Capítulo 22 (Sin Editar)

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Will se encontraba desayunando, listo para ir a trabajar y al mismo tiempo no dejaba de darle vueltas a lo que había ocurrido con Ellie la tarde del día anterior. Al parecer tenido sufrido una crisis nerviosa y ella ni siquiera lo sabía, alegaba que se trataba de estrés debido al trabajo y la búsqueda de oficinas para su empresa.

Cuando la ojiazul al fin se había quedado dormida después de unos relajantes, recetados por él mismo, el joven habló con Leila acerca de lo que ocurría con Ellie; trató de sonsacarle algún tipo de información a la mujer pero fue imposible, lo único que consiguió fue sacar sus propias conclusiones.

Desde que conoció a Ellie le pareció una mujer introvertida, tímida, ajena a muchas cosas - inclusive a la realidad en algunas ocasiones -, era amorosa y cariñosa con sus allegados pero con los demás era fría y hasta temerosa.

Recordó lo que le había contado acerca de su pasado.

Fue una niña huérfana a una edad muy corta, vivió en un lugar de acogida desde entonces; y en esos lugares solía pasar de todo a niñas de todas edades, incluso niños, no era la única en ese hogar, habían niños más pequeños y más grandes que ella y muchas veces el personal no daba a basto con tanto pequeño al que cuidar y muchas cosas pasaban sin que ellos se dieran cuenta.

La actitud de Ellie era la actitud de una persona que fue sometida a castigos físicos y psicológicos desde una edad muy temprana e inclusive, podía ser posible que hasta el abuso sexual, Will sabia muy bien acerca de eso, él no solo era medico cirujano sino que también medico en general y habia tratado con casos de abuso infantil y ya adulto, y Will apostaría su mano derecha a que Ellie Rainer habia pasado por algo similar en su pasado.

Estaba terminando el desayuno, cuando el timbre de la puerta de su casa lo hizo pegar un brinco del susto.

Se apresuró para ir a abrir, y se llevo la sorpresa de que no se encontraba nadie, pero en justo en la entrada había un gran sobre de manila amarillo con su nombre escrito en el.

Lo tomó dudoso, y tras asegurarse de que no había nadie cerca cerró la puerta.

Dejó lo que le quedaba de desayuno a un lado e intrigado por lo que podría contener dicho sobre, decidió abrirlo.

Una pequeña nota cayó al suelo cuando sacó el contenido.

"Will, tuve que hacer esto para que abrieras los ojos y te dieras cuenta de que esa mujer no es buena para ti. Con cariño, Lori"

Will suspiro, frustrado y estuvo a punto de botar los papeles al basurero, hasta que el nombre de Ellie, captó su atención.

Conforme leía la información, William sentía como su presión arterial iba subiendo hasta por las nubes.

Lo que estaba escrito en esos papeles debía ser una maldita broma de pésimo gusto.

¿De dónde diablos había sacado Lori toda esa basura?

Mientras leía hoja tras hoja, empezó a sentirse burlado y engañado.

Sentía que la sangre le hervía y apretó con fuerza los puños para no maldecir.
El último de los papeles era una acta de defunción en la que se aseguraba que Ellie Rainer habia muerto de una sobredosis de cocaína hacia siete años atrás.

Algo estaba escrito en la parte posterior al acta y Will con manos temblorosas volteo la hoja para leerlo.

Ellie Rainer no existe. Esa mujer que dice llamarse así es una mentirosa. Si no me crees, ve a casa de los padres de quien fue Ellie, ellos te confirmaran lo que te estoy diciendo. Dejare su dirección aquí anotada. Esa mujer, como sea que se llame, te esta usando, quiere nada más tu dinero. Lo lamento mucho Will. Con cariño, Lori.

Will no daba crédito a lo que estaba escrito en esos papeles, debía ser alguna treta de Lori para fastidiar a Ellie.

Ellie no era una mujer interesada ni que se movía por el dinero, nunca en lo que llevaban de estar juntos, ella le habia pedido absolutamente nada, ni siquiera para un caramelo. Ella no podía andar detrás de su dinero porque hasta hace poco ella no sabía de la existencia del mismo, es más, Ellie jamás trató de aproximarsele bajo ninguna circunstancia, más bien había tratado de alejarlo de ella a toda costa.

A menos que... ese fuese su plan desde el inicio, acercarse a él de manera en que él no sospechara nada.

-Basta William, deja de pensar estupideces -se regaño a si mismo. No podía ni debía de desconfiar de Ellie, bajo ningún concepto.

Tomó los documentos y los tiró dentro de uno de los cajones de la mesa de noche; tenía que ir a trabajar.

De camino al trabajo se ganó una buena multa por haber cruzado un semáforo en rojo y todo porque no dejaba de darle vueltas la cabeza de todo lo que se había enterado escasos minutos atrás.

Si lo que decía Lori no era cierto, pero lo que decían los documentos eran verdad. ¿Quién era realmente Ellie?

Se maldijo por milésima vez cuando ingreso al hospital y su móvil vibro en el depósito de su gabacha de trabajo.

Vio el número y era Ellie.

Se sintió tentado a no contestarle, pero era un débil estúpido, así que recibió la llamada.

-Hola - contesto con voz seca.

-Hola -lo saludo la voz suave y tierna de su novia -. ¿Está todo bien?

-Si - se apresuro él a contestar -, es sólo que acabo de llegar al hospital.

Entró a su consultorio y una pila de expedientes le dieron bienvenida.

-Oh, lo lamento, creí que aún estarías en casa.

-Tengo muchas consultas hoy Ellie - decir su nombre ahora le daba un mal sabor de boca.

-De acuerdo, no te interrumpo más. Te veré esta noche - dijo ella con alegría.

-Hoy no podré, tengo turno doble - Will de inmediato se sintió mal por mentirle.

-Es una lástima. Que tengas buen día entonces. Te quiero -susurró lo último

El corazón de William latió desbocado al escuchar esas palabras, era la primera vez que ella le decía algo así, pero su mente se nublo cuando recordó que cabía la posibilidad de que ella le estuviera mintiendo.

-Que tengas buen día tu también Ellie - se limitó a decir antes de colgar.

No se quedaría con la duda carcomiendo en su ser, después de su jornada iría a averiguar quién decía la verdad y quien mentía.

Lori o Ellie.

Una Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora