ya que era un cuarto bastante pequeño como para serlo.

-Mamá... -logró articular después de un rato, le ardía la garganta y tenía la boca reseca. Su madre sonreía mientras unas gruesas lágrimas salían de sus ojos.

Su padre ingresó en compañía de uno de sus colegas, el doctor Ullie, uno de los mejores cirujanos que habían en el hospital en donde él trabajaba.

-Que bien que decidió despertar ya doctor Stewart -le dijo el viejo canoso de ojos verdes mientras revisaba sus constantes vitales-. Ya no encontraba las palabras para decirle a sus familiares que pronto usted despertaría.

Will quiso sonreír al ver la expresión abatida de su madre pero fue imposible. Le dolía mover hasta los músculos del rostro.

Ullie le revisó el pecho y Will sintió el tacto de la mano del médico.

-La herida esta comenzando a cicatrizar con normalidad -dijo el hombre casi para si mismo. Paso siguiente el hombre hundió sus gruesos dedos en sus mejillas y Will se quejó-. Veo que también sentiste eso... De acuerdo Barbara y Roger, necesito que me dejen a solas con mi paciente -le pidió a sus padres, quienes salieron sin rezongar.

-Agua... - dijo Will con esfuerzo.

Ullie le acerco un vaso con una larga pajilla para que Will pudiera beber el contenido. Sintió alivió en su cuerpo cuando el liquido bajo por su garganta.

El doctor le revisó palmo a palmo cada zona de su cuerpo y Will se quejó en más de una ocasión.

-¿Qué pasó? -le preguntó a su compañero cuando pudo-¿Dónde estoy?

-Será mejor que tu familia te informé de eso Stewart -Ullie le dio la espalda.

Will trataba de recordar porque demonios estaba postrado en una camilla sin poder moverse de la misma.

Todo en su mente era un desastre, pero por un segundo el rostro de Elena se quedo grabado en su cabeza.

Veía el restaurante de su amiga, segundos después la calle con un tráfico terrible, un hombre golpeándolo hasta el cansancio y a James atacándolo.

-Relájate William -le pidió Ullie al notar como sus pulsaciones se elevaban.

¿Cómo se iba a relajar si ese maldito de James había tratado de matarlo a él a su esposa?

-Elena -dijo con más claridad, aun así la voz le salió áspera y ronca.

Ullie se detuvo en su chequeo y lo volteó a ver.

-No resistió ni siquiera llegar al quirófano -fue todo lo que respondió el hombre.

William se quedó pasmado ante esa noticia. Elena, muerta.

Sintió una opresión en el pecho y de inmediato la culpabilidad invadió su mente. Si tan solo hubiese llegado antes cuando ella lo llamó... Si tan solo hubiese luchado más.

Una Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora