Capitulo 10 (Sin Editar)

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- Ellie, tenemos que llevar los canapés a la mesa cinco - le dijo su compañera Rose.

Era una actividad privada así que el ajetreo era más grande de lo normal y se sentía súper incomoda porque el uniforme que andaba era demasiado pequeño y sus piernas quedaban bastante descubiertas al público.

- En seguida las llevo - respondió Ellie.

El salón estaba a reventar de personas millonarias, bien vestidas, forrados en joyas y diamantes. Leila estaría complacida de ver eso.

- Disculpen - dijo ella acercándose a la mesa y dejando la bandeja llena de entremeses y quitando la bandeja vacía.

Una mujer pelirroja demasiado bella, estaba discutiendo con un hombre bastante atractivo, de piel como el caramelo, cabello color chocolate y unos ojos marrones muy bellos. Parecía avergonzado por la escena que la mujer estaba haciendo. Le sonrió a Ellie.

- Lárgate de aquí entrometida - le grito la mujer y tiro la bandeja al suelo.

Ellie había aprendido a ser tolerante con ese tipo de personas, pero estuvo a punto de gritarle unas cuantas cosas a esa mujer maleducada.

Se puso de rodillas para recoger la comida que estaba en el suelo y se mordió la lengua para no decirle lo que se merecía.

- Lori, esto es el colmo - la regaño el hombre y se puso junto a Ellie a recoger la comida.

- Señor deje eso, es mi trabajo - le pidió ella mientras enrojecía debido a la vergüenza.

- Tu trabajo es servir comida, no recogerla del suelo porque una niña malcriada tuvo una rabieta - dijo en voz más alta para que la pelirroja escuchara.

Ellie soltó una risa sin querer y la pelirroja enfureció más.

Se atrevió a ver a los ojos al acompañante de la pelirroja y de cerca era mucho más atractivo que a la distancia.

Tenía unos labios carnosos y una mandíbula dura y tensa, tenía un poco de barba y lo había verse endemoniadamente más guapo.

¿Qué demonios estaba pensando? Estaba loca.

- Gracias - le dijo ella cuando terminaron de recoger la comida del suelo.

A como pudo se levantó del suelo mientras trataba de que no se le levantara la falda más de lo debido.

Casi corrió hasta la cocina y perdió de vista al galán de la mesa cinco.

- No puedo creer lo que esa bruja te hizo - dijo su compañera Rose -. Si me hubiera hecho eso a mí, estaríamos justo en ese suelo agarrándonos del cabello.

- Esa mujer no vale la pena - le dijo Ellie mientras observaba de reojo al galán. Se había quedado solo.

- Fue muy amable por parte de ese adonis ayudarte.

- Si, fue muy amable - coincido ella -, llévale más vino.

Rose no se negó y se fue de inmediato.

Se quedó hablando con él por varios minutos y regreso más roja que ella.

- Quería saber tu nombre - le dijo después de recuperar el habla.

Ellie sintió un cosquilleo en la boca del estómago, nunca antes le había pasado nada cuando algún hombre quería saber su nombre.

El pulso se e acelero.

- Claro está que no se lo di - continuo, Rose -. ¿Por qué razón no te gusta dar tu nombre a ningún cliente?

- ¿Por qué razón lo haría? - le respondió Ellie con otra pregunta.

Una Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora