Capitulo 31(Sin Editar)

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Ellie iba con los nervios de punta en el taxi que la llevaba hasta el restaurante de Elena Evans para su último trabajo con Paige.

No estaba nerviosa por el hecho de trabajar en ese lugar tan sofisticado, sino más bien por el hecho de que iba en un auto con un completo desconocido.

Una de las tareas que le había asignado el psicólogo en su primer sesión fue que comenzara poco a poco a hacer cosas que estaban fuera de su zona de confort pero que no implicaran ningún daño físico ni mucho menos, así que Ellie se decidió iniciar por el medio de transporte.

Cuando el taxista se estacionó en la parte trasera del restaurante, Ellie pago el servicio y salió corriendo del vehículo como alma que se la llevaba el mismísimo diablo.

Bien, habia hecho un trabajo decente y ya tendría algo que decirle al psicólogo en su próxima visita.

Entró al restaurante por el lado de la cocina y en el lugar se encontraban sus compañeros de trabajo haciendo sus debidas tareas; Leila sonrió satisfecha al verla.

-¡Estás viva! -exclamó la mujer.

-Muy graciosa -dijo Ellie sin ningún rastro de humor en el tomo de su voz y se dirigió hasta donde se encontraba Paige, regañando a Rose -. Hola Paige, ¿necesitas ayuda con algo? -Ellie detestaba que su jefa estuviese sobre Rose todo el tiempo, hacia que despertara cierto instinto protector hacia la joven.

-Ellie, que bueno que ya estas aquí -el tono alterado en la voz de Paige no la sorprendió, así se comportaba generalmente cuando había algún evento muy importante.

-Si, te dije que vendría un poco tarde, tuve que llevar a Chris con una amiga ya que los domingos no abren la guardería donde normalmente lo cuidan.

-Lo sé, lo sé -Paige la tomó de los hombros -. La señora Evans te estuvo buscando.

Ellie se deshizo de su jefa y se dirigió al Salón principal y todo estaba completamente desordenado, las mesas sin manteles, las sillas en un rincón sin sus vestiduras adecuadas.

Era un completo desastre todo, y sus compañeros corrían de un lado a otro sin hacer nada.

Eso la enfureció.

Era cierto que apenas estaban empezando y que el evento seria en la tarde-noche, pero el tiempo volaba cuando había mucho trabajo que hacer.

Comenzó a organizar a sus compañeros y les asignó sus tareas a cada uno y en poco tiempo ya todos estaban haciendo sus deberes.

-Tienes carácter.

La voz femenina a sus espaldas la hizo girarse de inmediato y sonrió al ver a Elena Evans cruzada de brazos. Estaba algo desaliñada, sin maquillaje y sin su armería de joyas.

-¿Cómo está, Elena? - la saludo Ellie.

-Querida muy bien, y muy agradecida de que estés aquí -confesó la rubia ojiverde acercándose -. Hace una hora, esto era un desastre absoluto y ahora, toda esta empezando tomar forma.

-Solo estoy haciendo mi trabajo -Ellie se sonrojo. No se le daba muy bien recibir alagos aun.

-Tengo que hablar contigo -la rubia se puso seria de repente.

Ellie la observó con evidente sorpresa.

-¿Hay algo que se haya hecho mal?

-No es sobre el trabajo. Se trata de Lori, mi sobrina.

Ellie puso mala cara de inmediato.

-Elena, es evidente que yo no le agrado a su sobrina, y créame, el sentimiento es mutuo -Ellie y Elena se encaminaron a paso lento hasta la cocina -. No quisiera hablar de ella, y menos en este momento.

Una Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora