Capítulo 35 (Sin Editar)

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El silencio se adueñó de toda la casa de Will por un tiempo bastante prolongado después de que él soltara semejante noticia.

Por otro lado, Ellie deseó estar otra vez en el baño porque sentía que vomitaría nuevamente.

Eso no podía estar pasando, al menos no a ella y menos en ese momento. Debía ser un error. Se había asegurado de protegerse bien para evitar algo como eso.

No estaba en sus planes ser madre nuevamente y por la expresión de pánico que tenía Will, en los de él tampoco.

-¿Esos exámenes podrían estar mal? -preguntó Ellie, acabando con el silencio mortal de la estancia.

William pareció salir del trance en el que se encontraba.

-Lo dudo mucho -respondió él. Aún permanecía inmóvil frente a ella, pero al menos ya había hablado.

-Mierda -Ellie se sentó en el suelo mientras pensaba que rayos iba a hacer.

No es que le asustara la idea de ser madre nuevamente, simplemente no quería. No sabía como estaba su relación con William en ese momento, eran novios si, pero ni un solo minuto se habían detenido a hablar sobre planes a futuro.

Y ahora un bebé en camino...

-Por favor, di algo -pidió ella.

-¿Qué se puede decir en un caso como este? - él se sentó junto a ella en el suelo.

-No lo sé, lo que sea.

-No sé que decir, Ellie... Esto realmente no me lo esperaba...

-¡Créeme que yo tampoco! -respondió ella molesta de pronto. El tono seco de voz de William la estaba volviendo loca.

William frunció el ceño ante sus palabras y al parecer iba a decir algo, pero su teléfono sonó y se lo impidió.

-Dime -el joven se levantó del suelo y le dio la espalda -. De acuerdo, ahora mismo voy para allá.

Ellie se levantó del suelo y Will se dirigió hacía ella.

-¿Qué ocurre?

-Tengo que salir, una vez emergencia en el trabajo -dijo abrazándola con fuerza, lo cual Ellie aprovechó para aprisionarlo con sus brazos por la cintura.

No era la primera vez que Will regresaba a casa del trabajo y una simple llamada lo hacía salir corriendo nuevamente minutos después. Pero justo en ese momento, solo por ese momento deseaba que se quedara en casa con ella y le dijera que era lo que realmente pensaba acerca de todo eso.

-Ten cuidado -le pidió ella. Un embarazo no planeado no era el único problema que tenían encima.

-Tu también, cielo -Will la abrazó con más fuerza -. No abras la puerta a nadie, yo tengo mis llaves y sabes que entraré por el elevador -la previno él. Todos los días le decía lo mismo.

-De acuerdo.

Cinco minutos después se encontró nuevamente sola y lidiando con la noticia que no acababa de digerir.

¿Qué iba a hacer ella con otro bebé a esas alturas de la vida?

Era cierto que aún estaba joven -apenas estaba por cumplir los veintitrés años -, pero su limite de hijos desde el embarazo de Chris había sido de uno, y ahora venía a aparecer en escena un pequeño intruso.

El olor del café recién hecho la sacó de sus pensamientos y por unos minutos, mientras trataba de desayunar intentó olvidarse de todos sus problemas, que no hacían más que acumularse uno tras otro.

Una Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora